Milan y Udinese regalaron espectáculo y ocho goles en San Siro


Milan, Espn
Milan tuvo la chance de "matar" al torneo, pero un fantástico Udinese se lo impidió y lo tuvo al borde del nocáut hasta el final. La pizarra, con un empate y nada menos que ocho goles, reflejó muy bien las emociones pero también los muchos errores vistos sobre el desastroso césped de San Siro.

Fue 4 a 4: Antonio Di Natale puso arriba a la visita, Alexandre Pato igualó sobre el final de la primera etapa, Alexis Sánchez y otra vez Di Natale adelantaron a Udinese, un gol en contra de Mehdi Benatía y otro de Pato igualaron la pizarra, Germán Denis volvió a adelantar a su equipo pero, en tiempo de descuento, Zlatan Ibrahimovic le dio cifras definitivas al marcador.

Decíamos que Milan tuvo la chance de "asesinar" al torneo: en efecto, puesto que Lazio y Roma perdieron y que esta noche jugarán Nápoli y Juventus, con el empate perdió una gran ocasión para escaparse arriba. Cierra la primera rueda primero con 40 puntos y con seis de ventaja sobre Lazio, pero el segundo "virtual" ahora es Inter, que ganando los dos encuentros postergados ante Cesena y Fiorentina se pondría a cinco unidades del líder. Udinese, por su parte, con 27 puntos ocupa la octava plaza.

El primer tiempo fue muy bueno: Udinese sacaba ventajas en el medio, por la mayor cantidad de volantes, y por momentos lograba encerrar en su área al local. Milan, por su parte, con el gran poderío de su tridente ofensivo y una buena dirección de Seedorf, parado como armador delante de la defensa, lograba crear buenas ocasiones, a pesar de no dominar el trámite.

Udinese progresaba muy bien por derecha, donde Antonini sufría mucho cuando Isla le ganaba las espaldas. Curiosamente, Antonini fue responsable del primer gol: cuando Inlar remató desde unos 20 metros, el externo quedó enganchado habilitando a Di Natale, y entonces el tap-in del goleador, luego de que el poste devolviera el remate del compañero, fue absolutamente regular.

Milan reaccionó con furia, pero tuvo mucha suerte porque encontró el empate justo sobre el final de la etapa: Ibra se manó una gran jugada por derecha, metió el centro rasante y Pato no tuvo más que empujarla de zurda para estampar la igualdad. La segunda etapa comenzó muy parecida a la primera y por eso no sorprendió cuando Udinese se puso arriba. Isla le ganó muy bien (una vez más) a Antonini y metió el centro al primer palo, donde Sánchez "quemó" a Bonera en el pique y cabeceó de manera inatajable junto al poste.

Milan sintió el golpe, máxime porque Udinese se encerró muy bien en su área, sin conceder nada a los ataques pocos claros del local, y por encima aprovechando muy bien las contras. Di Natale es un maestro en eso, pero tuvo la invalorable ayuda de Bonera cuando se lanzó "uno contra uno": el defensor le regaló su mejor perfil, en enganche de derecha hacia el medio, y entonces para el atacante fue un juego de niño meter su famoso derechazo a girar al segundo palo, inatajable.

Allegri se jugó todo y dispuso el ingreso de Cassano por Seedorf, dejando así en la cancha a un equipo fuertemente desequilibrado hacia adelante. Pero, con una pizca de suerte, el cambio sirvió. Porque primero un centro de Thiago Silva due cabeceado al gol en contra por el desafortunado Benatiá, y luego Cassano inventó una magia por derecha, seguida por un centro rasante que Pato, con un hermoso enganche de taco, domió y mandó a guardar de zurda.

Milan lo quiso ganar, pero casi lo pierde: en otra contra Denis, ingresado por Di Natale, aprovechó el enésimo error de Bonera para quedar mano a mano y fucilarlo a Amelia. Faltaba apenas un minuto y la derrota parecía inevitable, pero la pareja de talentos rossoneri entregó su primer dividendo: Cassano habilitó a Ibrahimovic y el sueco, en el tercer minuto de descuento, anotó un empate merecido cuanto inesperado.

En un partido así, es realmente difícil encontrar a una figura. Pato y Di Natale anotaron dos, Cassano metió dos asistencias, Handanovic salvó varias veces a su arco, pero para nostros el mejor fue sin dudas el chileno Sánchez, quien con sus aceleraciones volvió loca a la defensa local y siempre logró transformar las salidas de su equipo en contras letales, más allá de anotar también un bonito tanto.

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