¿ Alex Da Rosa y Luis Cristaldo son extranjeros o naturalizados?
La Paz, Erbol
Las reglas poco claras que en algunos casos tiene el fútbol boliviano hace que cuestiones referidas a los jugadores nacionales o extranjeros tengan una particular lectura.
La Federación Boliviana de Fútbol, por lo tanto la entidad más alta del balompié en nuestro país, determinó hace mucho tiempo que en la cancha deberán, obligatoriamente, estar siete jugadores “nativos” y cuatro plazas pueden ser completadas entre extranjeros y naturalizados.
La situación de jugadores como Alex, de filas del Club Bolívar y Luis Héctor Cristaldo, de The Strongest, es particular ya que ambos vistieron la camiseta de la selección nacional en calidad de naturalizados y de acuerdo con la Constitución Política del Estado sólo se les impide ejercer los cargos de presidente, vicepresidente o comandante de las Fuerzas Armadas o la Policía Nacional.
Empero, en materia de fútbol, la reglamentación de la Liga del Fútbol Profesional sólo los reconoce en su calidad de extranjeros y así están habilitados en sus equipos con la tarjeta correspondiente.
Lo contradictorio del caso, como informó Roger Bello, alto dirigente del fútbol nacional, es que ambos están inscritos como bolivianos naturalizados en la federación, condición que no pueden ejercer en la Liga a la hora de entrar a la cancha porque ocupan una plaza de extranjero.
De nada ha valido, por ejemplo, que Cristaldo ganara un Amparo Constitucional, igual juega como extranjero, según se conoció en las últimas horas.
En el caso de Alex, la situación es aún más llamativa ya que ha sido habilitado en la federación como jugador boliviano, pero forma parte de los extranjeros para la Liga, que a su vez determina que solamente seis extranjeros podrán ser contratados durante la temporada en disputa.
¿Cuál es la situación de Alex en consecuencia? ¿ Es el séptimo extranjero? ¿el único naturalizado de los celestes? ¿o un boliviano más?
Si actúa con carnet de extranjero Bolívar ha violado la regla de los seis por temporada. Si lo hace como naturalizado está en el Limbo entre los bolivianos y los extranjeros, en una tercera categoría que no tiene reconocimiento oficial del fútbol en el país. Boliviano de nacimiento no es, por lo tanto aquello de nativo aquí no cabe.
A todo esto, el balompié nacional, de acuerdo con los más prestigiosos constitucionalistas del país, se maneja dentro de lo anticonstitucional, ya que la Constitución reconoce a los bolivianos por nacimiento y por naturalización.
Es más, hay quienes en la Asamblea Plurinacional desde su lugar en diputados o senadores han puesto de manifiesto que el fútbol, respecto a este tema, entra en la Ley de Discriminación y los responsables podrían ser llevados a las instancias correspondientes.
Se ha prometido para la semana venidera una reunión de la Liga del Fútbol Profesional Boliviano para tratar el tema, pero eso únicamente parece ser un anuncio, de los muchos que han hecho respecto al tema, que han quedado bien guardados en los cajones de los dirigentes y pasado a engrosar la larga lista de reuniones no cumplidas.
Las reglas poco claras que en algunos casos tiene el fútbol boliviano hace que cuestiones referidas a los jugadores nacionales o extranjeros tengan una particular lectura.
La Federación Boliviana de Fútbol, por lo tanto la entidad más alta del balompié en nuestro país, determinó hace mucho tiempo que en la cancha deberán, obligatoriamente, estar siete jugadores “nativos” y cuatro plazas pueden ser completadas entre extranjeros y naturalizados.
La situación de jugadores como Alex, de filas del Club Bolívar y Luis Héctor Cristaldo, de The Strongest, es particular ya que ambos vistieron la camiseta de la selección nacional en calidad de naturalizados y de acuerdo con la Constitución Política del Estado sólo se les impide ejercer los cargos de presidente, vicepresidente o comandante de las Fuerzas Armadas o la Policía Nacional.
Empero, en materia de fútbol, la reglamentación de la Liga del Fútbol Profesional sólo los reconoce en su calidad de extranjeros y así están habilitados en sus equipos con la tarjeta correspondiente.
Lo contradictorio del caso, como informó Roger Bello, alto dirigente del fútbol nacional, es que ambos están inscritos como bolivianos naturalizados en la federación, condición que no pueden ejercer en la Liga a la hora de entrar a la cancha porque ocupan una plaza de extranjero.
De nada ha valido, por ejemplo, que Cristaldo ganara un Amparo Constitucional, igual juega como extranjero, según se conoció en las últimas horas.
En el caso de Alex, la situación es aún más llamativa ya que ha sido habilitado en la federación como jugador boliviano, pero forma parte de los extranjeros para la Liga, que a su vez determina que solamente seis extranjeros podrán ser contratados durante la temporada en disputa.
¿Cuál es la situación de Alex en consecuencia? ¿ Es el séptimo extranjero? ¿el único naturalizado de los celestes? ¿o un boliviano más?
Si actúa con carnet de extranjero Bolívar ha violado la regla de los seis por temporada. Si lo hace como naturalizado está en el Limbo entre los bolivianos y los extranjeros, en una tercera categoría que no tiene reconocimiento oficial del fútbol en el país. Boliviano de nacimiento no es, por lo tanto aquello de nativo aquí no cabe.
A todo esto, el balompié nacional, de acuerdo con los más prestigiosos constitucionalistas del país, se maneja dentro de lo anticonstitucional, ya que la Constitución reconoce a los bolivianos por nacimiento y por naturalización.
Es más, hay quienes en la Asamblea Plurinacional desde su lugar en diputados o senadores han puesto de manifiesto que el fútbol, respecto a este tema, entra en la Ley de Discriminación y los responsables podrían ser llevados a las instancias correspondientes.
Se ha prometido para la semana venidera una reunión de la Liga del Fútbol Profesional Boliviano para tratar el tema, pero eso únicamente parece ser un anuncio, de los muchos que han hecho respecto al tema, que han quedado bien guardados en los cajones de los dirigentes y pasado a engrosar la larga lista de reuniones no cumplidas.