Las lluvias se cobran casi 500 vidas en la región serrana de Río de Janeiro
Río de Janeiro, Agencias
Las fuertes lluvias que azotan la región serrana del estado de Río de Janeiro se han cobrado la vida de al menos 482 personas, situación que fue hoy calificada de "muy dramática" por la presidenta Dilma Rousseff, quien hizo un sobrevuelo por la región y palpó el sufrimiento de la gente.
Rousseff sobrevoló en helicóptero las zonas más castigadas por las precipitaciones para evaluar las consecuencias de las inundaciones en compañía del gobernador regional, Sergio Cabral, y luego no pudo ocultar su conmoción por la tragedia.
"Es un momento muy dramático. Las escenas son muy fuertes. Es visible el sufrimiento de las personas. El riesgo es muy grande", dijo Rousseff, en su primera rueda de prensa desde que asumió la Presidencia, el pasado día 1.
Para Rousseeff "la vivienda en área de riesgo en Brasil es la regla, no es la excepción".
En Teresópolis, uno de los epicentros de la devastación causada por las lluvias, la cifra de fallecidos aumentó hasta 208, según el último recuento municipal.
En los barrios más afectados de esa ciudad, Caleme, Parque Imbuí, Posse y Barra do Imbuí, el nivel del agua superó el metro y medio y las imágenes de vehículos cubiertos por el lodo eran recurrentes.
En la vecina Nueva Friburgo se registraron 216 muertos, entre ellos tres bomberos que participaban en los rescates.
El resto de fallecidos se registraron en el municipio de Petrópolis, con 39 muertes, y en Sumidouro, con 19 decesos.
Según el último balance de Defensa Civil, además de las víctimas mortales la tragedia ha dejado unas 10.000 personas sin vivienda y un número aún no precisado de desaparecidos, por lo que la cifra de muertes puede aumentar a medida que avancen las tareas de rescate.
La mandataria, quien alabó la "capacidad de organización del Gobierno de Río de Janeiro, combinado con el Gobierno federal y los alcaldes", añadió que las prioridades son las tareas de rescate, la reestructuración de las condiciones de vida y el acceso a tratamiento sanitario.
Asimismo, dijo que algunas "montañas se disolvieron" sin que se dieran condiciones de irregularidad urbanística, pero matizó que en otras áreas se pudieron observar escenas "de ocupación irregular de áreas de riesgo", lo que agudizó el desastre.
Rousseff se comprometió a que la liberación de recursos económicos para ayudar a las víctimas se lleve a cabo de "la forma más rápida y menos burocrática posible" y explicó que en las situaciones de emergencia y calamidades hasta el 50% de los recursos puede ser anticipado.
También recordó que dentro de los programas gubernamentales destinados a la aceleración económica se destinarán 11.000 millones de reales (6.740 millones de dólares) para labores de saneamiento y drenaje en todo el país y puntualizó que "la previsión no es una cuestión sólo de defensa civil".
El Gobierno ya había anunciado que destinará unos 780 millones de reales (cerca de 461,5 millones de dólares) para atender la emergencia.
En los últimos días la prensa local está siendo crítica con el papel de los poderes públicos por considerar que, a pesar de que las precipitaciones se suceden año tras año, no se han tomado las medidas preventivas necesarias para evitar este tipo de catástrofes.
"El Gobierno Federal y yo especialmente transmito mi total solidaridad a las familias de las víctimas", concluyó Rousseff.
Las áreas más afectadas, las ciudades de Teresópolis, Nueva Friburgo y Petrópolis, enclavadas en la serranía fluminense, continuaban hoy siendo el escenario de intensas labores de rescate.
En esos municipios las precipitaciones, especialmente virulentas la noche del martes, provocaron deslizamientos de tierras que sepultaron barrios enteros.
En las tareas de salvamento están implicados cerca de 1.000 efectivos de los Bomberos, la Defensa Civil, la Policía y las alcaldías de la región, que cuentan con apoyo de siete helicópteros.
A las labores de salvamento se sumaron de forma voluntaria vecinos que sobrevivieron a las riadas, según mostró la televisión local.
La previsión de lluvias para las próximas horas no es halagüeña y los servicios meteorológicos pronostican nuevas precipitaciones con distinta intensidad, al menos durante los próximos dos días.
La tragedia en la región serrana de Río de Janeiro es la más devastadora por causas climáticas en la historia del país y supera la de 1967 en Caraguatatuba, litoral de Sao Paulo, cuando murieron 436 personas.
Las fuertes lluvias que azotan la región serrana del estado de Río de Janeiro se han cobrado la vida de al menos 482 personas, situación que fue hoy calificada de "muy dramática" por la presidenta Dilma Rousseff, quien hizo un sobrevuelo por la región y palpó el sufrimiento de la gente.
Rousseff sobrevoló en helicóptero las zonas más castigadas por las precipitaciones para evaluar las consecuencias de las inundaciones en compañía del gobernador regional, Sergio Cabral, y luego no pudo ocultar su conmoción por la tragedia.
"Es un momento muy dramático. Las escenas son muy fuertes. Es visible el sufrimiento de las personas. El riesgo es muy grande", dijo Rousseff, en su primera rueda de prensa desde que asumió la Presidencia, el pasado día 1.
Para Rousseeff "la vivienda en área de riesgo en Brasil es la regla, no es la excepción".
En Teresópolis, uno de los epicentros de la devastación causada por las lluvias, la cifra de fallecidos aumentó hasta 208, según el último recuento municipal.
En los barrios más afectados de esa ciudad, Caleme, Parque Imbuí, Posse y Barra do Imbuí, el nivel del agua superó el metro y medio y las imágenes de vehículos cubiertos por el lodo eran recurrentes.
En la vecina Nueva Friburgo se registraron 216 muertos, entre ellos tres bomberos que participaban en los rescates.
El resto de fallecidos se registraron en el municipio de Petrópolis, con 39 muertes, y en Sumidouro, con 19 decesos.
Según el último balance de Defensa Civil, además de las víctimas mortales la tragedia ha dejado unas 10.000 personas sin vivienda y un número aún no precisado de desaparecidos, por lo que la cifra de muertes puede aumentar a medida que avancen las tareas de rescate.
La mandataria, quien alabó la "capacidad de organización del Gobierno de Río de Janeiro, combinado con el Gobierno federal y los alcaldes", añadió que las prioridades son las tareas de rescate, la reestructuración de las condiciones de vida y el acceso a tratamiento sanitario.
Asimismo, dijo que algunas "montañas se disolvieron" sin que se dieran condiciones de irregularidad urbanística, pero matizó que en otras áreas se pudieron observar escenas "de ocupación irregular de áreas de riesgo", lo que agudizó el desastre.
Rousseff se comprometió a que la liberación de recursos económicos para ayudar a las víctimas se lleve a cabo de "la forma más rápida y menos burocrática posible" y explicó que en las situaciones de emergencia y calamidades hasta el 50% de los recursos puede ser anticipado.
También recordó que dentro de los programas gubernamentales destinados a la aceleración económica se destinarán 11.000 millones de reales (6.740 millones de dólares) para labores de saneamiento y drenaje en todo el país y puntualizó que "la previsión no es una cuestión sólo de defensa civil".
El Gobierno ya había anunciado que destinará unos 780 millones de reales (cerca de 461,5 millones de dólares) para atender la emergencia.
En los últimos días la prensa local está siendo crítica con el papel de los poderes públicos por considerar que, a pesar de que las precipitaciones se suceden año tras año, no se han tomado las medidas preventivas necesarias para evitar este tipo de catástrofes.
"El Gobierno Federal y yo especialmente transmito mi total solidaridad a las familias de las víctimas", concluyó Rousseff.
Las áreas más afectadas, las ciudades de Teresópolis, Nueva Friburgo y Petrópolis, enclavadas en la serranía fluminense, continuaban hoy siendo el escenario de intensas labores de rescate.
En esos municipios las precipitaciones, especialmente virulentas la noche del martes, provocaron deslizamientos de tierras que sepultaron barrios enteros.
En las tareas de salvamento están implicados cerca de 1.000 efectivos de los Bomberos, la Defensa Civil, la Policía y las alcaldías de la región, que cuentan con apoyo de siete helicópteros.
A las labores de salvamento se sumaron de forma voluntaria vecinos que sobrevivieron a las riadas, según mostró la televisión local.
La previsión de lluvias para las próximas horas no es halagüeña y los servicios meteorológicos pronostican nuevas precipitaciones con distinta intensidad, al menos durante los próximos dos días.
La tragedia en la región serrana de Río de Janeiro es la más devastadora por causas climáticas en la historia del país y supera la de 1967 en Caraguatatuba, litoral de Sao Paulo, cuando murieron 436 personas.