Nápoli ganó ante Catania y quedó a un triunfo de Milan


Roma, Espn
Fue un partido duro y reñido, el que cerró la fecha 26 del Calcio en el estadio San Paolo, pero al final ganó el mejor. Fue así que Nápoli pudo superar a Catania, con un 1 a 0 fruto del gol de Juan Zuñiga.

Gracias a estos tres puntos, el Burro ahora suma 52 en la tabla y recuperó la segunda plaza de la clasificación, tres abajo de Milan y dos arriba de Inter. Los sicilianos, en cambio, se quedaron decimoséptimos con 26 unidades, a apenas tres de distancia del umbral del descenso.

El match fue increíblemente equilibrado y a frente de un primer tiempo favorable a los locales, la visita jugó mejor el complemento, tanto que hubiera hasta merecido llevarse un punto, de no ser por la buena defensa de Nápoli, que mostró grande cinismo.

El partido comenzó con la sorpresa de un Catania rápido, que rozó el gol con un cabezazo de Schelotto que se estampó sobre el palo, con De Sanctis ya vencido, en jugada de tiro de esquina.

Sin embargo, el ritmo bajó enseguida, sobre todo por causa de la visita que, tras el buen comienzo, se encerró bastante en su propia mitad de la cancha, con los celestes obligados a maniobrar con paciencia, cambiando de frente a menudo para buscar algún espacio.

Sin embargo, a pesar de las apariencias, ese fue el juego que más le hizo cómodo al conjunto local, que sin poder contar con el cambio de ritmo de Lavezzi necesitó carburar con calma, para copar los espacios y levantar su centro de equilibrio.

Así, el equipo pudo crear sus ocasiones para anotar y salió a buscar el triunfo, sin desmoralizarse ni cambiar guión tampoco cuando, al onceavo minuto, Cavani estampo sobre el poste un penal (muy dudoso por cierto) que Sosa se había ganado.

Al revés, Nápoli siguió como si nada y, a mediados del primer tiempo, Zuñiga recogió en el área un rebote tras un remate de Cavani, la paró muy bien y mano a mano definió bajo al primer palo, firmando el 1 a 0 con su primer gol en Serie A.

El primer tiempo siguió equilibrado pero controlado por el Burro hasta el final, puesto que la visita no cambió actitud a pesar de la desventaja en el marcador. En el complemento, en cambio, la historia cambió, porque los locales bajaron con la intención de cerrar enseguida el partido.

Efectivamente, Nápoli levantó mucho el ritmo y jugó bien, apretó a los sicilianos en su mitad de la cancha y creó algunas buenas ocasiones. Sin embargo, esa actitud al final le jugó contra, porque Catania estaba sólo esperando que sus rivales se abrieran, para atacarlos con velocidad e intensidad.

Así, paulatinamente el control del juego pasó de las manos de los locales a las de los sicilianos, quienes fueron inteligentes en atacar sin pero nunca descubrirse demasiado, de manera que estuvieron siempre al alcance del empate.

En ese marco, mucho influyó el evidente cansancio del conjunto de Mazzarri, que venía de haber jugado el jueves contra Villarreal. La táctica de Catania fue inteligente, pero no funcionó porque, a la hora de abrir la defensa local, llegaron las dificultades serias.

Especialmente por mérito de la atenta retaguardia de Nápoli, que realmente no le concedió casi nada a los atacantes rivales que, de todas maneras, tuvieron sus chances para anotar, si bien raramente éstas fueron claras.

En efecto, la única ocasión nítida llegó justo sobre el final, cuando el argentino Bergessio, de flojo debut, quedó libre al ingreso del área peor la pelota le quedó para su pierna menso hábil: el zurdazo central fue débil, pero hubo emoción porque se le escapó a De Sanctis y Morimoto no llegó a conectar el tap-in por cuestión de centímetros.

Al final el Burro logró vencer un partido complicado, mostrando otra vez una grande madurez y parándose ahí nomás de Milan, a una victoria de distancia, justo antes del enfrentamiento directo que se jugará el próximo lunes 28 de febrero en San Siro.

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