Mourinho: "A un presidente le digo lo que no quiere oír"

Madrid, As
José Mourinho se confesó al ex madridista Christian Panucci en una entrevista que le hizo'Sky Italia' y cuya primera parte ya ha sido emitida. De sus relaciones con sus presidentes, dijo: "El tiempo que trabajé con Abramovich fue fantástico. Igual que con Moratti en el Inter o Pinto da Costa en el Oporto. Llevo poco tiempo en España pero espero poder decir lo mismo de Florentino. Nunca he tenido problemas y he sido honesto. Y cuando eres honesto, a veces tienes que decirle a tu presidente cosas que él no quiere oír. Es lo mejor".

También habló de su etapa en el Barça: "Robson llegaba a los entrenamientos con sólo diez minutos de antelación, jugaba al golf y llevaba una vida increíble, plena de disfrute. El fútbol no era una presión para él. Yo preparaba todo y cuando me preguntaba, le decía: "Mister, hoy hacemos esto y esto". Van Gaal era exactamente lo contrario. Llegaba dos horas antes al entrenamiento y todos los detalles los planificaba él. Los asistentes sólo entrenábamos".

"La experiencia en Barcelona fue fantástica. Fueron los jugadores los que me enseñaron, hablando con ellos de su experiencia aprendí mucho. Allí estaban Stoichkov, Ronaldo, Figo o Popescu. Cuando volví a Portugal tenía la sensación de que ya estaba preparado para ser entrenador", añadió.

El portugués relató así cómo fueron los comienzos: "No miento si digo que de pequeño no quería ser entrenador, pretendía ser jugador. Iba con un balón debajo del brazo, no con un libro para estudiar cómo entrenar. A mí lo que me gustaba era el fútbol, pero estudiaba al mismo tiempo porque era la única manera de que en mi casa me permitieran jugar".

"Mi padre era jugador -prosigue- y eso me hacía leer los partidos de forma distinta, un poco como mi hijo ahora, que me pregunta por qué he cambiado a uno en lugar de a otro. Pensé en una dinámica distinta a la de un niño que no tiene el fútbol en casa. Después entendí que no podía ser un grandísimo jugador. Con mis amigos podía ser un fenómeno, pero en el campeonato era uno más y fui consciente, ya de joven, que en el campo era más entrenador que jugador. Organizaba el equipo, decía quién jugaba y quién no, cuánto duraba el partido..."

"Mi padre era entrenador y no tenía cinco observadores o colaboradores como ahora. Y me mandaba a mí a ver a los rivales. Ahí aprendí a leer los partidos y a exprimir lo que veía, porque una cosa es ver y otra hacer entender lo que has visto. Y eso me ha ayudado mucho", explicó.

De su relación con Messina, comentó: "Siempre he tenido curiosidad por ver cómo se trabaja en otros deportes. Y le he abierto la puerta a Messina para que vea cómo trabajamos nosotros. Él ha visto que trabajamos seriamente. Me ha hecho feliz que se diera cuenta, porque mucha gente tiene la sensación de que en el fútbol sólo vivimos del talento de los jugadores, pero yo creo que es el tipo de organización lo que puede marcar la diferencia".

Y de las relaciones en el vestuario, concluye: "Me gusta la discusión y la opinión. Un equipo debe tener tres o cuatro jugadores con carácter, que siembren la duda y nos obliguen a pensar. De mis asistentes espero lo mismo. No me gusta que un jugador cree un conflicto, pero sí que aporte una solución".

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