La huelga general en Grecia termina con enfrentamientos
Atenas, El País
Los griegos vuelven a salir a la calle. Unas 50.000 personas según las policía se han congregado en una manifestación de protesta que ha recorrido el centro de Atenas. En una jornada en la que el paro convocado por los sindicatos ha afectado a la atención sanitaria, la educación, el transporte y las oficinas públicas del país. Todo para protestar contra los recortes impuestos por el Gobierno y que recuerda a las protestas ocurridas hace un año.
Durante la manifestación se han registrado incidentes cuando un grupo de manifestantes han lanzado cócteles molotov contra las fuerzas antidisturbios. Los enfrentamientos se han producido en las cercanías del Parlamento y del rectorado de la Universidad, donde los agentes emplearon gas lacrimógeno para dispersar a los manifestantes. Según medios locales, un policía resultó levemente herido.
Aparte de los incidentes aislados, la manifestación discurrió entre gritos y pancartas contra el austeridad y la carestía, pidiendo a gritos que "se vayan los ladrones", en alusión al Gobierno. Un colectivo de ciudadanos llamado 23 de febrero y formado a través de Internet ha desplegado una pancarta negra ante el Parlamento donde podía leerse la frase: "Nos estamos muriendo... de hambre, del paro, de los robos, de la corrupción, de la indiferencia".
Pancartas desplegadas en un día en el que tanto el transporte por ferrocarril, como el tránsito de barcos entre el continente y las islas quedaron sin servicios, al tiempo que un centenar de vuelos nacionales fueron suspendidos, debido al paro de cuatro horas de los controladores aéreos. Los trayectos internacionales no se vieron afectados por la jornada de paros.
"Hemos tenido una participación del 100% en las refinerías, barcos y trenes, la construcción y los astilleros; y de un 90% en servicios como bancos, correos y las empresas de agua, electricidad y telefonía", ha asegurado el presidente de la Confederación General de Trabajadores.
Los griegos vuelven a salir a la calle. Unas 50.000 personas según las policía se han congregado en una manifestación de protesta que ha recorrido el centro de Atenas. En una jornada en la que el paro convocado por los sindicatos ha afectado a la atención sanitaria, la educación, el transporte y las oficinas públicas del país. Todo para protestar contra los recortes impuestos por el Gobierno y que recuerda a las protestas ocurridas hace un año.
Durante la manifestación se han registrado incidentes cuando un grupo de manifestantes han lanzado cócteles molotov contra las fuerzas antidisturbios. Los enfrentamientos se han producido en las cercanías del Parlamento y del rectorado de la Universidad, donde los agentes emplearon gas lacrimógeno para dispersar a los manifestantes. Según medios locales, un policía resultó levemente herido.
Aparte de los incidentes aislados, la manifestación discurrió entre gritos y pancartas contra el austeridad y la carestía, pidiendo a gritos que "se vayan los ladrones", en alusión al Gobierno. Un colectivo de ciudadanos llamado 23 de febrero y formado a través de Internet ha desplegado una pancarta negra ante el Parlamento donde podía leerse la frase: "Nos estamos muriendo... de hambre, del paro, de los robos, de la corrupción, de la indiferencia".
Pancartas desplegadas en un día en el que tanto el transporte por ferrocarril, como el tránsito de barcos entre el continente y las islas quedaron sin servicios, al tiempo que un centenar de vuelos nacionales fueron suspendidos, debido al paro de cuatro horas de los controladores aéreos. Los trayectos internacionales no se vieron afectados por la jornada de paros.
"Hemos tenido una participación del 100% en las refinerías, barcos y trenes, la construcción y los astilleros; y de un 90% en servicios como bancos, correos y las empresas de agua, electricidad y telefonía", ha asegurado el presidente de la Confederación General de Trabajadores.