Milan acorraló a Lazio pero no encontró la vía del gol


Roma, Espn
En el estadio San Siro, Milan y Lazio igualaron sin anotaciones, de manera que los rossoneri siguen ocupando la primera posición, ahora con 48 puntos, mientras que los capitalinos mantendrán seguramente la tercera posición, puesto que con 41 unidades en la tabla, al máximo podrán ser alcanzados por Roma e Inter, actualmente cuartos con 38.

El match se jugó prácticamente en una única dirección, puesto que la visita llegó a Milán para jugar a todo "catenaccio", mientras que el Diávolo, especialmente en el complemento, creó juego y ocasiones, pero no supo concretizarlas.

El primer tiempo fue bastante equilibrado, porque los locales encontraron muchas dificultades en abrirse paso en el fortín albiceleste, que por amplios tramos del match jugó totalmente encerrado en su propia mitad de la cancha.

El problema fundamental fue que, en un equipo totalmente inédito y arreglado para cubrir las numerosas ausencias, claramente faltó la posibilidad de organizar una maniobra coral. En ese marco, jugadores como Robinho y Pato debían encargarse de hacer la diferencia con gambetas y remates, pero ninguno de los dos estaba suficientemente inspirado.

Sin embargo, como un reloj de arena que se va llenando de un lado con el pasar de los minutos, los muchachos de Allegri paulatinamente fueron carburando, empezaron a poner presión, aumentaron el ritmo y lograron crear alguna chance, como cuando Emanuelson tuvo un buen balón para disparar al arco, casi un penal en movimiento para su zurda, pero terminó por rematar arriba del travesaño.

El complemento ingresó Legrottaglie, a su debut rossonero, en lugar de Bonera, quien tuvo que salir por haber sufrido un trauma craneal por un codazo de Kozák. El central ex-Juventus tuvo hasta una suerte peor, cuando faltando unos diez minutos al final tuvo que salir por un trauma cervical, siempre a causa del joven delantero checo (quien fue apenas amonestado en todo el partido).

En esa etapa, el dominio rossonero fue total: Lazio nunca le pegó al arco y raramente se asomó en la otra mitad de la cancha, mientras que Milan desde el comienzo creó algunas ocasiones increíbles. La primera la tuvo Ibrahimovic, quien desde el límite del área sacudió un derechazo rasante impecable, pero el balón pegó en la parte interna del palo a la derecha de Muslera, para luego caminar sobre la línea, impactar sobre el otro poste y terminar entre las manos del portero visitante.

Luego el sueco tuvo otra buena chance, pero su derechazo con comba salió a pocos centímetros del arco, casi empujado por el suspiro de Muslera. Cuando al minuto 18 Cassano le dio el cambio a Pato, las cosas cambiaron poco: los locales siguieron atacando, Lazio continuó defendiéndose, de la mano de un Días monumental y ayudado por la Diosa Vendada, y el balón siguió sin entrar.

Biava salvó sobre la línea un remate certero de Robinho. Emanuelson tuvo otra ocasión increíble, pero disparó terriblemente alto, luciendo una pésima capacidad para rematar al arco. Cassano, sobre el final, pidió un penal, pero el referí no tomó decisiones (así como no las tomó cuando Ibrahimovic fue evidentemente bajado sobre el límite del área), también porque el balón le llegó a Ibrahimovic, quien de manera inesperada le pegó muy mal, mandando el esférico a las tribunas.

En suma, fue un match en el que un equipo cansado y en emergencia intentó atacar y otro, astuto y cínico, aprovechó al máximo de las dificultades de su rival para defenderse con todo y, con una buena dosis de suerte, logró llevarse un punto importante.

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