Fracasa el primer intento de rebajar la tensión entre las dos Coreas
Seúl, Agencias
Militares de las dos Coreas fracasaron hoy en el primer intento de reducir la tensión en la península tras el bombardeo norcoreano en noviembre contra una isla surcoreana, en una nueva muestra de las grandes diferencias entre ambos bandos.
Las dos delegaciones, encabezadas por coroneles, negociaron hoy por segundo día consecutivo durante más de cuatro horas la agenda y detalles de un encuentro militar de mayor nivel que tendría como objetivo reducir la tensión y acercar posturas.
"Las conversaciones no han conseguido reducir las diferencias sobre la agenda para un encuentro de alto nivel", dijo Kim Min-seok, portavoz del Ministerio de Defensa surcoreano, que precisó que los representantes del régimen comunista norcoreano dieron por terminada la reunión unilateralmente.
Entre ambos países persisten enormes diferencias a raíz del hundimiento del buque surcoreano "Cheonan" en marzo y del enfrentamiento entre las fuerzas de las dos Coreas con disparos de artillería en la zona de la isla surcoreana de Yeonpyeong, que en total suman 50 muertes surcoreanas.
Corea del Sur exigía a Corea del Norte que reconozca que ordenó torpedear el "Cheonan", algo que Pyongyang ha negado desde que sucedió el 23 de marzo y que llevó al fracaso en septiembre el último encuentro militar entre ambos países.
Además, Seúl pedía esta vez que su contraparte se responsabilizara del "ataque" a la isla fronteriza de Yeonpyeong, el primer bombardeo norcoreano con obuses sobre territorio surcoreano desde el fin de la Guerra de Corea (1950-53).
Este grave incidente, que causó la muerte de dos civiles y dos militares surcoreanos, elevó al máximo la tensión en la inestable frontera del Mar Amarillo (Mar Occidental) y añadió un motivo para separar aún más a dos países que se han alejado desde que el conservador Lee Myung-bak asumió la Presidencia surcoreana en febrero de 2008.
Corea del Norte se ciñó a su guión y aseguró que la acción de Yeonpyeong estuvo justificada por las maniobras navales que Corea del Sur realizaba en las cercanías y pidió tratar más adelante los dos incidentes de 2010.
El pasado mes, con el comienzo del año, Corea del Norte propuso reducir la tensión en la península coreana con varias ofertas de diálogo, mientras Lee Myung-bak aseguró en su discurso de Año Nuevo que esa puerta estaba abierta.
A finales de enero, Seúl dio el visto bueno a la celebración de una reunión militar de alto nivel propuesta por Pyongyang y hoy, durante la reunión preparatoria, dijo que permitiría "en principio" un encuentro entre representantes de la Cruz Roja para hablar de posibles reuniones de familias separadas por la guerra.
No obstante, esta última demanda norcoreana parece que no será satisfecha, ya que un portavoz del Ministerio de Unificación indicó a la agencia local Yonhap que, "sin la apertura de una reunión militar de alto nivel, no se debatirán los detalles de un encuentro de representantes de la Cruz Roja".
Las reuniones de esas familias separadas durante 60 años se han seguido celebrando durante la Presidencia del surcoreano Lee pese a las tensiones, aunque con altibajos.
Desde su llegada al poder en 1994, el líder norcoreano, Kim Jong-il, ha recurrido a provocaciones, como pruebas de misiles y nucleares, como moneda de cambio en posteriores negociaciones, aunque Corea del Sur y su aliado EEUU han dicho que ahora no accederán a ese juego.
Corea del Norte, que atraviesa una constante penuria económica, quiere además que se normalicen sus dos proyectos conjuntos con Corea del Sur, el centro industrial de Kaesong y el complejo turístico del Monte Kumgang, una importante fuente de ingresos para el régimen de Kim Jong-il.
Otra de las peticiones del régimen comunista, inmerso en un proceso clave para asegurar la sucesión de poder, es conseguir ayuda humanitaria para alimentar a una población afectada por las sanciones internacionales y el gran gasto militar norcoreano.
Militares de las dos Coreas fracasaron hoy en el primer intento de reducir la tensión en la península tras el bombardeo norcoreano en noviembre contra una isla surcoreana, en una nueva muestra de las grandes diferencias entre ambos bandos.
Las dos delegaciones, encabezadas por coroneles, negociaron hoy por segundo día consecutivo durante más de cuatro horas la agenda y detalles de un encuentro militar de mayor nivel que tendría como objetivo reducir la tensión y acercar posturas.
"Las conversaciones no han conseguido reducir las diferencias sobre la agenda para un encuentro de alto nivel", dijo Kim Min-seok, portavoz del Ministerio de Defensa surcoreano, que precisó que los representantes del régimen comunista norcoreano dieron por terminada la reunión unilateralmente.
Entre ambos países persisten enormes diferencias a raíz del hundimiento del buque surcoreano "Cheonan" en marzo y del enfrentamiento entre las fuerzas de las dos Coreas con disparos de artillería en la zona de la isla surcoreana de Yeonpyeong, que en total suman 50 muertes surcoreanas.
Corea del Sur exigía a Corea del Norte que reconozca que ordenó torpedear el "Cheonan", algo que Pyongyang ha negado desde que sucedió el 23 de marzo y que llevó al fracaso en septiembre el último encuentro militar entre ambos países.
Además, Seúl pedía esta vez que su contraparte se responsabilizara del "ataque" a la isla fronteriza de Yeonpyeong, el primer bombardeo norcoreano con obuses sobre territorio surcoreano desde el fin de la Guerra de Corea (1950-53).
Este grave incidente, que causó la muerte de dos civiles y dos militares surcoreanos, elevó al máximo la tensión en la inestable frontera del Mar Amarillo (Mar Occidental) y añadió un motivo para separar aún más a dos países que se han alejado desde que el conservador Lee Myung-bak asumió la Presidencia surcoreana en febrero de 2008.
Corea del Norte se ciñó a su guión y aseguró que la acción de Yeonpyeong estuvo justificada por las maniobras navales que Corea del Sur realizaba en las cercanías y pidió tratar más adelante los dos incidentes de 2010.
El pasado mes, con el comienzo del año, Corea del Norte propuso reducir la tensión en la península coreana con varias ofertas de diálogo, mientras Lee Myung-bak aseguró en su discurso de Año Nuevo que esa puerta estaba abierta.
A finales de enero, Seúl dio el visto bueno a la celebración de una reunión militar de alto nivel propuesta por Pyongyang y hoy, durante la reunión preparatoria, dijo que permitiría "en principio" un encuentro entre representantes de la Cruz Roja para hablar de posibles reuniones de familias separadas por la guerra.
No obstante, esta última demanda norcoreana parece que no será satisfecha, ya que un portavoz del Ministerio de Unificación indicó a la agencia local Yonhap que, "sin la apertura de una reunión militar de alto nivel, no se debatirán los detalles de un encuentro de representantes de la Cruz Roja".
Las reuniones de esas familias separadas durante 60 años se han seguido celebrando durante la Presidencia del surcoreano Lee pese a las tensiones, aunque con altibajos.
Desde su llegada al poder en 1994, el líder norcoreano, Kim Jong-il, ha recurrido a provocaciones, como pruebas de misiles y nucleares, como moneda de cambio en posteriores negociaciones, aunque Corea del Sur y su aliado EEUU han dicho que ahora no accederán a ese juego.
Corea del Norte, que atraviesa una constante penuria económica, quiere además que se normalicen sus dos proyectos conjuntos con Corea del Sur, el centro industrial de Kaesong y el complejo turístico del Monte Kumgang, una importante fuente de ingresos para el régimen de Kim Jong-il.
Otra de las peticiones del régimen comunista, inmerso en un proceso clave para asegurar la sucesión de poder, es conseguir ayuda humanitaria para alimentar a una población afectada por las sanciones internacionales y el gran gasto militar norcoreano.