Las protestas contra el régimen egipcio llegan al corazón de El Cairo
El Cairo, Agencias
Miles de manifestantes de todas las corrientes políticas tomaron hoy el corazón de El Cairo en un hecho sin precedentes en Egipto, gobernado por el presidente Hosni Mubarak desde 1981.
"Se cayó la barrera del miedo, ya se acabó, estoy aquí para intentar que se caiga Hosni Mubarak. Es un dictador como Franco en España", aseguró en perfecto español un manifestante que se identificó como Sherif Halil.
Desde primeras horas de la mañana decenas de personas se fueron concentrando en diversos puntos de la capital respondiendo a una convocatoria que nació en internet coincidiendo con la caída del presidente tunecino, Ben Ali, el pasado 14 de enero tras un mes de protestas.
"Estoy muy, muy contento, nunca había vivido algo así, ojalá haya cambios, ojalá se vaya Hosni Mubarak", aseguró a Efe Mustafa, un licenciado en Filología Árabe, que junto a otros miles de egipcios, la mayoría en sus treinta o menores, celebraron en la céntrica plaza de Tahrir (Liberación en árabe) lo que consideran la primera victoria.
Y es que ni si quiera durante las protestas políticas de 2005 en favor de una mayor apertura política, que llegaron a ser casi diarias en el país, las fuerzas antidisturbios permitieron a los manifestantes, que en escasas ocasiones superaron los cientos, que se acercaran a esta simbólica plaza cairota.
A las 12.30 hora local (10.30 GMT), un pequeño grupo de líderes opositores de los Hermanos Musulmanes, de los movimientos contestatarios Kifaya y 6 de Abril, del partido Wafd y de pequeños partidos laicos como Al Gad, se reunieron frente a la Corte Suprema en el centro de El Cairo.
Desde aquí, el portavoz de la plataforma política Asamblea Nacional para el Cambio, Hazem Faruk Mansur, pidió la derogación de la ley de emergencia, vigente en el país desde la llegada al poder de Hosni Mubarak, así como la disolución del Parlamento, la creación de un gobierno de unidad nacional y la celebración de elecciones limpias.
En un comunicado leído ante varios medios, Mansur también pidió "fijar un máximo y un mínimo en los salarios, luchar contra la corrupción, crear empleo, la distribución justa de la riqueza y la independencia judicial".
Por su parte, Muhamad al Baltagui, dirigente del movimiento islámico de los Hermanos Musulmanes, insistió también en la necesidad de disolver el Parlamento, después de denunciar que las pasadas elecciones parlamentarias de noviembre, en la que su grupo no obtuvo ningún escaño, fueron fraudulentas.
Desde media mañana y durante toda la tarde, los grupos de manifestantes que se habían concentrado en distintos puntos de la ciudad se fueron juntando hasta formar un nutrido grupo que marchó hacia la plaza Tahrir entre cánticos de "libertad" y "que se vaya Hosni Mubarak, que se vaya Habib Al Adly", ministro del Interior.
Entre las pancartas podían leerse lemas como "Mubarak dégage" ("Mubarak lárgate", en francés) o "Mubarak, Ben Ali te dice que tienes un avión esperando en el aeropuerto", mientras los cairotas coreaban "Túnez, Túnez" en un ambiente festivo.
A diferencia de lo que es habitual en Egipto, hoy los ciudadanos pudieron manifestarse por las calles de la ciudad prácticamente sin problemas, aunque se hacía patente la presencia de agentes uniformados y de paisano, que cerraban el paso de los manifestantes, para luego dejarlos pasar.
La manifestación transcurrió de forma tranquila con la excepción de algún enfrentamiento puntual, como cuando unos cuantos ciudadanos intentaron caminar hasta el Parlamento y la policía los hizo retroceder con gases lacrimógenos y chorros de agua a presión.
La jornada se saldó con 25 detenidos, quince de ellos miembros del movimiento de los Hermanos Musulmanes y los otros diez de diferentes fuerzas políticas, según fuentes de seguridad.
La protesta tuvo también eco en las otras grandes ciudades egipcias como Alejandría, Assiut, Ismailía, Al Minia y Port Said.
A última hora de la tarde, los manifestantes seguían ocupando la plaza Tahrir y reclamaban un cambio de gobierno en una de las movilizaciones más multitudinarias de los últimos años.
"Yo me voy a quedar toda la noche", aseguraba Mustafa.
Miles de manifestantes de todas las corrientes políticas tomaron hoy el corazón de El Cairo en un hecho sin precedentes en Egipto, gobernado por el presidente Hosni Mubarak desde 1981.
"Se cayó la barrera del miedo, ya se acabó, estoy aquí para intentar que se caiga Hosni Mubarak. Es un dictador como Franco en España", aseguró en perfecto español un manifestante que se identificó como Sherif Halil.
Desde primeras horas de la mañana decenas de personas se fueron concentrando en diversos puntos de la capital respondiendo a una convocatoria que nació en internet coincidiendo con la caída del presidente tunecino, Ben Ali, el pasado 14 de enero tras un mes de protestas.
"Estoy muy, muy contento, nunca había vivido algo así, ojalá haya cambios, ojalá se vaya Hosni Mubarak", aseguró a Efe Mustafa, un licenciado en Filología Árabe, que junto a otros miles de egipcios, la mayoría en sus treinta o menores, celebraron en la céntrica plaza de Tahrir (Liberación en árabe) lo que consideran la primera victoria.
Y es que ni si quiera durante las protestas políticas de 2005 en favor de una mayor apertura política, que llegaron a ser casi diarias en el país, las fuerzas antidisturbios permitieron a los manifestantes, que en escasas ocasiones superaron los cientos, que se acercaran a esta simbólica plaza cairota.
A las 12.30 hora local (10.30 GMT), un pequeño grupo de líderes opositores de los Hermanos Musulmanes, de los movimientos contestatarios Kifaya y 6 de Abril, del partido Wafd y de pequeños partidos laicos como Al Gad, se reunieron frente a la Corte Suprema en el centro de El Cairo.
Desde aquí, el portavoz de la plataforma política Asamblea Nacional para el Cambio, Hazem Faruk Mansur, pidió la derogación de la ley de emergencia, vigente en el país desde la llegada al poder de Hosni Mubarak, así como la disolución del Parlamento, la creación de un gobierno de unidad nacional y la celebración de elecciones limpias.
En un comunicado leído ante varios medios, Mansur también pidió "fijar un máximo y un mínimo en los salarios, luchar contra la corrupción, crear empleo, la distribución justa de la riqueza y la independencia judicial".
Por su parte, Muhamad al Baltagui, dirigente del movimiento islámico de los Hermanos Musulmanes, insistió también en la necesidad de disolver el Parlamento, después de denunciar que las pasadas elecciones parlamentarias de noviembre, en la que su grupo no obtuvo ningún escaño, fueron fraudulentas.
Desde media mañana y durante toda la tarde, los grupos de manifestantes que se habían concentrado en distintos puntos de la ciudad se fueron juntando hasta formar un nutrido grupo que marchó hacia la plaza Tahrir entre cánticos de "libertad" y "que se vaya Hosni Mubarak, que se vaya Habib Al Adly", ministro del Interior.
Entre las pancartas podían leerse lemas como "Mubarak dégage" ("Mubarak lárgate", en francés) o "Mubarak, Ben Ali te dice que tienes un avión esperando en el aeropuerto", mientras los cairotas coreaban "Túnez, Túnez" en un ambiente festivo.
A diferencia de lo que es habitual en Egipto, hoy los ciudadanos pudieron manifestarse por las calles de la ciudad prácticamente sin problemas, aunque se hacía patente la presencia de agentes uniformados y de paisano, que cerraban el paso de los manifestantes, para luego dejarlos pasar.
La manifestación transcurrió de forma tranquila con la excepción de algún enfrentamiento puntual, como cuando unos cuantos ciudadanos intentaron caminar hasta el Parlamento y la policía los hizo retroceder con gases lacrimógenos y chorros de agua a presión.
La jornada se saldó con 25 detenidos, quince de ellos miembros del movimiento de los Hermanos Musulmanes y los otros diez de diferentes fuerzas políticas, según fuentes de seguridad.
La protesta tuvo también eco en las otras grandes ciudades egipcias como Alejandría, Assiut, Ismailía, Al Minia y Port Said.
A última hora de la tarde, los manifestantes seguían ocupando la plaza Tahrir y reclamaban un cambio de gobierno en una de las movilizaciones más multitudinarias de los últimos años.
"Yo me voy a quedar toda la noche", aseguraba Mustafa.