Botero volvió con su instinto goleador para salvar a San José
Oruro, Erbol
San José tuvo tiempo para reaccionar a tiempo y de esta manera superó a Bolívar por 3-2 en el partido disputado en el Jesús Bermúdez, con tribunas completas y una barra local que aplaudió frenéticamente los dos goles de Joaquín Botero.
Sin jugar bien, pero apelando al empeño de sus mediocampistas y la visión goleadora de Joaquín Botero, San José tapó la serie de errores que tiene en su defensa, el juego lento de su medio terreno y la falta de fútbol homogéneo.
El equipo orureño supo salir del pozo de los primeros minutos en loos que incluso estuvo en desventaja luego de una estupenda avivada de Zé Carlos a los 12 minutos, quien le ganó el balón a Jáuregui, supero con unquiebre a Limert Pizarro y fusiló a Carlos Lampe.
Luego se ordenó porque Nicolás Suarez marcó a presión, Maximiliano Andrada abrió permanentes huecos por la derecha, donde Lorgio Álvarez hacía aguas y regalaba balones, de manera que Joaquín Botero y Alejandro Bejarano empezaron a inquietar a la defensa rival.
Ante una indecisión defensiva de Sergio Rivero y Pablo Javier Frontini apareció Vieira a los 35 para anotar con remate bajo. Otro error de Frontini y el portero Romer Quiñones dejó a Botero en posición de gol y el goleador entró con balón dominado a la portería.
Nuevamente Botero, en la mejor jugada del partido a los 4 del segundo tiempo anotó el tercero tras hacerle un sombrero a Rivero y luego otro al portero Quñones para decretar el 3-1, aunque dos minutos después Damir Miranda con una espectacular volea marcó el 3-2.
Bolívar jugó como quieren sus directivos (a la europea y sin importar el resultado). ¿Y cómo es jugar a la europea?. Es jugar sin ganas, con traslación lenta del balón, con zagueros que revientan el balón a cualquier parte y sin delanteros, dejando todo el peso del partido a Ruddy Cardozo, a quien la tribuna debe entender por qué no pasa el balón, y es que no tiene compañeros con quien combinar, porque casi siempre le devuelven el balón cuadrado.
Para colmo de males, el técnico dio una clase magistral de ver el fútbol al revés. Colocó al juvenil Casap a siete minutos del final y el jugador en dos jugadas le dio sendas bofetadas para decirle "no sabes ver fútbol". Sacó del terreno en el momento decisivo a Damir Miranda que era lo mejor que tenía la Academia en medio terreno; dejó a Ronald García que fue un espectador más en el partido, dejó solitario en el ataque a Zé Carlos y sigue entregando la confianza en la zaga central a Frontini y Riveros, que no se complementan para nada y deja fuera del equipo a Eguino e incomoda a Rodríguez haciéndole jugar de lateral.
Bolívar sigue jugando tan mal como el año pasado y contrató al parecer a otro vendedor de ilusiones (en boliviano p'ajpaco), que mira el fútbol al revés y coloca a sus elegidos convirtiendo al equipo celeste en una sucursal de Anorthosis de Chipre.
San José salvó el mal momento, no jugó bien, pero le bastó la voluntad y ganas de jugar que no tuvo el rival de turno.
San José tuvo tiempo para reaccionar a tiempo y de esta manera superó a Bolívar por 3-2 en el partido disputado en el Jesús Bermúdez, con tribunas completas y una barra local que aplaudió frenéticamente los dos goles de Joaquín Botero.
Sin jugar bien, pero apelando al empeño de sus mediocampistas y la visión goleadora de Joaquín Botero, San José tapó la serie de errores que tiene en su defensa, el juego lento de su medio terreno y la falta de fútbol homogéneo.
El equipo orureño supo salir del pozo de los primeros minutos en loos que incluso estuvo en desventaja luego de una estupenda avivada de Zé Carlos a los 12 minutos, quien le ganó el balón a Jáuregui, supero con unquiebre a Limert Pizarro y fusiló a Carlos Lampe.
Luego se ordenó porque Nicolás Suarez marcó a presión, Maximiliano Andrada abrió permanentes huecos por la derecha, donde Lorgio Álvarez hacía aguas y regalaba balones, de manera que Joaquín Botero y Alejandro Bejarano empezaron a inquietar a la defensa rival.
Ante una indecisión defensiva de Sergio Rivero y Pablo Javier Frontini apareció Vieira a los 35 para anotar con remate bajo. Otro error de Frontini y el portero Romer Quiñones dejó a Botero en posición de gol y el goleador entró con balón dominado a la portería.
Nuevamente Botero, en la mejor jugada del partido a los 4 del segundo tiempo anotó el tercero tras hacerle un sombrero a Rivero y luego otro al portero Quñones para decretar el 3-1, aunque dos minutos después Damir Miranda con una espectacular volea marcó el 3-2.
Bolívar jugó como quieren sus directivos (a la europea y sin importar el resultado). ¿Y cómo es jugar a la europea?. Es jugar sin ganas, con traslación lenta del balón, con zagueros que revientan el balón a cualquier parte y sin delanteros, dejando todo el peso del partido a Ruddy Cardozo, a quien la tribuna debe entender por qué no pasa el balón, y es que no tiene compañeros con quien combinar, porque casi siempre le devuelven el balón cuadrado.
Para colmo de males, el técnico dio una clase magistral de ver el fútbol al revés. Colocó al juvenil Casap a siete minutos del final y el jugador en dos jugadas le dio sendas bofetadas para decirle "no sabes ver fútbol". Sacó del terreno en el momento decisivo a Damir Miranda que era lo mejor que tenía la Academia en medio terreno; dejó a Ronald García que fue un espectador más en el partido, dejó solitario en el ataque a Zé Carlos y sigue entregando la confianza en la zaga central a Frontini y Riveros, que no se complementan para nada y deja fuera del equipo a Eguino e incomoda a Rodríguez haciéndole jugar de lateral.
Bolívar sigue jugando tan mal como el año pasado y contrató al parecer a otro vendedor de ilusiones (en boliviano p'ajpaco), que mira el fútbol al revés y coloca a sus elegidos convirtiendo al equipo celeste en una sucursal de Anorthosis de Chipre.
San José salvó el mal momento, no jugó bien, pero le bastó la voluntad y ganas de jugar que no tuvo el rival de turno.