Milan dejó escapar el triunfo en Lecce en el final


Roma, Espn

En el partido que cerró la vigesima fecha del Calcio, Milan perdió una excelente ocasión para escaparse en la punta de la tabla: ganaba en Lecce con un golazo de Zlatan Ibrahimovic pero, en el final, se dejó alcanzar por un tanto del uruguayo Ruben Olivera.

Con este resultado, Milan suma 41 puntos, sigue siendo el único puntero y tiene 4 de ventaja sobre la pareja formada por Lazio y Nápoli; Lecce, por su parte, tiene 19 unidades y comparte con Cesena la antepenúltima plaza, es decir el umbral, al mismo tiempo, del descenso y de la permanencia.

El partido fue bastante aburrido: Lecce, a pesar de la localía, jugó para mantener el cero en su arco como único norte mientras que Milan, que aún no recuperó el brillo que había mostrado antes de las vacaciones de Navidad, no lograba aumentar el ritmo lo suficiente como para desequilibrar.

En este marco, la primera etapa se fue sin grandes sobresaltos: Milan tenía la pelota, se jugaba casi siempre en la mitad de la cancha local, pero las ocasiones no llegaban por la poca precisión en la última puntada y por la incapacidad de los visitantes de ganar en el uno contra uno para crear superioridad numérica.

En la segunda etapa, la tónica siguió muy parecida, pero luego de pocos minutos llegó el gol, producto de uan genialidad de un crack como Ibrahimovic: el sueco corrió un pelotazo largo en el callejón del "diez", la aguantó muy bien a unos 30 metros del arco y, casi de espaldas, dejó salir un zurdazo impresionante que se clavó en el ángulo superior a la izquierda del arquero, inatajable.

A pesar de la ventaja visitante, la tónica del partido no cambió: Lecce no quería ofrecer espacios para la contra y trataba de aprovechar las jugadas de pelota parada para tratar de igualar. Tampoco Milan aceleró nunca y no buscó, como hubiera debido, el tanto de la tranquilidad.

Así, en jugadas de tiro de esquina, Lecce primero astilló el poste a la izquierda de Amelia y luego, en el córner siguiente, encontró el empate con un derechazo rasante de volea de Olivera, dejado culpablemente solo en el medio del área rossonera.

Faltaban 8 minutos al final. Milan, de la mano de un Cassano (ingresado en los últimos 20 por Pato), realmente monumental en ese breve segmento, tuvo dos veces la posibilidad de anotar y llevarse el triunfo.

Primero el barese le puso una pelota exquisita por derecha a Abate, quien metió el centro para el derechazo a golpe seguro de Seedorf, que sin embargo fue salvado casi sobre la línea por un defensor; luego, Cassano se fue él mismo muy bien por derecha y metió la asistencia perfecta para Ibra, pero el potente derechazo del sueco fue enviado al córner por un verdadero milagro de Rosati.

En tiempo de descuento (vergonzosos los tres minutos concedidos por el referí, que por encima prácticamente no se jugaron), llegó el último sobresalto, un tiro libre desde la derecha que Cassano ejecutó en forma de centro y que Ibrahimovic cabeceó sin precisión.

Milan debe lamentar su falta de audacia: los partidos hay que cerrarlos cuando se tiene la oportunidad de hacerlo. Lecce sacó un punto que no merecía y que premió su actitud amarrete, pero cuando se lucha para salvarse del descenso lo único que importa es sumar: las responsabilidades hacia el espectáculo corren por cuenta de quien tiene las grandes figuras, como en el caso de Milan.

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