El gran salto de Anne Hathaway como animadora del Oscar

Esa es la gracia. Que posa con cientos de miles de dólares de joyas de Van Cleef & Arperls encima, toda sofisticación y glamour en una revista de modas, mientras estrena una película donde interpreta a una liberal pintora que descubre que tiene parkinson, se entrega a una aventura sexual y se pasa media película desnuda en Love and other drugs -con estreno tentativo en Chile para el 10 de febrero. Que Anne Hathaway, la princesita de Diarios de una princesa (2001) creció de tal manera que, a los 28 años, está convertida en una actriz nominada al Oscar en 2009 por El casamiento de Raquel y en una de las protagonistas del nuevo Hollywood, que la coronó como próxima animadora de los premios de la Academia, el próximo 27 de febrero, junto a James Franco, el Harry Osborn de El Hombre Araña, otro rostro del momento.

Su luminosidad es conocida. "Hathaway puede generar una gran atracción, pero siempre ha sido más como la hermana menor de un amigo que como una inalcanzable diva de la pantalla", escribe Vogue. "Cuando filmas un acercamiento a su rostro, te escuchas diciendo las mismas banalidades sobre esa cosa innata de las estrellas, pero ella la tiene. Con ella, esa magia del cine clásico aparece frente a tus ojos", aseguró Lone Scherfig, que la dirige en One day, la cinta que Hathaway terminó de filmar en Londres sobre una pareja que se muestra el día de su graduación y luego son revisitados el mismo día de la celebración, durante dos décadas.

Creció en Brooklyn. Su padre es abogado y su madre una actriz que le dijo que siempre era mejor ver cualquier obra teatral, aunque fuese mala, a ver televisión. Y la joven amaba los musicales, pero fue en el cine donde se hizo famosa, con el rol de la princesita. Pero Hathaway no se encasilló. Su ex drogadicta en El casamiento de Raquel es una de varias pruebas.

Ahora, en el Village Voice dicen que ella y Franco ya tienen algo necesario para conducir los Oscar, cuyos organizadores apuestan por llegar a un público más juvenil con estos anfitriones.

También los han criticado. "Son la pareja más aburrida que ha conducido los Oscar", fue el dictamen del sitio Hollywood-elsewhere.com. El diario español El País los calificó como una "extraña pareja en una gala tradicionalmente presentada por humoristas que peinan canas, como Billy Crystal, David Letterman o Jon Stewart". Mientras que ellos ya se reunieron con los guionistas encargados de que den un paso paso seguro.

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