Futbolistas desocupados se prestan la casaca de Wilster para jugar la Copa
La Paz, Erbol
Los unirá la camiseta y la necesidad de mostrarse en la Copa Libertadores. Vienen de países distintos y por el momento no han encontrado un club que requiera sus servicios. Wilstermann aceptó la propuesta dicho torneo. En otras palabras, servirá de vitrina a estos futbolistas.
En este nuevo equipo están al menos cuatro brasileños, también hay argentinos, colombianos, peruanos, estadounidenses y hasta el técnico es extranjero. El argentino Marcelo Neveleff, llegó a Cochabamba a inicios de semana y se puso de inmediato el overol.
Wilstermann no sólo perdió la categoría, sino el norte y se aferró a la primera posibilidad que se le presentó en el camino. Lejos de encarar una operación retorno, como lo hicieron otros clubes grandes que descendieron, mirando sus divisiones inferiores o capturando en el mercado jugadores de mérito para el Nacional B, dejó que otros le hicieran la tarea y se hizo más dependiente que nunca. Olvidó el torneo local y sólo parece interesarle el tema económico, porque no quiere hacer más gastos.
Para colmo de males, el Presidente de la Liga, wilstermanista hasta el tuétano, dijo a los periodistas, muy suelto de cuerpo, que este hecho no está prohibido. Y tiene razón, aunque tampoco está prohibido poner una radio a todo volumen en una reunión de la Liga o que el arquero se ponga a almorzar en su portería en medio cotejo. No es cuestión de prohibición, sino de sentido común, de reflexión simple, porque en la vida hay cosas que debemos hacer y otras que no debemos hacer, y eso lo dicta el simple razonamiento.
Es el propio Méndez quien pregona la necesidad de promocionar jugadores nacionales. Basta recordar el tema de los naturalizados y las razones que impulsaron a los clubes para organizar el torneo Sub 20 de la Liga, para comprobar que por un lado se quiere impulsar la promoción de jugadores bolivianos, pero otros hechos, como el que citamos, muestran lo contrario.
Justamente fue Wilstermann el primer representante a la Copa Libertadores de América en 1960 y para entonces recurrió a los servicios de jugadores de Municipal de La Paz. En otras ocasiones y pese a las goleadas recibidas, los equipos bolivianos recurrieron a los servicios de jugadores extranjeros y alinearon hasta seis o siete foráneos, pero nunca un equipo completo.
¿Cómo responderá el aficionado al fútbol, querendón de la casaca roja, al ver que en su equipo no hay ningún jugador boliviano, ni siquiera como lunar? ¿Cómo responderá el público a la convocatoria para presenciar un encuentro de fútbol entre dos equipos extranjeros, con la única excepción que uno de ellos vestirá la casaca del recordado Wilstermann?
Nadie se pronunció hasta el momento sobre este caso, que suena a grosería, a insulto al fútbol nacional y abre la puerta a otros desatinos, bajo la simple respuesta. “no está prohibido”. No lo prohíben las reglas, pero si lo prohíbe el sentido común, el principio de razón suficiente.
Traffic Sports es una compañía brasileña que lidera una corriente de inversiones en el fútbol, comprando los contratos de jóvenes promesas del fútbol y ahora jugadores con condiciones que no han podido fichar, porque son díscolos, indisciplinados, contestatarios o, simplemente porque no han encontrado un club.
A Traffic le interesa engordar su chequera y encontró una buena opción en Wilstermann. Mostrará a sus jugadores en la Copa Libertadores, invertirá en la preparación que se realiza en el valle, pero con la venta de uno o dos jugadores habrá superado su inversión.
No se informa qué gana Wilster con esta operación, pero sí está claro que quedará en la historia como un hito y como uno de los hechos más singulares porque en un torneo internacional se presentará un equipo, representando a un país, sin tener jugadores de esa nacionalidad.
Ya aparecerán los defensores de la medida insensata; éstos dirán: miren el Inter de Milán, el Juventus, el propio Real Madrid…etc. Tarea muy fácil para salir de este entuerto.
Los unirá la camiseta y la necesidad de mostrarse en la Copa Libertadores. Vienen de países distintos y por el momento no han encontrado un club que requiera sus servicios. Wilstermann aceptó la propuesta dicho torneo. En otras palabras, servirá de vitrina a estos futbolistas.
En este nuevo equipo están al menos cuatro brasileños, también hay argentinos, colombianos, peruanos, estadounidenses y hasta el técnico es extranjero. El argentino Marcelo Neveleff, llegó a Cochabamba a inicios de semana y se puso de inmediato el overol.
Wilstermann no sólo perdió la categoría, sino el norte y se aferró a la primera posibilidad que se le presentó en el camino. Lejos de encarar una operación retorno, como lo hicieron otros clubes grandes que descendieron, mirando sus divisiones inferiores o capturando en el mercado jugadores de mérito para el Nacional B, dejó que otros le hicieran la tarea y se hizo más dependiente que nunca. Olvidó el torneo local y sólo parece interesarle el tema económico, porque no quiere hacer más gastos.
Para colmo de males, el Presidente de la Liga, wilstermanista hasta el tuétano, dijo a los periodistas, muy suelto de cuerpo, que este hecho no está prohibido. Y tiene razón, aunque tampoco está prohibido poner una radio a todo volumen en una reunión de la Liga o que el arquero se ponga a almorzar en su portería en medio cotejo. No es cuestión de prohibición, sino de sentido común, de reflexión simple, porque en la vida hay cosas que debemos hacer y otras que no debemos hacer, y eso lo dicta el simple razonamiento.
Es el propio Méndez quien pregona la necesidad de promocionar jugadores nacionales. Basta recordar el tema de los naturalizados y las razones que impulsaron a los clubes para organizar el torneo Sub 20 de la Liga, para comprobar que por un lado se quiere impulsar la promoción de jugadores bolivianos, pero otros hechos, como el que citamos, muestran lo contrario.
Justamente fue Wilstermann el primer representante a la Copa Libertadores de América en 1960 y para entonces recurrió a los servicios de jugadores de Municipal de La Paz. En otras ocasiones y pese a las goleadas recibidas, los equipos bolivianos recurrieron a los servicios de jugadores extranjeros y alinearon hasta seis o siete foráneos, pero nunca un equipo completo.
¿Cómo responderá el aficionado al fútbol, querendón de la casaca roja, al ver que en su equipo no hay ningún jugador boliviano, ni siquiera como lunar? ¿Cómo responderá el público a la convocatoria para presenciar un encuentro de fútbol entre dos equipos extranjeros, con la única excepción que uno de ellos vestirá la casaca del recordado Wilstermann?
Nadie se pronunció hasta el momento sobre este caso, que suena a grosería, a insulto al fútbol nacional y abre la puerta a otros desatinos, bajo la simple respuesta. “no está prohibido”. No lo prohíben las reglas, pero si lo prohíbe el sentido común, el principio de razón suficiente.
Traffic Sports es una compañía brasileña que lidera una corriente de inversiones en el fútbol, comprando los contratos de jóvenes promesas del fútbol y ahora jugadores con condiciones que no han podido fichar, porque son díscolos, indisciplinados, contestatarios o, simplemente porque no han encontrado un club.
A Traffic le interesa engordar su chequera y encontró una buena opción en Wilstermann. Mostrará a sus jugadores en la Copa Libertadores, invertirá en la preparación que se realiza en el valle, pero con la venta de uno o dos jugadores habrá superado su inversión.
No se informa qué gana Wilster con esta operación, pero sí está claro que quedará en la historia como un hito y como uno de los hechos más singulares porque en un torneo internacional se presentará un equipo, representando a un país, sin tener jugadores de esa nacionalidad.
Ya aparecerán los defensores de la medida insensata; éstos dirán: miren el Inter de Milán, el Juventus, el propio Real Madrid…etc. Tarea muy fácil para salir de este entuerto.
Ernesto Murillo Estrada