El papa pide fuerza para los afectados por las inundaciones en Brasil y Australia
Ciudad del Vaticano, Agencias
El papa Benedicto XVI pidió hoy fuerza para todas aquellas personas que han tenido que abandonar sus casas por las graves inundaciones que han azotado algunas zonas de Australia, Brasil, Filipinas y Sri Lanka.
Durante el habitual rezo del Ángelus dominical desde San Pedro del Vaticano, el Pontífice tuvo presentes a las poblaciones afectadas por inundaciones en esos países y recordó además el reciente anuncio de la beatificación del papa Juan Pablo II, que tendrá lugar el 1 de mayo próximo.
"Deseo asegurar mi particular recuerdo en el rezo para las poblaciones de Australia, de Brasil, de Filipinas y de Sri Lanka, recientemente golpeadas por devastadoras inundaciones. Que el Señor acoja a las almas de los difuntos, dé fuerza a los evacuados y apoye el trabajo de quienes están contribuyendo a aliviar el sufrimiento y las molestias", dijo Benedicto XVI.
El Papa se refirió además a la beatificación de su predecesor, anunciada el pasado viernes después de que él mismo promulgara el decreto por el que se reconoce un milagro por la intercesión de Juan Pablo II, el de la curación inexplicable para la ciencia de la monja francesa Marie Simon Pierre, que padecía desde 2001 parkinson.
"La fecha elegida es muy significativa: será, de hecho, el segundo domingo de Pascua, que él mismo dedicó a la Divina Misericordia, y en cuya víspera terminó su vida terrena. Cuantos lo conocieron, cuantos lo quisieron y amaron, no podrán más que celebrar con la Iglesia este evento", dijo el Pontífice.
Benedicto XVI se refirió además a la Jornada Mundial del Inmigrante y el Refugiado que se celebra este domingo, ocasión que aprovechó para recordar que, en ocasiones, "desafortunadamente, la migración viene forzada por guerras o persecuciones" y tiene lugar en "condiciones dramáticas".
"Desafortunadamente, los cristianos se sienten obligados a dejar, con sufrimiento, su tierra, empobreciendo así los países en los que han vivido sus antepasados. Por otra parte, los desplazamientos voluntarios de los cristianos, por distintos motivos, (...) son ocasión para incrementar el dinamismo misionero de la Palabra de Dios", afirmó el Papa.
En este sentido, el Pontífice apostó por que la humanidad forme "una única familia, naturalmente con todas las diferencias que la enriquecen, pero sin barreras, reconociendo a todos como hermanos".
"Es fundamental que los cristianos, a pesar de que estén repartidos por todo el mundo, y por tanto, sean distintos por cultura y tradición, sean una sola cosa, como quiere el Señor", apuntó el obispo de Roma, quien recordó que éste es el objetivo principal de la "Semana de rezo para la unidad de los cristianos" que se celebrará del 18 al 25 de enero próximos.
Ya en castellano, el Papa saludó a los fieles de habla hispana en la Plaza de San Pedro, en particular a los alumnos y profesores del Instituto de Villafranca de los Barros (Badajoz, España) y pidió que la intercesión de la Virgen María "anime a todos los corazones para que se eliminen las barreras de separación".
El papa Benedicto XVI pidió hoy fuerza para todas aquellas personas que han tenido que abandonar sus casas por las graves inundaciones que han azotado algunas zonas de Australia, Brasil, Filipinas y Sri Lanka.
Durante el habitual rezo del Ángelus dominical desde San Pedro del Vaticano, el Pontífice tuvo presentes a las poblaciones afectadas por inundaciones en esos países y recordó además el reciente anuncio de la beatificación del papa Juan Pablo II, que tendrá lugar el 1 de mayo próximo.
"Deseo asegurar mi particular recuerdo en el rezo para las poblaciones de Australia, de Brasil, de Filipinas y de Sri Lanka, recientemente golpeadas por devastadoras inundaciones. Que el Señor acoja a las almas de los difuntos, dé fuerza a los evacuados y apoye el trabajo de quienes están contribuyendo a aliviar el sufrimiento y las molestias", dijo Benedicto XVI.
El Papa se refirió además a la beatificación de su predecesor, anunciada el pasado viernes después de que él mismo promulgara el decreto por el que se reconoce un milagro por la intercesión de Juan Pablo II, el de la curación inexplicable para la ciencia de la monja francesa Marie Simon Pierre, que padecía desde 2001 parkinson.
"La fecha elegida es muy significativa: será, de hecho, el segundo domingo de Pascua, que él mismo dedicó a la Divina Misericordia, y en cuya víspera terminó su vida terrena. Cuantos lo conocieron, cuantos lo quisieron y amaron, no podrán más que celebrar con la Iglesia este evento", dijo el Pontífice.
Benedicto XVI se refirió además a la Jornada Mundial del Inmigrante y el Refugiado que se celebra este domingo, ocasión que aprovechó para recordar que, en ocasiones, "desafortunadamente, la migración viene forzada por guerras o persecuciones" y tiene lugar en "condiciones dramáticas".
"Desafortunadamente, los cristianos se sienten obligados a dejar, con sufrimiento, su tierra, empobreciendo así los países en los que han vivido sus antepasados. Por otra parte, los desplazamientos voluntarios de los cristianos, por distintos motivos, (...) son ocasión para incrementar el dinamismo misionero de la Palabra de Dios", afirmó el Papa.
En este sentido, el Pontífice apostó por que la humanidad forme "una única familia, naturalmente con todas las diferencias que la enriquecen, pero sin barreras, reconociendo a todos como hermanos".
"Es fundamental que los cristianos, a pesar de que estén repartidos por todo el mundo, y por tanto, sean distintos por cultura y tradición, sean una sola cosa, como quiere el Señor", apuntó el obispo de Roma, quien recordó que éste es el objetivo principal de la "Semana de rezo para la unidad de los cristianos" que se celebrará del 18 al 25 de enero próximos.
Ya en castellano, el Papa saludó a los fieles de habla hispana en la Plaza de San Pedro, en particular a los alumnos y profesores del Instituto de Villafranca de los Barros (Badajoz, España) y pidió que la intercesión de la Virgen María "anime a todos los corazones para que se eliminen las barreras de separación".