Obama: "Lo que vale para Egipto vale para Irán"
Washington, El País
Barack Obama pone Egipto como modelo de lo que puede ocurrir en Irán y en otros países de la región que se resistan al cambio, y advirtió este martes a todos los Gobiernos totalitarios de Oriente Próximo que no serán capaces de frenar con represión y violencia "el hambre de libertad" manifestada por una nueva generación que demanda ansiosamente un futuro mejor. De esta manera, el presidente norteamericano inaugura lo que puede ser una aproximación totalmente distinta de parte de Estados Unidos para buscar la estabilidad en uno de los escenarios donde más claramente está en juego la paz mundial.
En una conferencia de prensa en la Casa Blanca, Obama mandó un mensaje claro a los autócratas de Oriente Próximo: "El mundo está cambiando. Ha surgido una generación joven y vibrante que busca mayores oportunidades. Hay que estar a la cabeza del cambio; no se puede estar por detrás de la ola".
En referencia particular a Irán, donde el Gobierno ha reprimido las protestas de los últimos días y ha encarcelado a líderes de la oposición, Obama dijo que "lo que es verdad para Egipto tiene que ser verdad para Irán". Aseguró que las demandas de los manifestantes iraníes son las mismas de los que protestaron en Egipto. "Lo que es diferente", añadió, "es la respuesta del Gobierno, que en el caso de Irán ha sido la de disparar a la gente, golpearles y arrestarles".
Eso no le servirá a las autoridades iraníes, afirmó Obama, para contener a su pueblo, y pronosticó que "las protestas seguirán si el pueblo de Irán tiene el coraje de levantarse por sus derechos". Refiriéndose directamente a los ciudadanos iraníes, el presidente norteamericano ha declarado que "Estados Unidos no les va a dictar lo que tienen que hacer, pero les va a dar todo su apoyo moral".
Esa misma doctrina, explicó, es válida para el conjunto de Oriente Próximo. Puso en alerta a los aliados de Estados Unidos de que "el ejemplo de Túnez y Egipto se va a extender" y de que "es necesario que los gobiernos empiecen a entenderlo y respondan adecuadamente".
Recordó que Estados Unidos está interesado, obviamente, en la estabilidad de esa región, pero añadió que esa estabilidad no se pude alcanzar ya negándole los derechos a quienes pretende una vida mejor. "Cuantos más pasos den los gobiernos para facilitar esas oportunidades, más estables serán esos países. No se puede mantener el poder mediante la coerción", concluyó.
Admitió que eso supone un gran desafío, tanto para los países afectados por las protestas como para Estados Unidos, acostumbrado hasta ahora a tratar con líderes autoritarios. "Es un reto porque la democracia es desordenada", ha dicho, "cuando se negocia con una democracia no se negocia con una persona sino con un amplio abanico de opiniones. Pero creo en la probabilidad de obtener de eso más de lo que obteníamos de lo que teníamos hasta ahora".
"Lo que traerá estabilidad a la región", añadió, "es conseguir que los jóvenes, que la gente ordinaria, sientan que están en el camino de dar de comer a sus familias, de conseguir un mejor trabajo, de acceder a una mejor educación, de aspirar a una vida mejor".
Aunque no mencionó específicamente ningún país del área, a una pregunta sobre el riesgo de que las protestas se extiendan a Arabia Saudí, el mayor exportador mundial de petróleo, Obama contestó que "cada país tiene su propia tradición" y que "Estados Unidos no va a dictarles cómo tienen que gobernar sus sociedades". "Pero hay ciertos principios universales a los que nos adherimos", recalcó, "y uno de ellos es el de no utilizar la violación y la coerción para mantener el control, y otro es el derecho a la libertad de expresión".
La repercusión que cualquier suceso en Oriente Próximo tiene en el mercado mundial de petróleo es una de las circunstancias por las que los movimientos de la diplomacia norteamericana en la región resultan tan arriesgados. La presencia de armas nucleares y la seguridad de Israel son otras dos razones de la potencialidad explosiva del área.
Obama aludió indirectamente a esos factores al comentar que en las manifestaciones ocurridas hasta ahora no se han visto "sentimientos antiamericanos o antiisraelíes o antioccidentales" y al destacar la necesidad de que las transiciones a la democracia se hagan, como en el caso de Egipto, "de forma pacífica y ordenada".
El presidente se mostró satisfecho por lo ocurrido en Egipto desde la caída de Hosni Mubarak -"hasta el momento estamos viendo signos positivos"- e insistió en que el diálogo es la mejor manera de conducir la transición. "La historia de las transiciones nos enseña que las más exitosas han sido aquellas en las que las protestas pacíficas llevaron a la discusión, a las reformas y, en última instancia, a la democracia".
Barack Obama pone Egipto como modelo de lo que puede ocurrir en Irán y en otros países de la región que se resistan al cambio, y advirtió este martes a todos los Gobiernos totalitarios de Oriente Próximo que no serán capaces de frenar con represión y violencia "el hambre de libertad" manifestada por una nueva generación que demanda ansiosamente un futuro mejor. De esta manera, el presidente norteamericano inaugura lo que puede ser una aproximación totalmente distinta de parte de Estados Unidos para buscar la estabilidad en uno de los escenarios donde más claramente está en juego la paz mundial.
En una conferencia de prensa en la Casa Blanca, Obama mandó un mensaje claro a los autócratas de Oriente Próximo: "El mundo está cambiando. Ha surgido una generación joven y vibrante que busca mayores oportunidades. Hay que estar a la cabeza del cambio; no se puede estar por detrás de la ola".
En referencia particular a Irán, donde el Gobierno ha reprimido las protestas de los últimos días y ha encarcelado a líderes de la oposición, Obama dijo que "lo que es verdad para Egipto tiene que ser verdad para Irán". Aseguró que las demandas de los manifestantes iraníes son las mismas de los que protestaron en Egipto. "Lo que es diferente", añadió, "es la respuesta del Gobierno, que en el caso de Irán ha sido la de disparar a la gente, golpearles y arrestarles".
Eso no le servirá a las autoridades iraníes, afirmó Obama, para contener a su pueblo, y pronosticó que "las protestas seguirán si el pueblo de Irán tiene el coraje de levantarse por sus derechos". Refiriéndose directamente a los ciudadanos iraníes, el presidente norteamericano ha declarado que "Estados Unidos no les va a dictar lo que tienen que hacer, pero les va a dar todo su apoyo moral".
Esa misma doctrina, explicó, es válida para el conjunto de Oriente Próximo. Puso en alerta a los aliados de Estados Unidos de que "el ejemplo de Túnez y Egipto se va a extender" y de que "es necesario que los gobiernos empiecen a entenderlo y respondan adecuadamente".
Recordó que Estados Unidos está interesado, obviamente, en la estabilidad de esa región, pero añadió que esa estabilidad no se pude alcanzar ya negándole los derechos a quienes pretende una vida mejor. "Cuantos más pasos den los gobiernos para facilitar esas oportunidades, más estables serán esos países. No se puede mantener el poder mediante la coerción", concluyó.
Admitió que eso supone un gran desafío, tanto para los países afectados por las protestas como para Estados Unidos, acostumbrado hasta ahora a tratar con líderes autoritarios. "Es un reto porque la democracia es desordenada", ha dicho, "cuando se negocia con una democracia no se negocia con una persona sino con un amplio abanico de opiniones. Pero creo en la probabilidad de obtener de eso más de lo que obteníamos de lo que teníamos hasta ahora".
"Lo que traerá estabilidad a la región", añadió, "es conseguir que los jóvenes, que la gente ordinaria, sientan que están en el camino de dar de comer a sus familias, de conseguir un mejor trabajo, de acceder a una mejor educación, de aspirar a una vida mejor".
Aunque no mencionó específicamente ningún país del área, a una pregunta sobre el riesgo de que las protestas se extiendan a Arabia Saudí, el mayor exportador mundial de petróleo, Obama contestó que "cada país tiene su propia tradición" y que "Estados Unidos no va a dictarles cómo tienen que gobernar sus sociedades". "Pero hay ciertos principios universales a los que nos adherimos", recalcó, "y uno de ellos es el de no utilizar la violación y la coerción para mantener el control, y otro es el derecho a la libertad de expresión".
La repercusión que cualquier suceso en Oriente Próximo tiene en el mercado mundial de petróleo es una de las circunstancias por las que los movimientos de la diplomacia norteamericana en la región resultan tan arriesgados. La presencia de armas nucleares y la seguridad de Israel son otras dos razones de la potencialidad explosiva del área.
Obama aludió indirectamente a esos factores al comentar que en las manifestaciones ocurridas hasta ahora no se han visto "sentimientos antiamericanos o antiisraelíes o antioccidentales" y al destacar la necesidad de que las transiciones a la democracia se hagan, como en el caso de Egipto, "de forma pacífica y ordenada".
El presidente se mostró satisfecho por lo ocurrido en Egipto desde la caída de Hosni Mubarak -"hasta el momento estamos viendo signos positivos"- e insistió en que el diálogo es la mejor manera de conducir la transición. "La historia de las transiciones nos enseña que las más exitosas han sido aquellas en las que las protestas pacíficas llevaron a la discusión, a las reformas y, en última instancia, a la democracia".