Figura del Presidente creció al abrogar Decreto sobre combustibles, coinciden ciudadanos
La Paz, Abi
La decisión del presidente Evo Morales Ayma de abrogar el Decreto Supremo de nivelación de los precios de los combustibles ha generado satisfacción en Bolivia y un crecimiento de la imagen del Jefe de Estado, según un sondeo realizado por la ABI.
La normalidad retornó a las calles y avenidas de las principales ciudades del país que se vieron plagadas de hechos conflictivos los pasados días, una vez que las tarifas del transporte retornaron a su nivel anterior y los comerciantes dejaron de lado la especulación y el agio en los mercados de abastecimiento de alimentos.
El Primer Mandatario anunció poco antes de la medianoche del viernes a los bolivianos en un mensaje difundido por todos los medios de comunicación que había determinado abrogar el Decreto mencionado en una franca posición de "obedecer al pueblo".
Recalcó que, desde que inició su mandato, se ha fijado como objetivo gobernar "obedeciendo al pueblo", por lo que ha mantenido siempre un contacto directo con diversas organizaciones sociales del país en su permanente recorrer del país para entregar obras desarrollo.
Morales dijo que había sostenido incontables reuniones con líderes de organizaciones sindicales e indígenas que le hicieron conocer su opinión sobre el alza en el precio de los combustibles.
"Todas las medidas quedan sin efecto. No existe ninguna justificación ahora para subir los pasajes, ni aumentar el precio de los alimentos, ni la especulación", explicó Morales a los bolivianos el viernes, que se aprestaban a pasar la puerta del 2010 al 2011.
La Plaza Murillo de La Paz, donde se encuentran el Palacio de Gobierno y la Asamblea Legislativa Plurinacional estuvo este sábado colmada de ciudadanos y turistas, muy lejos de la jornada vivida el jueves cuando grupos de manifestantes intentaron ingresar con violencia para tomar esas dependencias.
José Araujo, un chofer de taxi, dijo que la decisión de Morales "fue sabia y lo mostró en el verdadero nivel de estadista que gobierna escuchando la voz del pueblo".
Agregó que el Presidente, lejos de sentir su determinación final como una derrota "debe considerarla un triunfo porque ha vuelto al corazón y al alma de todos los bolivianos".
A su vez, la vendedora de alimentos del mercado Camacho, Lucía Quispe, manifestó que el pueblo "estaba molesto y preocupado por el alza en el precio de los combustibles, pero ahora ha vuelto la normalidad por lo que decidió anoche nuestro Presidente".
Señaló que la gente "andaba nerviosa desde el domingo porque no había bolsillo que aguante el costo de todos los alimentos, del transporte y otros". "Más bien que nos ha escuchado el Evo, por eso es nuestro Presidente", dijo.
En las estaciones de venta de combustibles o surtidores, los precios volvieron a ser los anteriores con el litro de gasolina a 3,74 bolivianos y de diesel a 3,72.
Largas filas de vehículos se apostaron el sábado desde primeras horas de la mañana en los surtidores de combustibles, en especial del transporte público, para reiniciar su trabajo que se vieron menguadas los últimos días.
A su vez, el viceministro de Trabajo, Félix Rojas, coincidió con las anteriores manifestaciones al anotar que Evo Morales ha vuelto a mostrar a su pueblo "que es un hombre sensible que nunca ha olvidado sus orígenes de estar al lado de los bolivianos".
Recordó que Morales ha ganado "el cariño de los bolivianos por su humildad, vocación de servicio y, sobre todo, porque está siempre al lado de su pueblo".
Sin embargo manifestó "este paso atrás debe significar dos pasos adelante para no olvidar la necesidad de combatir el contrabando de combustibles y evitar la entrega de ingentes recursos del Estado para el pago de subvenciones a los carburantes".
Al dar a conocer el Decreto Supremo 748, el Jefe de Estado mostró su alarma por la cantidad de recursos que desembolsa el Estado cada año para pagar una subvención para que las gasolinas y el diesel lleguen baratos al consumidor en Bolivia.
Subrayó que este año Bolivia había pagado 660 millones de dólares por la importación de naftas, de los que 380 millones eran para subvencionar los costos en el mercado nacional, donde el litro se cotiza a 3,74, unos 0,52 centavos de dólar.
El Mandatario expreso que, peor aún, de esos 380 millones de dólares, 150 millones volvían a salir de Bolivia rumbo a Brasil, Argentina, Chile y Perú por el contrabando de los mismos combustibles subvencionados.
Advirtió que de acumular las subvenciones, Bolivia podía terminar gastando este año nada menos que 1.000 millones de dólares por el pago de subvenciones que fueron instauradas en anteriores Gobiernos que no se preocuparon por tomar decisiones que solucionen el problema.
La carga subvencionista en el sector de combustibles es cada vez mayor por el incremento del parque automotor y, fundamentalmente, porque Bolivia no se ha preocupado por la exploración y explotación de petróleo para producir combustibles líquidos para dejar de importarlos.
Este año, el Gobierno ha anunciado millonarias inversiones en el sector petrolero, tanto del Estado como de consorcios privados en sociedad minoritaria con Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) con el fin de explorar, explotar a industrializar petróleo.
La decisión del presidente Evo Morales Ayma de abrogar el Decreto Supremo de nivelación de los precios de los combustibles ha generado satisfacción en Bolivia y un crecimiento de la imagen del Jefe de Estado, según un sondeo realizado por la ABI.
La normalidad retornó a las calles y avenidas de las principales ciudades del país que se vieron plagadas de hechos conflictivos los pasados días, una vez que las tarifas del transporte retornaron a su nivel anterior y los comerciantes dejaron de lado la especulación y el agio en los mercados de abastecimiento de alimentos.
El Primer Mandatario anunció poco antes de la medianoche del viernes a los bolivianos en un mensaje difundido por todos los medios de comunicación que había determinado abrogar el Decreto mencionado en una franca posición de "obedecer al pueblo".
Recalcó que, desde que inició su mandato, se ha fijado como objetivo gobernar "obedeciendo al pueblo", por lo que ha mantenido siempre un contacto directo con diversas organizaciones sociales del país en su permanente recorrer del país para entregar obras desarrollo.
Morales dijo que había sostenido incontables reuniones con líderes de organizaciones sindicales e indígenas que le hicieron conocer su opinión sobre el alza en el precio de los combustibles.
"Todas las medidas quedan sin efecto. No existe ninguna justificación ahora para subir los pasajes, ni aumentar el precio de los alimentos, ni la especulación", explicó Morales a los bolivianos el viernes, que se aprestaban a pasar la puerta del 2010 al 2011.
La Plaza Murillo de La Paz, donde se encuentran el Palacio de Gobierno y la Asamblea Legislativa Plurinacional estuvo este sábado colmada de ciudadanos y turistas, muy lejos de la jornada vivida el jueves cuando grupos de manifestantes intentaron ingresar con violencia para tomar esas dependencias.
José Araujo, un chofer de taxi, dijo que la decisión de Morales "fue sabia y lo mostró en el verdadero nivel de estadista que gobierna escuchando la voz del pueblo".
Agregó que el Presidente, lejos de sentir su determinación final como una derrota "debe considerarla un triunfo porque ha vuelto al corazón y al alma de todos los bolivianos".
A su vez, la vendedora de alimentos del mercado Camacho, Lucía Quispe, manifestó que el pueblo "estaba molesto y preocupado por el alza en el precio de los combustibles, pero ahora ha vuelto la normalidad por lo que decidió anoche nuestro Presidente".
Señaló que la gente "andaba nerviosa desde el domingo porque no había bolsillo que aguante el costo de todos los alimentos, del transporte y otros". "Más bien que nos ha escuchado el Evo, por eso es nuestro Presidente", dijo.
En las estaciones de venta de combustibles o surtidores, los precios volvieron a ser los anteriores con el litro de gasolina a 3,74 bolivianos y de diesel a 3,72.
Largas filas de vehículos se apostaron el sábado desde primeras horas de la mañana en los surtidores de combustibles, en especial del transporte público, para reiniciar su trabajo que se vieron menguadas los últimos días.
A su vez, el viceministro de Trabajo, Félix Rojas, coincidió con las anteriores manifestaciones al anotar que Evo Morales ha vuelto a mostrar a su pueblo "que es un hombre sensible que nunca ha olvidado sus orígenes de estar al lado de los bolivianos".
Recordó que Morales ha ganado "el cariño de los bolivianos por su humildad, vocación de servicio y, sobre todo, porque está siempre al lado de su pueblo".
Sin embargo manifestó "este paso atrás debe significar dos pasos adelante para no olvidar la necesidad de combatir el contrabando de combustibles y evitar la entrega de ingentes recursos del Estado para el pago de subvenciones a los carburantes".
Al dar a conocer el Decreto Supremo 748, el Jefe de Estado mostró su alarma por la cantidad de recursos que desembolsa el Estado cada año para pagar una subvención para que las gasolinas y el diesel lleguen baratos al consumidor en Bolivia.
Subrayó que este año Bolivia había pagado 660 millones de dólares por la importación de naftas, de los que 380 millones eran para subvencionar los costos en el mercado nacional, donde el litro se cotiza a 3,74, unos 0,52 centavos de dólar.
El Mandatario expreso que, peor aún, de esos 380 millones de dólares, 150 millones volvían a salir de Bolivia rumbo a Brasil, Argentina, Chile y Perú por el contrabando de los mismos combustibles subvencionados.
Advirtió que de acumular las subvenciones, Bolivia podía terminar gastando este año nada menos que 1.000 millones de dólares por el pago de subvenciones que fueron instauradas en anteriores Gobiernos que no se preocuparon por tomar decisiones que solucionen el problema.
La carga subvencionista en el sector de combustibles es cada vez mayor por el incremento del parque automotor y, fundamentalmente, porque Bolivia no se ha preocupado por la exploración y explotación de petróleo para producir combustibles líquidos para dejar de importarlos.
Este año, el Gobierno ha anunciado millonarias inversiones en el sector petrolero, tanto del Estado como de consorcios privados en sociedad minoritaria con Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) con el fin de explorar, explotar a industrializar petróleo.