Una tremenda tormenta de nieve entierra de nuevo a Nueva York
Nueva York, Agencias
Una espectacular e intensa tormenta nocturna de truenos y rayos acompañada de una fuerte nevada hizo que Nueva York quedará enterrada hoy de nuevo bajo una gruesa capa blanca, después de haber vivido la mayor "bomba meteorológica" o "tormenta de invierno" de la que se tiene noticia.
"Estamos ya en el enero de más nieve jamás registrado en la ciudad. Supera incluso el récord de 1925. La nieve acumulada hoy es más del doble de la que habíamos previsto", aseguró el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, durante una conferencia de prensa sobre la segunda declaración de emergencia meteorológica de la temporada.
El epicentro tuvo lugar en Manhattan, lo que ha hecho que por ejemplo el emblemático Central Park acumulara este jueves la mayor cantidad de nieve de toda la región noreste del país.
Durante la noche del miércoles y la madrugada del jueves han caído allí 48 centímetros en ese parque, sólo dos menos que en la monumental nevada del 26 de diciembre pasado, cuando la ciudad se sumió en un caos que duró días y cientos de ambulancias y vehículos de emergencias quedaron atrapados por las calles, lo que desató fuertes críticas a la gestión del alcalde.
Esta "tormenta de invierno" -término con que se conoce la acumulación de diferentes tipos de precipitaciones con bajas temperaturas- ha roto el récord de intensidad que mantenía una caída hace 140 años y ha obligado a que tribunales, instituciones y hasta la sede de la ONU suspendieran este jueves todas sus actividades.
Así, después de haber pasado la noche oyendo truenos y viendo relámpagos, lluvia, nieve pesada, aguanieve y granizo, todo acompañado de fuertes vientos, los neoyorquinos se levantaron con un espectacular paisaje de calles intransitables, que miles de operarios se afanaban por despejar.
"No puedo parar de hacer fotos. Nunca había visto tanta nieve sobre las ramas peladas de los árboles de Manhattan. Además, es divertido ver los malabarismos que hace la gente para cruzar", dijo a Efe Carlos Suárez, que trabaja en el mantenimiento de un rascacielos de la isla.
Este invierno está ya entre los diez en que más ha nevado en Nueva York, pese a que aún quedan dos meses de posibles nevadas, según datos de Weather Channel.
Entre los que más disgustos se han llevado esta mañana están los viajeros que pretendían tomar algún avión para salir de la ciudad, ya fuera por el aeropuerto de JFK (donde han caído 25 centímetros de nieve), Newark (48) o LaGuardia (44).
Los dos primeros permanecieron cerrados anoche, lo que derivó en la cancelación de cientos de vuelos, pero esta mañana ya habían retomado su actividad, al igual que el aeropuerto de Washington.
"Estoy desesperada. Llevo meses planeando ir a Kenia y justo hoy tenía que ocurrir esto. En Newark no me dicen nada pese a que sólo quedan unas horas para que salga el avión. El tren que lleva al aeropuerto tiene problemas y los responsables de los autobuses dicen que la situación es incierta", dijo hoy a Efe la española Lola Escribano, residente en Nueva York.
Lo mismo ocurría con quienes tenían que hacer escala en la ciudad. "Llegué anoche a JFK de España y cancelaron mi vuelo a San Juan de Puerto Rico, así que he dormido en el aeropuerto y ahora estoy atrapado en Nueva York. La compañía sólo me ha dado un número de teléfono y no me paga alojamiento", dijo a Efe Alfonso Martínez.
Incluso el acceso al complejo de la estatua de la Libertad se ha cerrado para retirar la nieve y la línea ferroviaria de Long Island, la mayor red de cercanías del país, ha reducido sus operaciones.
En otras zonas de la costa este de EE.UU. la nieve también se ha hecho notar con rotundidad: En Filadelfia, donde más de un millar de pasajeros quedaron anoche atrapados en el aeropuerto, han caído 38 centímetros y se han suspendido prácticamente todos los viajes de largo recorrido en autobús.
Hasta el presidente de EE.UU., Barack Obama, que llegó hoy a la capital procedente de Winsconsin se vio afectado por este temporal, pues no pudo despegar el helicóptero que desde una base militar cercana había de llevarle hasta la Casa Blanca, por lo que tuvo que viajar en comitiva por carretera, lo que dificultó aún más el complicado tráfico.
Según la cadena Fox, una persona murió en Washington después de que le cayera encima un árbol, mientras que en Nueva York una mujer falleció arrollada por una quitanieves y un motorista murió tras derrapar contra una montaña de nieve.
En las autopistas de Nueva Jersey la televisión local asegura que han sido abandonados 250 automóviles, además de camiones y motos, al tiempo que unos 300.000 hogares han quedado sin electricidad en toda la región, se han cancelado unos 2.000 vuelos y colegios de decenas de ciudades se han cerrado.
Entre ellos los de Nueva York, la mayor red de escuelas del país, que acumula varios días de cierre en lo que va de temporada invernal, de la que aún queda cerca de la mitad y que ya ha vivido una media de una nevada cada cinco días.
Mientras que en la ciudad cae una media de 53 centímetros de nieve en toda la temporada, en lo que va de ésta ya se han visto 138 centímetros.
Una espectacular e intensa tormenta nocturna de truenos y rayos acompañada de una fuerte nevada hizo que Nueva York quedará enterrada hoy de nuevo bajo una gruesa capa blanca, después de haber vivido la mayor "bomba meteorológica" o "tormenta de invierno" de la que se tiene noticia.
"Estamos ya en el enero de más nieve jamás registrado en la ciudad. Supera incluso el récord de 1925. La nieve acumulada hoy es más del doble de la que habíamos previsto", aseguró el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, durante una conferencia de prensa sobre la segunda declaración de emergencia meteorológica de la temporada.
El epicentro tuvo lugar en Manhattan, lo que ha hecho que por ejemplo el emblemático Central Park acumulara este jueves la mayor cantidad de nieve de toda la región noreste del país.
Durante la noche del miércoles y la madrugada del jueves han caído allí 48 centímetros en ese parque, sólo dos menos que en la monumental nevada del 26 de diciembre pasado, cuando la ciudad se sumió en un caos que duró días y cientos de ambulancias y vehículos de emergencias quedaron atrapados por las calles, lo que desató fuertes críticas a la gestión del alcalde.
Esta "tormenta de invierno" -término con que se conoce la acumulación de diferentes tipos de precipitaciones con bajas temperaturas- ha roto el récord de intensidad que mantenía una caída hace 140 años y ha obligado a que tribunales, instituciones y hasta la sede de la ONU suspendieran este jueves todas sus actividades.
Así, después de haber pasado la noche oyendo truenos y viendo relámpagos, lluvia, nieve pesada, aguanieve y granizo, todo acompañado de fuertes vientos, los neoyorquinos se levantaron con un espectacular paisaje de calles intransitables, que miles de operarios se afanaban por despejar.
"No puedo parar de hacer fotos. Nunca había visto tanta nieve sobre las ramas peladas de los árboles de Manhattan. Además, es divertido ver los malabarismos que hace la gente para cruzar", dijo a Efe Carlos Suárez, que trabaja en el mantenimiento de un rascacielos de la isla.
Este invierno está ya entre los diez en que más ha nevado en Nueva York, pese a que aún quedan dos meses de posibles nevadas, según datos de Weather Channel.
Entre los que más disgustos se han llevado esta mañana están los viajeros que pretendían tomar algún avión para salir de la ciudad, ya fuera por el aeropuerto de JFK (donde han caído 25 centímetros de nieve), Newark (48) o LaGuardia (44).
Los dos primeros permanecieron cerrados anoche, lo que derivó en la cancelación de cientos de vuelos, pero esta mañana ya habían retomado su actividad, al igual que el aeropuerto de Washington.
"Estoy desesperada. Llevo meses planeando ir a Kenia y justo hoy tenía que ocurrir esto. En Newark no me dicen nada pese a que sólo quedan unas horas para que salga el avión. El tren que lleva al aeropuerto tiene problemas y los responsables de los autobuses dicen que la situación es incierta", dijo hoy a Efe la española Lola Escribano, residente en Nueva York.
Lo mismo ocurría con quienes tenían que hacer escala en la ciudad. "Llegué anoche a JFK de España y cancelaron mi vuelo a San Juan de Puerto Rico, así que he dormido en el aeropuerto y ahora estoy atrapado en Nueva York. La compañía sólo me ha dado un número de teléfono y no me paga alojamiento", dijo a Efe Alfonso Martínez.
Incluso el acceso al complejo de la estatua de la Libertad se ha cerrado para retirar la nieve y la línea ferroviaria de Long Island, la mayor red de cercanías del país, ha reducido sus operaciones.
En otras zonas de la costa este de EE.UU. la nieve también se ha hecho notar con rotundidad: En Filadelfia, donde más de un millar de pasajeros quedaron anoche atrapados en el aeropuerto, han caído 38 centímetros y se han suspendido prácticamente todos los viajes de largo recorrido en autobús.
Hasta el presidente de EE.UU., Barack Obama, que llegó hoy a la capital procedente de Winsconsin se vio afectado por este temporal, pues no pudo despegar el helicóptero que desde una base militar cercana había de llevarle hasta la Casa Blanca, por lo que tuvo que viajar en comitiva por carretera, lo que dificultó aún más el complicado tráfico.
Según la cadena Fox, una persona murió en Washington después de que le cayera encima un árbol, mientras que en Nueva York una mujer falleció arrollada por una quitanieves y un motorista murió tras derrapar contra una montaña de nieve.
En las autopistas de Nueva Jersey la televisión local asegura que han sido abandonados 250 automóviles, además de camiones y motos, al tiempo que unos 300.000 hogares han quedado sin electricidad en toda la región, se han cancelado unos 2.000 vuelos y colegios de decenas de ciudades se han cerrado.
Entre ellos los de Nueva York, la mayor red de escuelas del país, que acumula varios días de cierre en lo que va de temporada invernal, de la que aún queda cerca de la mitad y que ya ha vivido una media de una nevada cada cinco días.
Mientras que en la ciudad cae una media de 53 centímetros de nieve en toda la temporada, en lo que va de ésta ya se han visto 138 centímetros.