Policía Nacional no termina de moralizarse y en un año tuvo cuatro escándalos

La Paz, Erbol
La banda de Ana, el clan Rosales, el caso Olorio y el último, “narco-policías” de Sanabria, son los al menos cuatro escándalos que sacuden a la Policía Nacional desde hace un año, en coincidencia con el tiempo que rige la institución el general Óscar Nina y su promesa de “limpiar” de corruptos la entidad de la seguridad interna en el país.

La semana pasada, la Policía de Panamá detuvo al general en retiro René Sanabria Oropeza, ex comandante de la fuera antidroga en Bolivia, que era buscado por Estados Unidos desde el 16 de diciembre de 2010 acusado de “conspiración” e “importación” de cocaína. También fue detenido en el operativo Marcelo Foronda. Ambos preparaban el embarque de 144 kilos de droga a Estados Unidos, carga que era esperada desde Arica, en Chile.

El caso ha desnudado en La Paz vínculos mayores de policías con narcotraficantes. El viernes 25, el ministro de Gobierno, Sacha Llorenti, presentó a otros policías implicados con Sanabria Oropeza, de una lista de 17 personas investigadas. El coronel Milton Sánchez Pantoja, el mayor Edwin Raúl Oña Moncada, el capitán Franz Fernando Siles Ríos y Félix Calderón Gil son presuntamente parte la banda y el domingo fueron enviados a la cárcel de San Pedro bajo medidas cautelares.

Sobre el último escándalo, el viceministro de Defensa Social, Felipe Cáceres, ha considerado que el caso “ha perforado” el sistema de inteligencia contra el tráfico de drogas en el país, uno de cuyos miembros era Sanabria Oropeza. Llorenti dijo que éste trabajaba en el Centro de Inteligencia de Información (Cigerin), dependiente del Ministerio de Gobierno, y dejó sus funciones sin permiso el jueves 24 de febrero.

Las tramas entre policías y narcotraficantes no son nuevas. El 14 de mayo de 2010, la matanza de los serbios Bojan Bakula, Sasa Turcinovic ¡Error! Referencia de hipervínculo no válida.

Predrag Cankovic, además de los bolivianos Mauricio Méndez Santistevan, Rafael Douglas Cuéllar Loras ¡Error! Referencia de hipervínculo no válida. el policí¡Error! Referencia de hipervínculo no válida. Diego Guardia Ví¡Error! Referencia de hipervínculo no válida., dejó al descubierto a la banda de traficantes de droga de William Rosales, varias veces liberado de casos de narcotráfico, cuyo paradero es desconocido.

Aunque no hubo avances en las investigaciones, cuatro testigos de la vendetta apuntaron al ex capitán de policí¡Error! Referencia de hipervínculo no válida. Orlando Araujo Becerra, detenido en Quijarro a finales de mayo del año pasado, como el presunto líder de la banda, en la que también están implicados varios policías.

Otro proceso vigente es el caso Olorio, referido al asalto a una caseta de Vías Bolivia y la muerte de David Olorio. Cerca de las 23.00 del 4 de julio de 2010, delincuentes asaltaron el peaje de la autopista de La Paz, de donde se llevaron aproximadamente 280.000 bolivianos.

Las investigaciones iniciales establecieron que el principal sospechoso, que murió torturado luego de su detención en celdas policiales, tenía conexión con jefes y subalternos de la Policía Nacional. Uno de los detenidos, el peruano Carlos Alberto Junco, apareció muerto el 24 de noviembre de 2010 en la cárcel de alta seguridad de Chonchocoro. Había sido abatido con cuatro balazos y las autoridades del Ministerio Público creen que, antes de su muerte, aquél estaba en afanes de develar los vínculos en el suceso.

Cuatro policías estaban incluidas en la lista de investigados en la causa, que aún no esclareció el hecho.

Policías y ladrones. El 20 de diciembre de 2009, una banda de diez antisociales liderada por una mujer, Ana Suárez, fue desarticulada en Las Lomas, al oeste de La Paz. Entre los implicados se encontraban dos sargentos de la Policía Nacional, y más tarde se supo que el grupo estaba integrado además por otros dos coroneles.

Los delincuentes operaban junto con los policías, quienes los alertaban de la vigilancia policial para facilitar sus acciones. Los fiscales hallaron en las cuentas de uno de los policías, que ganaba 700 bolivianos de sueldo, sumas millonarias, y una casa valuada en 200.00 dólares.

En varias oportunidades, el presidente Evo Morales expresó su preocupación por la participación de algunos policías en actividades ilícitas. “Sean las Fuerzas Armadas o la Policía, la disciplina es muy importante. Si no hay disciplina, si no hay convencimiento de su trabajo, si no hay cariño a su institución, es difícil garantizar la seguridad ciudadana.

Lamentamos que por culpa de uno o dos oficiales tenga que darse una mala imagen de la Policía Nacional”, dijo a mediados de marzo de 2010 ante un caso de volteo de droga ocurrido en Santa Cruz, cuyos protagonistas eran cuatro oficiales policías.

Semanas después de su posesión, Nina anunció procesos contra policías corruptos, cuya lista preliminar era de 200. En noviembre del año pasado, la autoridad policial aseguró a Erbol que en el año habían sido dados de baja 480 policías, acusados de delitos comunes y deserción, principalmente.

Nina, antiguo comandante de la Fuerza de Lucha contra el Narcotráfico (FELCN), juró a su cargo el 23 de enero de 2010, en medio de las investigaciones del “caso Ana Suárez”.

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