América Latina levanta alerta de tsunami tras impacto menor en sus costas
Los países de América Latina con salida al Pacífico desactivaron este sábado las alertas por maremoto tras el impacto menor que tuvo sobre sus costas el fenómeno provocado por el sismo de Japón, que deja hasta el momento 1.800 muertos o desaparecidos.
La mayoría de países implicados tomaron medidas para enfrentar la amenaza de tsunami, incluida la evacuación de zonas de riesgo. Salvo algunos daños menores y algunos damnificados, la región sorteó la emergencia sin lamentar pérdidas humanas.
En Chile, el gobierno levantó la alarma de maremoto en todo su territorio y autorizó el regreso de las zonas evacuadas.
"Las personas pueden volver con tranquilidad a sus casas", dijo la portavoz del gobierno, Ena von Baer.
El oleaje se sintió especialmente en la Isla de Pascua, el norte y sur del país, donde se registraron algunos daños.
En la localidad de Dichato, a unos 400 km al sur de Santiago, el mar penetró unos 100 metros, y en la isla de Chiloé se presentó una variación del mar de 8 metros, lo que causó daños menores en diez naves y otras 20 quedaron a la deriva, indicó un informe de la Oficina Nacional de Emergencia (ONEMI).
El presidente de Chile, Sebastián Piñera, que visitó las localidades del sur más dañadas, destacó que el país se encuentra mejor preparado para enfrentar una emergencia de este tipo, después de que el año pasado un sismo y un posterior tsunami, que no fue advertido por los servicios de emergencia, provocara más de 500 muertos.
En Perú, las olas golpearon con fuerza el distrito costero de San Andrés, provincia de Pisco (sur), afectando a unas 300 viviendas con saldo de 200 damnificados.
Las olas alcanzaron una altura entre 15 cm y 1,45 metros, según la dirección de Hidrografía de la Marina de Guerra, que levantó la alerta de maremoto en toda la costa peruana.
En Lima, el gobernador del distrito costero de Ancón, Juan Miranda, informó que el mar ingresó unos 200 m al litoral afectando a unos 1.800 comerciantes que trabajan en esa zona, así como a algunas embarcaciones de pesca artesanal.
Ecuador, que durante el viernes ordenó evacuar de sus costas a casi 243.000 personas, tenía previsto levantar el estado de excepción este sábado, tras reportar "daños mínimos" en la provincia insular de Galápagos y otras cinco en la costa del Pacífico.
En Galápagos, a unos 1.000 km al oeste de la costa ecuatoriana, se registraron inundaciones en zonas urbanas que sólo causaron daños menores.
"Los momentos de mayor riesgo han pasado, los daños han sido mínimos y no hay desgracias personales que lamentar", dijo el presidente de Ecuador, Rafael Correa.
En Colombia, las olas no superaron los 50 cm, por lo que la alerta y la restricción a bañistas u y pesqueros fue levantada poco antes de la medianoche del viernes, según Luz Amanda Pulido, directora de Atención y Desastres del gobierno.
Más al norte, México fue el primero en recibir la marejada procedente de Japón, que provocó un oleaje de entre 20 y 70 cm sin causar daños materiales ni víctimas, según la secretaría de Gobernación.
El gobierno mexicano levantó la alerta después de determinar que la elevación del mar provocó "algunas situaciones poco comunes, pero que no representaron ninguna amenaza para la población, sus bienes y la infraestructura".
Tampoco se registraron episodios graves en las costas de los países de Centroamérica, que levantaron el estado de alerta y retomaron la normalidad este sábado.
La mayoría de países implicados tomaron medidas para enfrentar la amenaza de tsunami, incluida la evacuación de zonas de riesgo. Salvo algunos daños menores y algunos damnificados, la región sorteó la emergencia sin lamentar pérdidas humanas.
En Chile, el gobierno levantó la alarma de maremoto en todo su territorio y autorizó el regreso de las zonas evacuadas.
"Las personas pueden volver con tranquilidad a sus casas", dijo la portavoz del gobierno, Ena von Baer.
El oleaje se sintió especialmente en la Isla de Pascua, el norte y sur del país, donde se registraron algunos daños.
En la localidad de Dichato, a unos 400 km al sur de Santiago, el mar penetró unos 100 metros, y en la isla de Chiloé se presentó una variación del mar de 8 metros, lo que causó daños menores en diez naves y otras 20 quedaron a la deriva, indicó un informe de la Oficina Nacional de Emergencia (ONEMI).
El presidente de Chile, Sebastián Piñera, que visitó las localidades del sur más dañadas, destacó que el país se encuentra mejor preparado para enfrentar una emergencia de este tipo, después de que el año pasado un sismo y un posterior tsunami, que no fue advertido por los servicios de emergencia, provocara más de 500 muertos.
En Perú, las olas golpearon con fuerza el distrito costero de San Andrés, provincia de Pisco (sur), afectando a unas 300 viviendas con saldo de 200 damnificados.
Las olas alcanzaron una altura entre 15 cm y 1,45 metros, según la dirección de Hidrografía de la Marina de Guerra, que levantó la alerta de maremoto en toda la costa peruana.
En Lima, el gobernador del distrito costero de Ancón, Juan Miranda, informó que el mar ingresó unos 200 m al litoral afectando a unos 1.800 comerciantes que trabajan en esa zona, así como a algunas embarcaciones de pesca artesanal.
Ecuador, que durante el viernes ordenó evacuar de sus costas a casi 243.000 personas, tenía previsto levantar el estado de excepción este sábado, tras reportar "daños mínimos" en la provincia insular de Galápagos y otras cinco en la costa del Pacífico.
En Galápagos, a unos 1.000 km al oeste de la costa ecuatoriana, se registraron inundaciones en zonas urbanas que sólo causaron daños menores.
"Los momentos de mayor riesgo han pasado, los daños han sido mínimos y no hay desgracias personales que lamentar", dijo el presidente de Ecuador, Rafael Correa.
En Colombia, las olas no superaron los 50 cm, por lo que la alerta y la restricción a bañistas u y pesqueros fue levantada poco antes de la medianoche del viernes, según Luz Amanda Pulido, directora de Atención y Desastres del gobierno.
Más al norte, México fue el primero en recibir la marejada procedente de Japón, que provocó un oleaje de entre 20 y 70 cm sin causar daños materiales ni víctimas, según la secretaría de Gobernación.
El gobierno mexicano levantó la alerta después de determinar que la elevación del mar provocó "algunas situaciones poco comunes, pero que no representaron ninguna amenaza para la población, sus bienes y la infraestructura".
Tampoco se registraron episodios graves en las costas de los países de Centroamérica, que levantaron el estado de alerta y retomaron la normalidad este sábado.