Los sindicatos brasileños amenazan con movilizaciones
Brasilia, Agencias
Los sindicatos brasileños amenazan con manifestaciones si la presidenta, Dilma Rousseff, no cambia de postura respecto al salario mínimo, tras proponer al Parlamento un aumento menor que el que reclaman las centrales. Esta cuestión llevó el lunes al ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva a romper el silencio que ha mantenido desde que dejó el poder para tildarles de "oportunistas".
"No estamos satisfechos con este inicio del Gobierno de Dilma. Si ese va a ser su rumbo, nosotros vamos a la calle, aunque preferiríamos negociar", afirmó ayer Paulo Pereira da Silva, presidente de Fuerza Sindical y diputado del izquierdista Partido Democrático de los Trabajadores (PDT).
Según Pereira, que asegura que sus declaraciones son compartidas por todas las demás fuerzas sindicales, el camino que Rousseff ha emprendido "es el de apretar, el dejar decidir al mercado, el de contener gastos, pero ese camino ya lo conocemos: era el del Gobierno de Fernando Henrique Cardoso, un camino que se demostró equivocado y que llevó a la recesión". Por todo ello, según el líder sindical los trabajadores comenzarán hoy mismo las manifestaciones.
Cambio de relación
En una larga entrevista con Terra Magazine, Pereira deja claro que la relación que los sindicatos tuvieron con Lula no es la que están teniendo con Rousseff: "Con Lula hicimos todo lo posible para sacar a Brasil de la crisis. Cerramos cientos de acuerdos de reducción salarial combinados con él. Eso es porque nosotros confiábamos en Lula. Ahora bien, con Dilma no tenemos una relación histórica. El Gobierno que ella ha montado es un Gobierno duro. Antonio Palocci [ministro de la Casa Civil] no nos garantiza de que se trate solo del inicio. Estamos observando que han emprendido un modelo económico que lleva a Brasil a la recesión, al desempleo, al enfrentamiento con el Congreso y a tasas de intereses altísimas. Por eso hemos decidido enfrentarnos", ha afirmado.
Preguntado sobre si la política de austeridad económica de Rousseff no está justificada por la inflación -que se ha disparado hasta el 6%, dos puntos más de lo previsto por el Gobierno-, el líder sindical respondió: "No creo que una inflación al 6% sea un descontrol. Hay que ver también los beneficios que acarrea. Brasil fue el país que más trabajadores contrató: 2,5 millones en 2010".
Pereira, hablando siempre en nombre de todo el sindicato, ha afirmado que van a intentar "apartar a Dilma" de ese camino emprendido por su Gobierno, ya que, de no cambiar de rumbo, "va a tener muchos problemas".
Al recordarle que Lula defendió el lunes el rigor presupuestario de Rousseff, Pereira respondió que "él tiene que defender a su criatura".
Los sindicatos brasileños amenazan con manifestaciones si la presidenta, Dilma Rousseff, no cambia de postura respecto al salario mínimo, tras proponer al Parlamento un aumento menor que el que reclaman las centrales. Esta cuestión llevó el lunes al ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva a romper el silencio que ha mantenido desde que dejó el poder para tildarles de "oportunistas".
"No estamos satisfechos con este inicio del Gobierno de Dilma. Si ese va a ser su rumbo, nosotros vamos a la calle, aunque preferiríamos negociar", afirmó ayer Paulo Pereira da Silva, presidente de Fuerza Sindical y diputado del izquierdista Partido Democrático de los Trabajadores (PDT).
Según Pereira, que asegura que sus declaraciones son compartidas por todas las demás fuerzas sindicales, el camino que Rousseff ha emprendido "es el de apretar, el dejar decidir al mercado, el de contener gastos, pero ese camino ya lo conocemos: era el del Gobierno de Fernando Henrique Cardoso, un camino que se demostró equivocado y que llevó a la recesión". Por todo ello, según el líder sindical los trabajadores comenzarán hoy mismo las manifestaciones.
Cambio de relación
En una larga entrevista con Terra Magazine, Pereira deja claro que la relación que los sindicatos tuvieron con Lula no es la que están teniendo con Rousseff: "Con Lula hicimos todo lo posible para sacar a Brasil de la crisis. Cerramos cientos de acuerdos de reducción salarial combinados con él. Eso es porque nosotros confiábamos en Lula. Ahora bien, con Dilma no tenemos una relación histórica. El Gobierno que ella ha montado es un Gobierno duro. Antonio Palocci [ministro de la Casa Civil] no nos garantiza de que se trate solo del inicio. Estamos observando que han emprendido un modelo económico que lleva a Brasil a la recesión, al desempleo, al enfrentamiento con el Congreso y a tasas de intereses altísimas. Por eso hemos decidido enfrentarnos", ha afirmado.
Preguntado sobre si la política de austeridad económica de Rousseff no está justificada por la inflación -que se ha disparado hasta el 6%, dos puntos más de lo previsto por el Gobierno-, el líder sindical respondió: "No creo que una inflación al 6% sea un descontrol. Hay que ver también los beneficios que acarrea. Brasil fue el país que más trabajadores contrató: 2,5 millones en 2010".
Pereira, hablando siempre en nombre de todo el sindicato, ha afirmado que van a intentar "apartar a Dilma" de ese camino emprendido por su Gobierno, ya que, de no cambiar de rumbo, "va a tener muchos problemas".
Al recordarle que Lula defendió el lunes el rigor presupuestario de Rousseff, Pereira respondió que "él tiene que defender a su criatura".