Lukashenko asume la presidencia de Bielorrusa en medio del aislamiento internacional
Moscú, Agencias
El líder de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, fue investido hoy como presidente por otros cinco años en medio de un creciente aislamiento internacional de su régimen autoritario.
La investidura de Lukashenko se produce un día después de que el pleno del Parlamento Europeo exigiera la imposición, apoyada después por Estados Unidos, de nuevas sanciones al régimen bielorruso como respuesta a la represión política tras los disturbios que siguieron a las elecciones presidenciales del pasado 19 de diciembre.
"Sí, ganamos de forma convincente. No se trataba sólo de la elección del presidente. En esencia, se decidía el futuro del país, si será independiente y fuerte o si caerá en una dependencia servil", dijo el jefe del Estado tras jurar el cargo en una ceremonia solemne en el Palacio de la República de Minsk.
Lukashenko, que resultó reelegido en los comicios de diciembre por un cuarto mandato con el 79,65 por ciento de los votos, agradeció al pueblo su apoyo, según informó la agencia oficial bielorrusa Belta.
"Los votos de millones de personas honestas y leales, con las que hemos resistido en los últimos tiempos ante los cambios históricos más bruscos, dan inspiración y nuevas fuerzas", declaró el líder bielorruso.
Prometió defender la seguridad y estabilidad ante las "intrigas externas e internas" y aludió a la "sabiduría popular" al dirigirse "a los detractores de Bielorrusia": "No avives el incendio en casa del vecino, porque el fuego puede propagarse por accidente también a la tuya".
"Tomando conciencia del papel geopolítico que desempeña Bielorrusia como eslabón de enlace entre Oriente y Occidente y como parte integrante de Europa y del espacio postsoviético, continuaremos llevando a cabo una política exterior multilateral, basada en las prioridad de los intereses nacionales", declaró.
Subrayó que buscará "obtener los mejores resultados en la cooperación con Rusia, Ucrania, China, Venezuela y demás socios estratégicos, así como con la Unión Europea y Estados Unidos y con todos los estados de la comunidad internacional".
Lukashenko calificó de "democráticos" y "transparentes" los comicios de diciembre pasado, cuyos resultados fueron criticados por la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa y no fueron reconocidos por Estados Unidos, al tiempo que afirmó que la elección del pueblo bielorruso fue la correcta.
"Y si alguien en esta sala o fuera de ella que nos esté viendo y escuchando hoy duda todavía de si su elección fue correcta, disculpen la falta de modestia pero puedo decir: no duden, hicieron la elección correcta. Vuestro presidente es vuestro presidente y nunca os fallará", aseguró.
Pocas horas después de que el Parlamento Europeo exigiera ayer la imposición de nuevas sanciones al régimen bielorruso, Lukashenko prometió respuestas duras a cualquier medida de este tipo y subrayó la necesidad de defender la soberanía y los intereses económicos y geopolíticos de su país.
En vísperas de las elecciones, la Unión Europea prolongó las sanciones impuestas contra Lukashenko, en el poder desde 1994 y considerado el último dictador de Europa, y 35 de sus altos funcionarios tras el fraude en los comicios presidenciales de marzo de 2006, aunque las mantuvo congeladas por otros doce meses.
La Eurocámara reclamó precisamente la reactivación inmediata de estas restricciones, así como un debate sobre la posibilidad de aplicar ciertas sanciones económicas, incluida la paralización de las ayudas macrofinancieras concedidas a través del Fondo Monetario Internacional.
Los eurodiputados quieren además que se congelen las cuentas de responsables del régimen y que las sanciones se mantengan al menos hasta que todos los prisioneros políticos sean liberados sin cargos.
En tanto, la organización de derechos humanos bielorrusa Viasna señaló que cerca de una treintena de opositores, entre ellos cinco candidatos a la presidencia, continúan en centros de detención del KGB.
Un total de 33 opositores están acusados y otros 16 son sospechosos de instigar y organizar los violentos disturbios en los que miles de personas intentaron asaltar la sede del Gobierno tras el cierre de los colegios electorales.
Sin embargo, la oposición denuncia que el asalto a la sede del Ejecutivo, donde se alojaba la Comisión Electoral, fue incitado por provocadores de los servicios secretos de Lukashenko para justificar así la detención de centenares de manifestantes.
El líder de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, fue investido hoy como presidente por otros cinco años en medio de un creciente aislamiento internacional de su régimen autoritario.
La investidura de Lukashenko se produce un día después de que el pleno del Parlamento Europeo exigiera la imposición, apoyada después por Estados Unidos, de nuevas sanciones al régimen bielorruso como respuesta a la represión política tras los disturbios que siguieron a las elecciones presidenciales del pasado 19 de diciembre.
"Sí, ganamos de forma convincente. No se trataba sólo de la elección del presidente. En esencia, se decidía el futuro del país, si será independiente y fuerte o si caerá en una dependencia servil", dijo el jefe del Estado tras jurar el cargo en una ceremonia solemne en el Palacio de la República de Minsk.
Lukashenko, que resultó reelegido en los comicios de diciembre por un cuarto mandato con el 79,65 por ciento de los votos, agradeció al pueblo su apoyo, según informó la agencia oficial bielorrusa Belta.
"Los votos de millones de personas honestas y leales, con las que hemos resistido en los últimos tiempos ante los cambios históricos más bruscos, dan inspiración y nuevas fuerzas", declaró el líder bielorruso.
Prometió defender la seguridad y estabilidad ante las "intrigas externas e internas" y aludió a la "sabiduría popular" al dirigirse "a los detractores de Bielorrusia": "No avives el incendio en casa del vecino, porque el fuego puede propagarse por accidente también a la tuya".
"Tomando conciencia del papel geopolítico que desempeña Bielorrusia como eslabón de enlace entre Oriente y Occidente y como parte integrante de Europa y del espacio postsoviético, continuaremos llevando a cabo una política exterior multilateral, basada en las prioridad de los intereses nacionales", declaró.
Subrayó que buscará "obtener los mejores resultados en la cooperación con Rusia, Ucrania, China, Venezuela y demás socios estratégicos, así como con la Unión Europea y Estados Unidos y con todos los estados de la comunidad internacional".
Lukashenko calificó de "democráticos" y "transparentes" los comicios de diciembre pasado, cuyos resultados fueron criticados por la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa y no fueron reconocidos por Estados Unidos, al tiempo que afirmó que la elección del pueblo bielorruso fue la correcta.
"Y si alguien en esta sala o fuera de ella que nos esté viendo y escuchando hoy duda todavía de si su elección fue correcta, disculpen la falta de modestia pero puedo decir: no duden, hicieron la elección correcta. Vuestro presidente es vuestro presidente y nunca os fallará", aseguró.
Pocas horas después de que el Parlamento Europeo exigiera ayer la imposición de nuevas sanciones al régimen bielorruso, Lukashenko prometió respuestas duras a cualquier medida de este tipo y subrayó la necesidad de defender la soberanía y los intereses económicos y geopolíticos de su país.
En vísperas de las elecciones, la Unión Europea prolongó las sanciones impuestas contra Lukashenko, en el poder desde 1994 y considerado el último dictador de Europa, y 35 de sus altos funcionarios tras el fraude en los comicios presidenciales de marzo de 2006, aunque las mantuvo congeladas por otros doce meses.
La Eurocámara reclamó precisamente la reactivación inmediata de estas restricciones, así como un debate sobre la posibilidad de aplicar ciertas sanciones económicas, incluida la paralización de las ayudas macrofinancieras concedidas a través del Fondo Monetario Internacional.
Los eurodiputados quieren además que se congelen las cuentas de responsables del régimen y que las sanciones se mantengan al menos hasta que todos los prisioneros políticos sean liberados sin cargos.
En tanto, la organización de derechos humanos bielorrusa Viasna señaló que cerca de una treintena de opositores, entre ellos cinco candidatos a la presidencia, continúan en centros de detención del KGB.
Un total de 33 opositores están acusados y otros 16 son sospechosos de instigar y organizar los violentos disturbios en los que miles de personas intentaron asaltar la sede del Gobierno tras el cierre de los colegios electorales.
Sin embargo, la oposición denuncia que el asalto a la sede del Ejecutivo, donde se alojaba la Comisión Electoral, fue incitado por provocadores de los servicios secretos de Lukashenko para justificar así la detención de centenares de manifestantes.