Nazis en Sudámerica: la misión siguió después de Hitler
Redacción, BBC Mundo
Klaus Barbie, el criminal de guerra nazi conocido como el "carnicero de Lyon", era espía de los servicios secretos de Alemania Occidental mientras vivía en Bolivia, según la revista alemana Der Spiegel.
Esta es la primera vez, según el medio de comunicación alemán, que se tiene evidencia de que el servicio de inteligencia de Alemania, el Bundesnachrichtendienst (BND), conocía sus antecedentes nazis.
El ex jefe de la Gestapo en Lyon, Francia, fue reclutado por la inteligencia alemana en 1960 en La Paz, donde supuestamente se encontraba escondido.
"A Barbie se le acusaba de haber estado a cargo de la deportación de judíos a los campos de concentración. Incluso, se le acusaba de haber ordenado la deportación de niños de un orfanato", señaló el corresponsal de la BBC en Berlín, Stephen Evans.
De acuerdo con documentos del BND a los que tuvo acceso la revista, Barbie cambió su nombre a Klaus Altmann.
El ex nazi le daba información sobre la política de Bolivia a la inteligencia alemana. De hecho, asegura Der Spiegel, se convirtió en una figura dentro de la sociedad boliviana con importantes conexiones políticas.
Barbie fue expulsado de Bolivia en 1983 y enjuiciado en Francia. Eso ocurrió, según la revista, varios años después de que comenzara a enviar sus reportes secretos al BND, órgano que tenía muy claro su pasado nazi.
En Francia, Barbie fue condenado a cadena perpetúa por sus crímenes en la era nazi y murió en 1991.
El periodista y escritor boliviano, Carlos Soria Galvarro, quien es autor de un libro "Barbie Altmann. De la Gestapo a la CIA", le dijo a la corresponsal de BBC Mundo en Bolivia, Mery Vaca, que esta nueva información "complejiza aún más la personalidad de Barbie".
En Bolivia, Barbie se relacionó con los más altos rangos militares y durante el gobierno de René Barrientos (1964-1969), se convirtió en asesor de métodos de tortura y técnicas anticomunistas. Esta es la misma época en que trabajó para los servicios secretos de Alemania, indica Vaca.
Soria Galvarro, quien en su calidad de periodista, viajó en el vuelo que llevó a Barbie de regreso a Francia en 1983, indica que la nueva información sobre Barbie muestra que este hombre tenía "una multitud de facetas, que era un hombre peligroso de ideología nazi". Incluso, recuerda que Barbie solía decir, mientras vivía en Bolivia, que "la guerra no ha terminado".
Adolf Eichman en Argentina
Barbie no fue el único ex nazi que, tras la Segunda Guerra Mundial, se refugió en tierras sudamericanas.
Un caso que destaca el periódico alemán Bild es el de Adolf Eichman, organizador de la deportación y muerte de millones de judíos en los campos de concentración y exterminio del régimen nazi, lo que se conoció como la "solución final".
"Tras la derrota de Hitler, escapó a Argentina y vivió una vida familiar ordinaria en el barrio de San Fernando, en la provincia de Buenos Aires", recuerda el periodista argentino de BBC Mundo, Max Seitz.
No existe registro de que haya mantenido una doble vida como espía. Pero de lo que sí hay constancia es de que la policía alemana sabía que estaba en la nación sudamericana.
Eichmann había entrado a Argentina el 14 de julio de 1950 con un pasaporte expedido por la Cruz Roja a nombre de "Ricardo Klement", con el que quería ocultar su pasado nazi.
En su investigación, Bild le pidió al gobierno los archivos sobre ese caso.
Los documentos muestran que el BND había localizado a Eichmann en Buenos Aires ocho años antes de su secuestro por parte de agentes de la Mossad.
Tras su traslado a Israel, Eichman fue enjuiciado, hallado culpable y ahorcado en 1962.
Simpatías Nazis
Analistas de línea dura ven en estos hallazgos una demostración de que la Alemania de la postguerra no quería romper del todo con el pasado.
"Muchas personas que estaban en posiciones de poder en Alemania después de la Segunda Guerra Mundial habían sido nazis. El ministerio de Relaciones Exteriores de Alemania, por ejemplo, acaba de publicar una investigación que señala que algunos de los diplomáticos tenían un pasado manchado de sangre antes de 1945", explicó el periodista de la BBC.
Otros observadores analizan la situación desde una perspectiva más práctica: una guerra terminaba y otra comenzaba. La nueva batalla tenía que librarse con las armas y el personal que estaban a la disposición.
"Con Alemania derrotada, la nueva amenaza a la democracia era la Unión Soviética. Por eso, cualquier persona que pudiera ser útil en esa causa fue usada, incluso si era el 'carnicero de Lyon'", reflexiona Evans.
Klaus Barbie, el criminal de guerra nazi conocido como el "carnicero de Lyon", era espía de los servicios secretos de Alemania Occidental mientras vivía en Bolivia, según la revista alemana Der Spiegel.
Esta es la primera vez, según el medio de comunicación alemán, que se tiene evidencia de que el servicio de inteligencia de Alemania, el Bundesnachrichtendienst (BND), conocía sus antecedentes nazis.
El ex jefe de la Gestapo en Lyon, Francia, fue reclutado por la inteligencia alemana en 1960 en La Paz, donde supuestamente se encontraba escondido.
"A Barbie se le acusaba de haber estado a cargo de la deportación de judíos a los campos de concentración. Incluso, se le acusaba de haber ordenado la deportación de niños de un orfanato", señaló el corresponsal de la BBC en Berlín, Stephen Evans.
De acuerdo con documentos del BND a los que tuvo acceso la revista, Barbie cambió su nombre a Klaus Altmann.
El ex nazi le daba información sobre la política de Bolivia a la inteligencia alemana. De hecho, asegura Der Spiegel, se convirtió en una figura dentro de la sociedad boliviana con importantes conexiones políticas.
Barbie fue expulsado de Bolivia en 1983 y enjuiciado en Francia. Eso ocurrió, según la revista, varios años después de que comenzara a enviar sus reportes secretos al BND, órgano que tenía muy claro su pasado nazi.
En Francia, Barbie fue condenado a cadena perpetúa por sus crímenes en la era nazi y murió en 1991.
El periodista y escritor boliviano, Carlos Soria Galvarro, quien es autor de un libro "Barbie Altmann. De la Gestapo a la CIA", le dijo a la corresponsal de BBC Mundo en Bolivia, Mery Vaca, que esta nueva información "complejiza aún más la personalidad de Barbie".
En Bolivia, Barbie se relacionó con los más altos rangos militares y durante el gobierno de René Barrientos (1964-1969), se convirtió en asesor de métodos de tortura y técnicas anticomunistas. Esta es la misma época en que trabajó para los servicios secretos de Alemania, indica Vaca.
Soria Galvarro, quien en su calidad de periodista, viajó en el vuelo que llevó a Barbie de regreso a Francia en 1983, indica que la nueva información sobre Barbie muestra que este hombre tenía "una multitud de facetas, que era un hombre peligroso de ideología nazi". Incluso, recuerda que Barbie solía decir, mientras vivía en Bolivia, que "la guerra no ha terminado".
Adolf Eichman en Argentina
Barbie no fue el único ex nazi que, tras la Segunda Guerra Mundial, se refugió en tierras sudamericanas.
Un caso que destaca el periódico alemán Bild es el de Adolf Eichman, organizador de la deportación y muerte de millones de judíos en los campos de concentración y exterminio del régimen nazi, lo que se conoció como la "solución final".
"Tras la derrota de Hitler, escapó a Argentina y vivió una vida familiar ordinaria en el barrio de San Fernando, en la provincia de Buenos Aires", recuerda el periodista argentino de BBC Mundo, Max Seitz.
No existe registro de que haya mantenido una doble vida como espía. Pero de lo que sí hay constancia es de que la policía alemana sabía que estaba en la nación sudamericana.
Eichmann había entrado a Argentina el 14 de julio de 1950 con un pasaporte expedido por la Cruz Roja a nombre de "Ricardo Klement", con el que quería ocultar su pasado nazi.
En su investigación, Bild le pidió al gobierno los archivos sobre ese caso.
Los documentos muestran que el BND había localizado a Eichmann en Buenos Aires ocho años antes de su secuestro por parte de agentes de la Mossad.
Tras su traslado a Israel, Eichman fue enjuiciado, hallado culpable y ahorcado en 1962.
Simpatías Nazis
Analistas de línea dura ven en estos hallazgos una demostración de que la Alemania de la postguerra no quería romper del todo con el pasado.
"Muchas personas que estaban en posiciones de poder en Alemania después de la Segunda Guerra Mundial habían sido nazis. El ministerio de Relaciones Exteriores de Alemania, por ejemplo, acaba de publicar una investigación que señala que algunos de los diplomáticos tenían un pasado manchado de sangre antes de 1945", explicó el periodista de la BBC.
Otros observadores analizan la situación desde una perspectiva más práctica: una guerra terminaba y otra comenzaba. La nueva batalla tenía que librarse con las armas y el personal que estaban a la disposición.
"Con Alemania derrotada, la nueva amenaza a la democracia era la Unión Soviética. Por eso, cualquier persona que pudiera ser útil en esa causa fue usada, incluso si era el 'carnicero de Lyon'", reflexiona Evans.