Gadafi se aferra al poder y le echa la culpa a Osama bin Laden
Trípoli, Agencias
Unidades del ejército libio y milicianos leales a Moamar Gadafi atacan el jueves a manifestantes sublevados, matando a por lo menos 10 personas refugiadas en un mezquita, mientras el líder libio aseguró que las revueltas en la nación son culpa de Osama bin Laden.
Unidades militares y milicianos que apoyan a Gadafi contraatacaron a los sublevados en ciudades vecinas a la capital, al asaltar una mezquita donde muchos se habían refugiado, destruir el minarete y abrir fuego sobre otros que tomaron el control de un aeropuerto local. Un médico dijo que por lo menos 10 personas refugiadas en la mezquita murieron.
Gadafi acusó al líder de al-Qaida, Osama bin Laden, de provocar el alzamiento en Libia. En una llamada telefónica a la TV estatal, el líder libio dijo que los revoltosos son jóvenes drogados con píldoras alucinógenas que les dan "en su café con leche, como Nescafé".
"Qué vergüenza, pueblo de Zawiya, controlen a sus hijos", dijo Gadafi, dirigiéndose a los habitantes de la ciudad de las afueras de Trípoli donde se produjo el ataque a la mezquita. Los insurrectos "son leales a bin Laden. ¿Qué tienen que ver ustedes con bin Laden, pueblo de Zawiya? Explotan a los jóvenes... Insisto que es bin Laden".
Los ataques del jueves buscaban repeler una insurrección que se ha acercado al bastión de Gadafi en Trípoli. La revuelta se ha apoderado de casi toda la mitad oriental del país y debilitado el régimen.
En un nuevo golpe contra el líder, su primo y estrecho colaborador Ahmed Gadhaf al-Dam anunció que había desertado a Egipto en protesta por la represión, denunciando "graves violaciones a los derechos humanos y las leyes humanas e internacionales".
En Zawiya, 50 kilómetros al oeste de Trípoli, una unidad militar atacó una mezquita donde los manifestantes acampaban desde hace días, dijo un testigo. Los soldados abrieron fuego con armas automáticas y derribaron el minarete con misiles antiaéreos.
Dijo que hubo bajas, pero no supo dar cifras. Añadió que en la víspera, un enviado de Gadafi llegó a la ciudad y advirtió: "Si no se van, habrá una masacre". Zawiya es una ciudad clave cerca de un puerto y refinerías petroleras.
"Lo que está sucediendo es horrible, los que nos atacaron no son mercenarios; son hijos de nuestro país", dijo el testigo entre sollozos. Después del asalto, miles se concentraron en la Plaza de los Mártires de la ciudad, al grito de "Vete, vete", dirigido contra Gadafi.
Otro ataque se produjo en un pequeño aeropuerto en las afueras de Misurata, la tercera ciudad de Libia, que los rebeldes dicen controlar desde el miércoles. Milicianos atacaron con lanzagranadas y morteros a un grupo de vecinos que protegían las instalaciones, dijo un vecino que presenció los hechos.
"Dejaron pilas de restos humanos y un pantano de sangre", dijo. "Los hospitales están atestados de muertos y heridos", añadió, sin poder dar cifras precisas.
Antes del fin del ataque durante la mañana, otro vecino de Misurata dijo que la radio local, en manos de la oposición, exhortó a marchar al aeropuerto. Las dos fuentes dijeron que los rebeldes controlan la ciudad, 200 kilómetros al este de Trípoli. Ellos y otras fuentes alrededor del país hablaron bajo la condición de anonimato por miedo a las represalias.
La represión le ha permitido a Gadafi mantener el control de Trípoli, donde vive aproximadamente un tercio de los 6 millones de habitantes del país, pero la insurrección, a la que se han sumado algunas unidades militares, ha dividido el país, amenazando con llevarlo a la guerra civil.
El primo del líder, Gadaf al-Dam, es uno de los desertores de más alto nivel hasta el momento. Buena parte del cuerpo diplomático en el extranjero y los ministros de Justicia e Interior han tomado partido por los manifestantes. Gadaf al-Dam era miembro del círculo íntimo de Gadafi, lo representaba frente a otros gobernantes y aparecía con frecuencia a su lado.
Unidades del ejército libio y milicianos leales a Moamar Gadafi atacan el jueves a manifestantes sublevados, matando a por lo menos 10 personas refugiadas en un mezquita, mientras el líder libio aseguró que las revueltas en la nación son culpa de Osama bin Laden.
Unidades militares y milicianos que apoyan a Gadafi contraatacaron a los sublevados en ciudades vecinas a la capital, al asaltar una mezquita donde muchos se habían refugiado, destruir el minarete y abrir fuego sobre otros que tomaron el control de un aeropuerto local. Un médico dijo que por lo menos 10 personas refugiadas en la mezquita murieron.
Gadafi acusó al líder de al-Qaida, Osama bin Laden, de provocar el alzamiento en Libia. En una llamada telefónica a la TV estatal, el líder libio dijo que los revoltosos son jóvenes drogados con píldoras alucinógenas que les dan "en su café con leche, como Nescafé".
"Qué vergüenza, pueblo de Zawiya, controlen a sus hijos", dijo Gadafi, dirigiéndose a los habitantes de la ciudad de las afueras de Trípoli donde se produjo el ataque a la mezquita. Los insurrectos "son leales a bin Laden. ¿Qué tienen que ver ustedes con bin Laden, pueblo de Zawiya? Explotan a los jóvenes... Insisto que es bin Laden".
Los ataques del jueves buscaban repeler una insurrección que se ha acercado al bastión de Gadafi en Trípoli. La revuelta se ha apoderado de casi toda la mitad oriental del país y debilitado el régimen.
En un nuevo golpe contra el líder, su primo y estrecho colaborador Ahmed Gadhaf al-Dam anunció que había desertado a Egipto en protesta por la represión, denunciando "graves violaciones a los derechos humanos y las leyes humanas e internacionales".
En Zawiya, 50 kilómetros al oeste de Trípoli, una unidad militar atacó una mezquita donde los manifestantes acampaban desde hace días, dijo un testigo. Los soldados abrieron fuego con armas automáticas y derribaron el minarete con misiles antiaéreos.
Dijo que hubo bajas, pero no supo dar cifras. Añadió que en la víspera, un enviado de Gadafi llegó a la ciudad y advirtió: "Si no se van, habrá una masacre". Zawiya es una ciudad clave cerca de un puerto y refinerías petroleras.
"Lo que está sucediendo es horrible, los que nos atacaron no son mercenarios; son hijos de nuestro país", dijo el testigo entre sollozos. Después del asalto, miles se concentraron en la Plaza de los Mártires de la ciudad, al grito de "Vete, vete", dirigido contra Gadafi.
Otro ataque se produjo en un pequeño aeropuerto en las afueras de Misurata, la tercera ciudad de Libia, que los rebeldes dicen controlar desde el miércoles. Milicianos atacaron con lanzagranadas y morteros a un grupo de vecinos que protegían las instalaciones, dijo un vecino que presenció los hechos.
"Dejaron pilas de restos humanos y un pantano de sangre", dijo. "Los hospitales están atestados de muertos y heridos", añadió, sin poder dar cifras precisas.
Antes del fin del ataque durante la mañana, otro vecino de Misurata dijo que la radio local, en manos de la oposición, exhortó a marchar al aeropuerto. Las dos fuentes dijeron que los rebeldes controlan la ciudad, 200 kilómetros al este de Trípoli. Ellos y otras fuentes alrededor del país hablaron bajo la condición de anonimato por miedo a las represalias.
La represión le ha permitido a Gadafi mantener el control de Trípoli, donde vive aproximadamente un tercio de los 6 millones de habitantes del país, pero la insurrección, a la que se han sumado algunas unidades militares, ha dividido el país, amenazando con llevarlo a la guerra civil.
El primo del líder, Gadaf al-Dam, es uno de los desertores de más alto nivel hasta el momento. Buena parte del cuerpo diplomático en el extranjero y los ministros de Justicia e Interior han tomado partido por los manifestantes. Gadaf al-Dam era miembro del círculo íntimo de Gadafi, lo representaba frente a otros gobernantes y aparecía con frecuencia a su lado.