Las presidentas de las mayores economías de América del Sur se reúnen

Veronica Smink, BBC Mundo, Cono Sur
Una acaba de alcanzar la presidencia y la otra está llegando al final de su primer mandato. Pero Dilma Rousseff y Cristina Fernández de Kirchner tienen algo en común: son las primeras jefas de Estado que llegaron a la presidencia de Brasil y Argentina, respectivamente, por el voto popular.

Las líderes de las dos mayores economías de América del Sur se reunieron este lunes por primera vez en Buenos Aires, en lo que constituyó el primer viaje al exterior de la mandataria brasileña.

Rousseff y Fernández se mostraron cálidas ante la prensa y aseguraron que buscarán profundizar el vínculo bilateral. No obstante, las mandatarias prefirieron no responder preguntas de los periodistas.

"Nuestro destino y el de la región están indisolublemente unidos al de Brasil y viceversa. Si hasta ahora la Argentina y Brasil estaban unidos, a partir de ahora lo estarán aún más", aseguró la presidenta argentina.

Por su parte, Rousseff explicó: "Mi primera visita es a este país porque considero que Brasil y Argentina son cruciales para transformar este siglo XXI en el siglo de América Latina. Son los dos mayores países de la región y presentan un gran potencial que América Latina puede aprovechar".

Según los analistas, más allá de las coincidencias entre sus mandatarias, todo hace prever que la relación entre los socios más grandes del Mercado Común del Sur (Mercosur) seguirá las mismas líneas que tuvo bajo el anterior gobierno brasileño de Luiz Inácio Lula da Silva.

Brasil afianza liderazgo


Si bien en los últimos años Brasil ha afianzado su papel como uno de los líderes mundiales emergentes, Rousseff optó por hacer su primer viaje al exterior no a Washington o a Pekín, sino a su vecina Argentina, con la que mantiene una relación que consideró "estratégica".

Para Jorge Castro, director del Instituto de Planeamiento Estratégico de Argentina, el país busca consolidar su liderazgo regional para fortalecer su papel internacional.

"Para Brasil, América del Sur es la plataforma a partir de la cual construye su condición de agente global. Y en América del Sur, el vínculo con Argentina es fundamental, y es por eso que tiene un carácter estratégico: porque va más allá de lo comercial y de lo económico", señaló a BBC Mundo.

Miguel De Luca, director de la Sociedad Argentina de Análisis Político (SAAP) coincidió: "Brasil quiere ser la puerta de entrada a Sudamérica", apuntó.

Acuerdos


Entre sus anuncios, Rousseff prometió habilitar a empresas argentinas para que participen de las multimillonarias licitaciones de obras y servicios relacionados con el Mundial de Fútbol 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016, que se disputarán en Brasil.

Además, dijo que las compañías argentinas podrán participar en la exploración y explotación de los gigantescos yacimientos petrolíferos hallados en la plataforma marítima brasileña, conocidos como la "capa pre-sal".

De Luca afirmó a BBC Mundo que estos gestos demuestran el liderazgo de Brasil, porque buscan promover una mayor estabilidad y previsibilidad en los negocios del país más pequeño.

Los vecinos también firmaron una serie de acuerdos energéticos, incluyendo un convenio entre las agencias atómicas de ambos países para la construcción en Argentina de dos reactores nucleares con fines científicos.

Asimismo, acordaron poner en marcha a partir de 2012 la construcción de la hidroeléctrica de Garabí, en la frontera entre la provincia argentina de Corrientes y el estado brasileño de Rio Grande do Sul.

Comercio


Durante el encuentro se hicieron pocas referencias al comercio binacional, un tema que en el pasado causó asperezas entre el gobierno argentino y el de Lula.

Brasil es el principal mercado de las exportaciones argentinas. Sin embargo, la balanza comercial -que ronda los US$33.000 millones- dejó en 2010 un saldo negativo de US$3.400 millones para Buenos Aires.

Durante la conferencia de prensa las mandatarias no reiteraron las acusaciones mutuas que en el pasado se cruzaron ambos países sobre supuestas trabas a las importaciones.
En cambio, Fernández pidió "profundizar la integración productiva" entre los dos países.

Tampoco se habló sobre la posibilidad de que Brasil devalúe su moneda, el real, un riesgo sobre el que especuló la prensa argentina antes del arribo de la mandataria.

Coincidencias


Rousseff también coincidieron en la importancia que le adjudican a los derechos humanos en sus agendas de gobierno.

En ese sentido, la líder argentina elogió la decisión de su par brasileña de reunirse con representantes de las Madres y las Abuelas de Plaza de Mayo.
"Eso la distingue como mujer, como política, como madre y como sujeto histórico", aseguró.

La presidenta brasileña, que formó parte de la guerrilla que luchó contra el gobierno militar de su país en los años 70, y fue apresada y torturada por tres años, prometió a poco de asumir que buscará investigar los crímenes del pasado

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