El ataque del Barcelona no se cansa de hacer goles


Palma de Mallorca, As
Si alguien dudaba de la amplitud de banquillo del Barcelona , hoy quedó demostrado que el mobiliario azulgrana no corre peligro después de sacar cómodamente los tres puntos del Iberostar. Fue un partido donde el Mallorca intentó ahogar a su rival desde el comienzo pero fueron ellos los que acabaron agotados. El conjunto de Guardiola esperó a que los baleares sacaran la lengua para golpear antes del descanso. Abrió la lata Messi tras un buen pase de Keita, que no creó como el de Terrasa pero no perdió nunca la posición. Ya en la segunda parte, el Barça hipnotizó al Mallorca y Villa y Pedro cerraron una cómoda victoria para el Barcelona ante un Mallorca que acabó hundido.

Superar los contratiempos en el Iberostar, ante un equipo siempre correoso y con un entrenador invicto ante el Barça, hicieron buena la teoría de la amplitud de armario de un Barcelona que se plantó en Mallorca con las bajas de Valdés, Alves, Puyol y Xavi. Por lo que cuatro soldados de segunda fila tuvieron la oportunidad de avanzar posiciones y ponerse al frente de un batallón capitaneado por Andrés Iniesta. Finalmente fueron Pinto, Adriano, Maxwell y Keita los encargados en hacer olvidar a los cuatro internacionales. Con ellos, el Barcelona supo mantener la calma ante un Mallorca punzante por la rapidez de Nsue y correoso cuando el equipo catalán se disponía a sacar el balón jugado.

Ante la baja de Xavi, Iniesta ocupó su puesto y Keita quedó más desplazado a la izquierda, más de lo que debería según recriminaba Pep desde la banda. El movimiento no parecía dar sus frutos para el Barcelona porque el Mallorca ahogaba en la salida y el balón apenas pasaba por las botas del manchego. La táctica mallorquina sí daba resultados pero resultaba peligrosa por el desgaste físico que conlleva morder como cosacos. Aun así Webó tuvo una clara oportunidad al cuarto de hora pero el córner botado por De Guzmán lo remató demasiado alto.

Según pasaban los minutos en el Iberostar, el Barcelona, sin agarrar nunca de la pechera a su rival, fue asentándose en el césped por dos motivos. El Mallorca no recuperaba el sitio tan rápidamente e Iniesta ya asomaba por la isla con conexiones con Messi.

Una vez encontradas las líneas débiles del Mallorca, el Barça se puso a funcionar para encarrilar el partido antes del descanso. Tras un primer intento de Messi, Adriano se fabricó una jugada desde su banda hasta llegar a línea de fondo pero la rosca hizo que el balón no viera portería. No suele avisar en exceso el Barça y a la tercera fue la vencida. Tardó 37 minutos en elaborar el plan de acción en Mallorca. Viendo que por abajo costaba, Keita prefirió atacar por arriba y un pase elevado hacia el interior del área fue aprovechado por Leo Messi para meter la cabeza y batir a Aouate de vaselina.

El tanto espoleó al conjunto azulgrana hasta el descanso, que pudo estirar la ventaja ante un Mallorca férreo en defensa pero desgastado diez minutos antes del final del primer tiempo.

El Barcelona desarboló al Mallorca tras el descanso

El Barça retomó el partido con la firme intención de mantener la posesión el mayor tiempo posible. Por su parte, el Mallorca intentó plagiar el comienzo del partido pero las fuerzas ya no eran las mismas. La presión comenzaba más atrás y el Barcelona, si ya había sobrevivido a las mordeduras iniciales, ahora no debía verse sorprendido. Y así fue. La sesión hipnótica del Barcelona ya había comenzado y desde ese momento los baleares solo pudieron ver pasar el balón a rápida velocidad y recoger el balón de la portería.

El ataque barcelonista quiso sacar tajada del bajón del rival y Villa amplió el marcador tras un gran desmarque y un mejor pase al hueco de Busquets desde su campo. El asturiano, al límite del fuera de juego, arrancó y sorteó al meta israelí para hacer su vigésimo primer gol de la temporada. Los mismos que marcó Ibrahimovic en toda la temporada anterior en el Barça.

El golpe desplomó al Mallorca. Iban a ser unos minutos duros para los de Laudrup que todavía tuvieron que aguantar la puntilla. Tras los goles de Villa y Messi, Pedro cerró la buena actuación del ataque azulgrana con un gran gol desde la frontal. El canario atrapó el esférico desde el vértice del área, se centró y la rompió a la escuadra. Así, dejando correr al rival y aprovechando el momento oportuno, el Barcelona demostró que tiene amplitud de banquillo.

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