Los bancos pactaron con los Kirchner antes de las elecciones, según EE UU
Madrid, El País
Poco antes de las elecciones generales de 2007, los principales bancos argentinos aceptaron emitir créditos baratos, por debajo de los tipos de interés, para satisfacer los objetivos electoralistas del Gobierno de Néstor Kirchner, según detalla un cable de la Embajada de Estados Unidos en Buenos Aires, fechado el 4 de febrero del 2008. El Ejecutivo solo quería los titulares de prensa y prometió no comprobar si los préstamos habían sido concedidos, de acuerdo con la confidencia efectuada por la presidenta de un banco nacional a Anthony Wayne, entonces embajador norteamericano.
La revelación sobre la concesión de préstamos como gancho electoral, en fechas previas a las votaciones del 28 de octubre de aquel año, que llevaron a la presidencia a Cristina Fernández de Kirchner, fue conocida por el jefe de la misión durante una serie de reuniones con banqueros, empresarios y analistas, a lo largo de tres semanas. El objetivo de esas entrevistas fue pulsar el estado de opinión de las relaciones entre Estados Unidos y Argentina, a raíz de un conflicto bilateral.
Clarisa Lifsic, presidenta del Banco Hipotecario, cuyo principal negocio es el crédito hipotecario, comentó al embajador, siempre según el cable, que el Gobierno argentino había demostrado pocos conocimientos sobre cómo expandir el mercado de los préstamos a medio y largo plazo; a continuación se refirió al acuerdo preelectoral con el Ejecutivo citado por el informe de la embajada. "Los bancos lo firmaron porque el presidente de la Asociación de Bancos (Jorge Brito, presidente del Banco Macro) les aseguró que el Gobierno solo quería los titulares de prensa y nunca comprobaría si los prestamos habían sido emitidos", según trasladó a Washington el diplomático.
El presidente de la Asociación de Bancos (Adeba), Jorge Brito, se refirió en otra de las reuniones del jefe de la legación norteamericana al tema de los créditos baratos: "El Gobierno ha comenzado de nuevo a urgir a los bancos para que concedan créditos a bajo interés, pero ¿cómo puede un banco emitir un crédito a cinco años al 7% si tiene que desembolsar el 10% para lograr un depósito a 60 días?, se preguntó retóricamente [Brito]", según la gráfica reconstrucción del embajador.
Solo si el Gobierno ofrece algún tipo de garantías, los bancos privados pueden bajar los tipos, agregó el presidente de Adeba, que agrupa a los bancos privados argentinos. Los banqueros consultados por Wayne señalan, según los cables, que uno de los principales problemas del Gobierno de Cristina Fernández son sus políticas a corto plazo, cuando Argentina necesita políticas a largo plazo. El informe comunica al Departamento de Estado otro alarmante dato sobre Argentina: solo el 65% del dinero fluye a través de sistema formal, y el 35% restante se evade por canales informales, según la información de Jorge Brito.
"Muchos empresarios luchan, denodadamente, para que esa evasión siga así y ahorrarse aproximadamente un 25% que permitiría sufragar las pensiones y la sanidad", escribe el embajador, tras hablar con el presidente de Adeba. La inflación es mencionada como el principal problema del país. Tres años después, pese al pujante crecimiento de la economía argentina, cerca del 7%, la inflación sigue alta: por encima del 25% el pasado año, de acuerdo con las mediciones de organismos internacionales. Oficialmente, el índice fue apenas superior al 10%.
Gestión económica deficiente
La presidenta Fernández de Kirchner ha negado que exista una escalada inflacionaria y culpa en buena medida a las empresas por la carestía de productos básicos. Algunos analistas atribuyen la inflación al elevado gasto público, el auge del consumo y la escasa inversión privada.
Para Brito, que dudó sobre el éxito de la ley de amnistía impositiva, la inflación que más preocupa es aquella que afecta a la clase obrera. "La inepta gestión de control de precios del secretario (ministro) de Comercio Exterior, Guillermo Moreno, ha hecho que el problema sea mucho más grave de lo que debiera ser", según la percepción de Guillermo Stanley, miembro del Consejo de Administración de Macro Bansud, uno de los principales bancos. En su opinión, "utilizando tácticas de presión para tratar de controlar los precios, el Gobierno ha elevado las expectativas inflacionarias".
El embajador alemán, Wolf Rolf Schumacher, comentó a su colega norteamericano que le costó convencer a Angela Merkel para que recibiera a la presidenta Fernández durante su viaje a Alemania, "dada la reputación del Gobierno de Kirchner en Alemania". "Pero Merkel la recibió en parte por las señales de que CFK podría traer algún cambio. Sin embargo, hasta ahora no hay cambios reales. Las decisiones son tomadas por el mismo grupito".
Algunas de las decisiones sobre nombramientos sorprendieron a Clarisa Lifsic, cuyo banco está participado por entidades públicas con derechos sobre la gestión de la entidad. La presidenta del Hipotecario criticó la entrada en el consejo de dirección del banco de "dos amigos de familiares de la exministra de Finanzas Felisa Miceli. Uno era un arquitecto, que no sabía nada de banca, y el otro un contable", igualmente ignorante, de acuerdo con esa fuente. Miceli fue procesada en 2008 por supuesto enriquecimiento ilícito, al encontrar en el baño del que fuera su despacho una bolsa con dinero.
La seguridad jurídica de los contratos argentinos es otro de los asuntos contenidos en los despachos de la embajada. Argentina sale de nuevo malparada. Eduardo Elsztain, presidente de Inversiones y Representaciones (IRSA) y directivos de otros grupos, dijo al jefe de la Embajada norteamericana que "sus inversiones en Brasil están valoradas tres veces más que similares inversiones en Argentina, en buena parte porque la gente tiene más confianza en la legalidad de los acuerdos firmados en Brasil".
Recurrente el tema de la corrupción, el empresario Jorge Estrada citó el caso de dos amigos de Néstor Kirchner: "Han ganado muchas de las concesiones puestas a subasta en el sector de los hidrocarburos porque las reglas fueron designadas para que ganaran". Cristina Fernández de Kirchner tiene todavía que demostrar que gobernará de una manera distinta a como lo hizo su esposo, resumió Anthony Wayne, embajador hasta mediados del año 2009.
Poco antes de las elecciones generales de 2007, los principales bancos argentinos aceptaron emitir créditos baratos, por debajo de los tipos de interés, para satisfacer los objetivos electoralistas del Gobierno de Néstor Kirchner, según detalla un cable de la Embajada de Estados Unidos en Buenos Aires, fechado el 4 de febrero del 2008. El Ejecutivo solo quería los titulares de prensa y prometió no comprobar si los préstamos habían sido concedidos, de acuerdo con la confidencia efectuada por la presidenta de un banco nacional a Anthony Wayne, entonces embajador norteamericano.
La revelación sobre la concesión de préstamos como gancho electoral, en fechas previas a las votaciones del 28 de octubre de aquel año, que llevaron a la presidencia a Cristina Fernández de Kirchner, fue conocida por el jefe de la misión durante una serie de reuniones con banqueros, empresarios y analistas, a lo largo de tres semanas. El objetivo de esas entrevistas fue pulsar el estado de opinión de las relaciones entre Estados Unidos y Argentina, a raíz de un conflicto bilateral.
Clarisa Lifsic, presidenta del Banco Hipotecario, cuyo principal negocio es el crédito hipotecario, comentó al embajador, siempre según el cable, que el Gobierno argentino había demostrado pocos conocimientos sobre cómo expandir el mercado de los préstamos a medio y largo plazo; a continuación se refirió al acuerdo preelectoral con el Ejecutivo citado por el informe de la embajada. "Los bancos lo firmaron porque el presidente de la Asociación de Bancos (Jorge Brito, presidente del Banco Macro) les aseguró que el Gobierno solo quería los titulares de prensa y nunca comprobaría si los prestamos habían sido emitidos", según trasladó a Washington el diplomático.
El presidente de la Asociación de Bancos (Adeba), Jorge Brito, se refirió en otra de las reuniones del jefe de la legación norteamericana al tema de los créditos baratos: "El Gobierno ha comenzado de nuevo a urgir a los bancos para que concedan créditos a bajo interés, pero ¿cómo puede un banco emitir un crédito a cinco años al 7% si tiene que desembolsar el 10% para lograr un depósito a 60 días?, se preguntó retóricamente [Brito]", según la gráfica reconstrucción del embajador.
Solo si el Gobierno ofrece algún tipo de garantías, los bancos privados pueden bajar los tipos, agregó el presidente de Adeba, que agrupa a los bancos privados argentinos. Los banqueros consultados por Wayne señalan, según los cables, que uno de los principales problemas del Gobierno de Cristina Fernández son sus políticas a corto plazo, cuando Argentina necesita políticas a largo plazo. El informe comunica al Departamento de Estado otro alarmante dato sobre Argentina: solo el 65% del dinero fluye a través de sistema formal, y el 35% restante se evade por canales informales, según la información de Jorge Brito.
"Muchos empresarios luchan, denodadamente, para que esa evasión siga así y ahorrarse aproximadamente un 25% que permitiría sufragar las pensiones y la sanidad", escribe el embajador, tras hablar con el presidente de Adeba. La inflación es mencionada como el principal problema del país. Tres años después, pese al pujante crecimiento de la economía argentina, cerca del 7%, la inflación sigue alta: por encima del 25% el pasado año, de acuerdo con las mediciones de organismos internacionales. Oficialmente, el índice fue apenas superior al 10%.
Gestión económica deficiente
La presidenta Fernández de Kirchner ha negado que exista una escalada inflacionaria y culpa en buena medida a las empresas por la carestía de productos básicos. Algunos analistas atribuyen la inflación al elevado gasto público, el auge del consumo y la escasa inversión privada.
Para Brito, que dudó sobre el éxito de la ley de amnistía impositiva, la inflación que más preocupa es aquella que afecta a la clase obrera. "La inepta gestión de control de precios del secretario (ministro) de Comercio Exterior, Guillermo Moreno, ha hecho que el problema sea mucho más grave de lo que debiera ser", según la percepción de Guillermo Stanley, miembro del Consejo de Administración de Macro Bansud, uno de los principales bancos. En su opinión, "utilizando tácticas de presión para tratar de controlar los precios, el Gobierno ha elevado las expectativas inflacionarias".
El embajador alemán, Wolf Rolf Schumacher, comentó a su colega norteamericano que le costó convencer a Angela Merkel para que recibiera a la presidenta Fernández durante su viaje a Alemania, "dada la reputación del Gobierno de Kirchner en Alemania". "Pero Merkel la recibió en parte por las señales de que CFK podría traer algún cambio. Sin embargo, hasta ahora no hay cambios reales. Las decisiones son tomadas por el mismo grupito".
Algunas de las decisiones sobre nombramientos sorprendieron a Clarisa Lifsic, cuyo banco está participado por entidades públicas con derechos sobre la gestión de la entidad. La presidenta del Hipotecario criticó la entrada en el consejo de dirección del banco de "dos amigos de familiares de la exministra de Finanzas Felisa Miceli. Uno era un arquitecto, que no sabía nada de banca, y el otro un contable", igualmente ignorante, de acuerdo con esa fuente. Miceli fue procesada en 2008 por supuesto enriquecimiento ilícito, al encontrar en el baño del que fuera su despacho una bolsa con dinero.
La seguridad jurídica de los contratos argentinos es otro de los asuntos contenidos en los despachos de la embajada. Argentina sale de nuevo malparada. Eduardo Elsztain, presidente de Inversiones y Representaciones (IRSA) y directivos de otros grupos, dijo al jefe de la Embajada norteamericana que "sus inversiones en Brasil están valoradas tres veces más que similares inversiones en Argentina, en buena parte porque la gente tiene más confianza en la legalidad de los acuerdos firmados en Brasil".
Recurrente el tema de la corrupción, el empresario Jorge Estrada citó el caso de dos amigos de Néstor Kirchner: "Han ganado muchas de las concesiones puestas a subasta en el sector de los hidrocarburos porque las reglas fueron designadas para que ganaran". Cristina Fernández de Kirchner tiene todavía que demostrar que gobernará de una manera distinta a como lo hizo su esposo, resumió Anthony Wayne, embajador hasta mediados del año 2009.