Unas 100 personas están atrapadas bajo los escombros del seísmo en Nueva Zelanda
Unas 100 personas se hallaban atrapadas bajo los escombros de los edificios tras el terremoto registrado este martes en Christchurch, la segunda ciudad de Nueva Zelanda, informó la policía, señalando que el balance de 65 muertos podría aumentar significativamente.
"Puede haber 100 personas (atrapadas), puede fácilmente haber más", dijo el superintendente Russell Gibson a Radio New Zealand. El seísmo, de 6,3 grados de magnitud, se produjo a las 12h51 locales (12 horas menos en la España peninsular) a cinco kilómetros de la ciudad y a sólo cuatro de profundidad, según el Instituto de Geofísica de EEUU.
Le siguieron varias réplicas que llegaron a ser de 5,6 grados. Christchurch, con 340.000 habitantes, ahora en estado de emergencia, había sido golpeada el pasado 4 de septiembre por un temblor de 7 grados de magnitud, que no provocó muertos, aunque sí destrozos materiales considerables.
El terremoto de este martes, ocurrido a media jornada, "fue mucho peor, no tanto en intensidad como en materia de daños, y mucha gente está atrapada en los edificios", declaró un portavoz de los bomberos a Radio New Zealand.
Personas heridas y a menudo manchadas de sangre salían de los inmuebles y caminaban renqueantes por las calles, apoyándose unas en otras, según imágenes de la televisión, que había mostrado escenas de pánico poco después del temblor. En la plaza principal de la ciudad se oían gritos y la aguja de la catedral de Christchurch se desgajó.
"Varios decesos fueron señalados en diferentes puntos del centro de la ciudad, donde dos autobuses fueron aplastados por cascotes caídos de las alturas. Un médico y los servicios de emergencia se encuentran en el lugar", indicó la policía.
El alcalde, Bob Parker, declaró el estado de emergencia, que supone el cierre de los accesos al centro de la ciudad para garantizar la seguridad pública y facilitar la labor de los equipos de rescate. Parker contó que el temblor lo tiró al suelo. "Cuando me levanté, miré la ciudad y podía ver nubes de polvo encima de los edificios desplomados. Oía gritos en la calle", declaró a la prensa.
"Todo el mundo debe entender que se trata de un día negro para esta ciudad profundamente conmocionada", declaró. Dijo tener información de "autobuses atrapados debajo de inmuebles desplomados, de aparcamientos muy dañados, hundidos del todo o en parte" y "de gente encerrada dentro de edificios del centro".
El terremoto se produjo en un momento del día en que "la ciudad está llena, con gente en el trabajo, los niños en el colegio", declaró el primer ministro neozelandés. El aeropuerto de la ciudad fue cerrado y la policía indicó que estaba evacuando el centro de la ciudad. Situada en el cinturón de fuego, Nueva Zelanda registra hasta 15.000 temblores al año. El terremoto más mortífero desde que existen las estadísticas se cobró 256 muertos el 3 de febrero de 1931 en la bahía de Hawke, sur de la isla del Norte.
"Puede haber 100 personas (atrapadas), puede fácilmente haber más", dijo el superintendente Russell Gibson a Radio New Zealand. El seísmo, de 6,3 grados de magnitud, se produjo a las 12h51 locales (12 horas menos en la España peninsular) a cinco kilómetros de la ciudad y a sólo cuatro de profundidad, según el Instituto de Geofísica de EEUU.
Le siguieron varias réplicas que llegaron a ser de 5,6 grados. Christchurch, con 340.000 habitantes, ahora en estado de emergencia, había sido golpeada el pasado 4 de septiembre por un temblor de 7 grados de magnitud, que no provocó muertos, aunque sí destrozos materiales considerables.
El terremoto de este martes, ocurrido a media jornada, "fue mucho peor, no tanto en intensidad como en materia de daños, y mucha gente está atrapada en los edificios", declaró un portavoz de los bomberos a Radio New Zealand.
Personas heridas y a menudo manchadas de sangre salían de los inmuebles y caminaban renqueantes por las calles, apoyándose unas en otras, según imágenes de la televisión, que había mostrado escenas de pánico poco después del temblor. En la plaza principal de la ciudad se oían gritos y la aguja de la catedral de Christchurch se desgajó.
"Varios decesos fueron señalados en diferentes puntos del centro de la ciudad, donde dos autobuses fueron aplastados por cascotes caídos de las alturas. Un médico y los servicios de emergencia se encuentran en el lugar", indicó la policía.
El alcalde, Bob Parker, declaró el estado de emergencia, que supone el cierre de los accesos al centro de la ciudad para garantizar la seguridad pública y facilitar la labor de los equipos de rescate. Parker contó que el temblor lo tiró al suelo. "Cuando me levanté, miré la ciudad y podía ver nubes de polvo encima de los edificios desplomados. Oía gritos en la calle", declaró a la prensa.
"Todo el mundo debe entender que se trata de un día negro para esta ciudad profundamente conmocionada", declaró. Dijo tener información de "autobuses atrapados debajo de inmuebles desplomados, de aparcamientos muy dañados, hundidos del todo o en parte" y "de gente encerrada dentro de edificios del centro".
El terremoto se produjo en un momento del día en que "la ciudad está llena, con gente en el trabajo, los niños en el colegio", declaró el primer ministro neozelandés. El aeropuerto de la ciudad fue cerrado y la policía indicó que estaba evacuando el centro de la ciudad. Situada en el cinturón de fuego, Nueva Zelanda registra hasta 15.000 temblores al año. El terremoto más mortífero desde que existen las estadísticas se cobró 256 muertos el 3 de febrero de 1931 en la bahía de Hawke, sur de la isla del Norte.