Roma triunfó en casa contra Cagliari con una goleada
Roma, Espn
En el estadio Olímpico de la capital, Roma recibió a Cagliari y le ganó por 3 a 0, con goles de Francesco Totti (penal), Simone Perrotta y Jeremy Menéz.
Con este resultado, los giallorossi lograron treparse momentáneamente a la segunda posición de la tabla, que ocupan con 38 unidades, mientras que los sardos, por su parte, con 26 puntos siguen compartiendo con Sampdoria la novena plaza de la clasificación.
El triunfo local fue justo, si bien en realidad el marcador tan abundante no refleja fielmente el equilibrio que se vio sobre el césped por casi todo el encuentro. En efecto, el enfrentamiento empezó muy parejo, con ambos equipos bien posicionados sobre el campo y muy atentos a no exponerse en defensa.
Roma bajó con Perrotta en posición de enganche, lo que significó que Ranieri quiso que su cuadro se concentrara más en destruir que en construir, entregándole al "diez" la misión de presionarlo al "cinco", Conti.
De esta manera, el espectáculo no fue muy entretenido y las ocasiones fueron escasas. Roma se dedicó a controlar el dominio del esférico. La visita, por su parte, fue la que creó las mejores ocasiones, como cuando Julio Sergio tuvo que superarse para sacarle a Cossu un gran remate de derecha.
Sin embargo, fue la Loba la que logró anotar, gracias a un penal ganado por De Rossi (Canini lo atrapó por la remera en el área, impidiéndole al volante de cabecear) y transformado por Totti, con un disparo fuerte y central.
El cinismo de los giallorossi trabó el match, porque los muchachos de Ranieri no querían arriesgar nada y por eso se concentraron a defender la ventaja, pero sin renunciar a la posesión horizontal de la pelota.
En ese marco salió toda la inmensa categoría de Daniele De Rossi, por lejos la figura del match: el volante italiano, en efecto, le tuvo frente casi solo a una de las mejores líneas de volantes del campeonato, maniobrando el balón con inteligencia y pies finos, pero también cortando con tempestividad y eficacia las iniciativas rivales.
En el complemento, el juego se abrió un poco, especialmente por mérito de la actitud más ofensiva y agresiva de la visita. Efectivamente, los rojoazules empezaron a atacar con mayor decisión, poniendo un poco en dificultad a Roma.
Juan y sobre todo Mexés tuvieron que hacer una labor extraordinaria para cuidar su portería, pero inevitablemente terminaron por conceder algunas claras chances. La más clara la tuvo en sus pies Matri (entrado poco antes): el delantero cortó muy bien el área y recibió el balón estando solo sobre el vértice derecho del área chica, pero a la hora de rematar de media vuelta falló completamente el disparo y le pegó afuera.
Más o menos sobre los veinte minutos, Ranieri se decidió finalmente a poner toda su calidad en la cancha: Menéz y Vucinic ingresaron por Boriello y Taddei, con el francés a jugar entre las líneas y Perrotta retrocedido al medio del campo.
Los cambios, primero que todo, trajeron suerte: docientos segundos más tarde, en efecto, Agazzi desvió bárbaro un remate poderoso de De Rossi, pero en el consecuente tiro de esquina no supo retener un débil golpe de cabeza de Juan, dejándole ahí el esférico a Perrotta para un gol fácil.
A parte la buena fortuna, la nueva disposición, más ofensiva y de mayor calidad, produjo un cambio de actitud de Roma, que empezó a jugar muy bien de contra, cuando Cagliari intentó atacar, o a controlar la posesión de manera inteligente, cuando los sardos se cerraron atrás para respirar un poco.
El match se volvió interesante y muy entretenido, porque el conjunto de Donadoni nunca tiró la toalla y la Loba quiso dar espectáculo, de la mano de un Menéz realmente inspirado, como demostró con el gol anotado al segundo minuto de descuento, con una jugada en la que los sentó a Canini y Agazzi, antes de conducir el esférico hasta la línea del arco quedado vacío.
Otra vez más, Roma cosechó los buenos frutos de su cinismo, pero en nuestra opinión los giallorossi podrían sufrir menos y divertir más jugando siempre con la actitud de la segunda mitad del complemento.
Cagliari, por su parte, sigue mostrando un buen fútbol, con una actitud que parece concentrarse mayormente en el espectáculo que en el resultado. Con toda probabilidad, si el equipo seguirá por ese camino, no tendrá problemas para salvarse cómodamente en esta temporada.