Morales evalúa su gestión en el primer año del Estado Plurinacional de Bolivia
La Paz, Abi
Fiel a su convicción de "mandar obedeciendo al pueblo", el presidente Evo Morales evaluará el sábado el primer año de vigencia del Estado Plurinacional que coincide con el primero de los 5 de su segundo mandato consecutivo, marcado por la solidez de la economía boliviana, superavitaria y firme con una reserva de poco más de 10 billones de dólares, pero, por paradoja, castigada por la subida de los precios que azota a la región, y que parece haber afectado su popularidad.
Electo para el período 2010-2015, de enero a enero, el gobernante de izquierdas expedirá el informe del primer tramo de su segunda gestión, en cuyo final se desató una escalada de precios a causa de un intento por levantar la subvención que el Estado otorga a las gasolinas de importación, es decir evitar una merma de 380 millones de dólares al erario público, acabar con el contrabando de carburantes y orientar esa partida en pro del agro y la producción de alimentos, su preocupación principal.
Morales hablará al país desde la sede de la bicameral Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP), desde las 13h00 locales del sábado, cuando fueron citados los legisladores.
El mandatario que en su primer intenso mandato entre 2006 y2009- en que nacionalizó los hidrocarburos e imprimió un nuevo rumbo a Bolivia bajo el paradigma de lo plurinacional y la descolonización- se propone en lo que resta de su actual administración despegar, con carácter urgente, las industrias hidrocarburífera y de litio, en paralelo con la producción multiplicada de alimentos, que le impone el cambio climático, que a su vez trastocó los tiempos agrícolas en este país, uno de los más pobres de Sudamérica.
El dignatario llega al sábado después de allanar una red de leyes de instrumentación de la Constitución -de corte estatista- vigente desde principios de 2009, que sentó, desde el plano institucional, el Estado Plurinacional, sucesor de la República que a su vez rigió entre 1825 y 2008.
Luego de fraguar sus principales líneas políticas, algunas de ellas 'encriptadas' en la carta política número 17 de la historia constitucional boliviana, Morales se ha planteado para el resto de su gestión 4 megaproyectos, además de hidrocarburos, minería y alimentos, infraestructura, es decir carreteras, ferrovías y aeropuertos.
Después de 5 años de fintas a potentes embates por derrocarlo por parte de la oposición política, empresarial, incluso de autoridades subnacionales, Morales ha afiatado su política social de inclusión de los más carenciados, por vía de las bonificaciones que religiosamente ordena pagar a los sectores más vulnerables, ancianos, mujeres/párvulos y niños en edad escolar, que además las tornó sostenibles en el tiempo.
Tras 5 años de navegar en aguas encrespadas, en que también ha generado clima propicio para contrarrestar la tara del racismo y la xenofobia, el mandatario parece desplazarse ahora sobre terreno abonado para la gestión plena.
"Lo que no se hizo en 20 años de administraciones neoliberales, el actual Gobierno lo logró en pocos años a favor del pueblo", señaló el portavoz presidencial Iván Canelas.
"Es una etapa histórica la que vive Bolivia, una vez que marca el fin de un Estado colonial para dar surgimiento al Estado plurinacional con la participación de todos los ciudadanos", destacó.
Resuelto también a liberar de estigmas internacionales a la hoja de coca, el jefe de Estado, cuyos carisma y ascendientes sacaron al país de su histórico ostracismo, ha reconocido que sus políticas no han impactado de lleno en el bolsillo del boliviano de a pie, pese a que la salud de la macroeconomía es, de lejos, la más boyante de la historia del país andino amazónico.
Convertido además de férreo defensor de los derechos de los pobres e indígenas latinoamericanos en adalid mundial de la defensa de los derechos de la Madre Tierra, Morales, que combate en diversos escenarios y foros internacionales a las potencias industriales responsables de las emisiones de gases venenosos a la atmósfera y por extensión del calentamiento global y las alteraciones climáticas, enfrenta tal vez uno de los momentos más complejos desde que se puso al timón de la nación, con el sábado hace 5 años exactos.
Atacado sin pausa ni clemencia por sus lazos con los presidentes socialistas antiimperialistas de Venezuela, Hugo Chávez y de Cuba Fidel y Raúl Castro, entre otros mandatarios progresistas que conforman el primer bloque latinoamericano anti Estados Unidos y sus políticas, Morales capea desde principios de año una crisis de precios que ha encarecido la vida en Bolivia, entre otras cosas, el país más 'barato' de la región.
El gobernante que ganó todas las elecciones y referendos desde el 18 de diciembre de 2005, con un promedio de 60% de los votos, enfrenta estos días una de sus bajas más sensibles de popularidad.
De acuerdo con la encuestadora privada Ipsos, que estudió la percepción política en ciatro de las 10 ciudades principales de Bolivia, la popularidad de Morales que descendió desde el 84% en 2007 hasta 54% en noviembre último ha caído a poco menos de 40% entre el 6 y 12 de este mes, lapso caracterizado por las turbulencias provocadas por el alza en los precios de las gasolinas que la presión popular le pidió retirar.
Morales, cuyo stock de legitimidad está en el campo, hablará ante la ALP en medio de presiones para que renueve a su equipo de colaboradores.
El mandatario "se encuentra en una situación difícil porque si cambia buena parte de su gabinete los movimientos sociales van a creer que le han doblado la mano si el Presidente no cambia su gabinete la sensación ciudadana será de que nada ha cambiado. Ojala que tenga la prudencia, la inteligencia, la sabiduría el señor Presidente de producir adecuados equilibrios en su equipo administrativo", afirmó el analista Carlos Cordero.
Fiel a su convicción de "mandar obedeciendo al pueblo", el presidente Evo Morales evaluará el sábado el primer año de vigencia del Estado Plurinacional que coincide con el primero de los 5 de su segundo mandato consecutivo, marcado por la solidez de la economía boliviana, superavitaria y firme con una reserva de poco más de 10 billones de dólares, pero, por paradoja, castigada por la subida de los precios que azota a la región, y que parece haber afectado su popularidad.
Electo para el período 2010-2015, de enero a enero, el gobernante de izquierdas expedirá el informe del primer tramo de su segunda gestión, en cuyo final se desató una escalada de precios a causa de un intento por levantar la subvención que el Estado otorga a las gasolinas de importación, es decir evitar una merma de 380 millones de dólares al erario público, acabar con el contrabando de carburantes y orientar esa partida en pro del agro y la producción de alimentos, su preocupación principal.
Morales hablará al país desde la sede de la bicameral Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP), desde las 13h00 locales del sábado, cuando fueron citados los legisladores.
El mandatario que en su primer intenso mandato entre 2006 y2009- en que nacionalizó los hidrocarburos e imprimió un nuevo rumbo a Bolivia bajo el paradigma de lo plurinacional y la descolonización- se propone en lo que resta de su actual administración despegar, con carácter urgente, las industrias hidrocarburífera y de litio, en paralelo con la producción multiplicada de alimentos, que le impone el cambio climático, que a su vez trastocó los tiempos agrícolas en este país, uno de los más pobres de Sudamérica.
El dignatario llega al sábado después de allanar una red de leyes de instrumentación de la Constitución -de corte estatista- vigente desde principios de 2009, que sentó, desde el plano institucional, el Estado Plurinacional, sucesor de la República que a su vez rigió entre 1825 y 2008.
Luego de fraguar sus principales líneas políticas, algunas de ellas 'encriptadas' en la carta política número 17 de la historia constitucional boliviana, Morales se ha planteado para el resto de su gestión 4 megaproyectos, además de hidrocarburos, minería y alimentos, infraestructura, es decir carreteras, ferrovías y aeropuertos.
Después de 5 años de fintas a potentes embates por derrocarlo por parte de la oposición política, empresarial, incluso de autoridades subnacionales, Morales ha afiatado su política social de inclusión de los más carenciados, por vía de las bonificaciones que religiosamente ordena pagar a los sectores más vulnerables, ancianos, mujeres/párvulos y niños en edad escolar, que además las tornó sostenibles en el tiempo.
Tras 5 años de navegar en aguas encrespadas, en que también ha generado clima propicio para contrarrestar la tara del racismo y la xenofobia, el mandatario parece desplazarse ahora sobre terreno abonado para la gestión plena.
"Lo que no se hizo en 20 años de administraciones neoliberales, el actual Gobierno lo logró en pocos años a favor del pueblo", señaló el portavoz presidencial Iván Canelas.
"Es una etapa histórica la que vive Bolivia, una vez que marca el fin de un Estado colonial para dar surgimiento al Estado plurinacional con la participación de todos los ciudadanos", destacó.
Resuelto también a liberar de estigmas internacionales a la hoja de coca, el jefe de Estado, cuyos carisma y ascendientes sacaron al país de su histórico ostracismo, ha reconocido que sus políticas no han impactado de lleno en el bolsillo del boliviano de a pie, pese a que la salud de la macroeconomía es, de lejos, la más boyante de la historia del país andino amazónico.
Convertido además de férreo defensor de los derechos de los pobres e indígenas latinoamericanos en adalid mundial de la defensa de los derechos de la Madre Tierra, Morales, que combate en diversos escenarios y foros internacionales a las potencias industriales responsables de las emisiones de gases venenosos a la atmósfera y por extensión del calentamiento global y las alteraciones climáticas, enfrenta tal vez uno de los momentos más complejos desde que se puso al timón de la nación, con el sábado hace 5 años exactos.
Atacado sin pausa ni clemencia por sus lazos con los presidentes socialistas antiimperialistas de Venezuela, Hugo Chávez y de Cuba Fidel y Raúl Castro, entre otros mandatarios progresistas que conforman el primer bloque latinoamericano anti Estados Unidos y sus políticas, Morales capea desde principios de año una crisis de precios que ha encarecido la vida en Bolivia, entre otras cosas, el país más 'barato' de la región.
El gobernante que ganó todas las elecciones y referendos desde el 18 de diciembre de 2005, con un promedio de 60% de los votos, enfrenta estos días una de sus bajas más sensibles de popularidad.
De acuerdo con la encuestadora privada Ipsos, que estudió la percepción política en ciatro de las 10 ciudades principales de Bolivia, la popularidad de Morales que descendió desde el 84% en 2007 hasta 54% en noviembre último ha caído a poco menos de 40% entre el 6 y 12 de este mes, lapso caracterizado por las turbulencias provocadas por el alza en los precios de las gasolinas que la presión popular le pidió retirar.
Morales, cuyo stock de legitimidad está en el campo, hablará ante la ALP en medio de presiones para que renueve a su equipo de colaboradores.
El mandatario "se encuentra en una situación difícil porque si cambia buena parte de su gabinete los movimientos sociales van a creer que le han doblado la mano si el Presidente no cambia su gabinete la sensación ciudadana será de que nada ha cambiado. Ojala que tenga la prudencia, la inteligencia, la sabiduría el señor Presidente de producir adecuados equilibrios en su equipo administrativo", afirmó el analista Carlos Cordero.