El gobierno de EE.UU. quiere endeudarse más
Carlos Chirinos, BBC Mundo, Washington
El Tesoro solicitó al Congreso subir el nivel de créditos que le es autorizado contratar para evitar el riesgo de una suspensión de pagos de su deuda.
El secretario del Tesoro de Estados Unidos Timothy Geithner advirtió al Congreso este jueves que el país está por alcanzar el límite de lo que le es permitido contratar en préstamos y que necesita endeudarse más para evitar que se pierda el impulso económico y con él millones de puestos de trabajo.
Según los cálculos oficiales, entre marzo y mayo de este año, la deuda estadounidense alcanzará el tope autorizado por el Congreso de US$14,3 billones y por eso Geithner pidió a los legisladores subir el llamado techo del endeudamiento.
Sin embargo, la solicitud del ejecutivo se topa con un nuevo Congreso, en el que la mayoría republicana en la Cámara de Representantes ha prometido hacer de la disciplina fiscal y el recorte de gastos sus principales objetivos.
El recién posesionado presidente de la Cámara, John Boehner, dijo en un comunicado que los recortes de gastos y la reformulación del presupuesto deben preceder cualquier acción.
"Aunque EE.UU. no puede dejar de cumplir sus obligaciones con la deuda, no podemos tomar prestado irresponsablemente, seguir hundiéndonos en este hueco y empeñar el futuro de nuestros hijos y nietos", dijo Bohener.
No son juegos
"Esto no es un juego. El techo de la deuda no es algo con lo cual jugar", le dijo este domingo a la cadena televisiva ABC, Austan Goolsbee, jefe del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca, en respuesta a la potencial renuencia republicana a autorizar más endeudamiento.
Para el ejecutivo estadounidense, mantener el techo de la deuda en su nivel actual pone en riesgo la capacidad de pago de la deuda y hasta la confianza en los Bonos del Tesoro, considerada la inversión en papeles más segura del mundo.
"Incluso una corta o limitada suspensión de pagos tendría consecuencias económicas catastróficas que perdurarían por décadas", dijo Geithner en la carta que dirigió al Congreso.
La consecuencia inmediata más temible para el gobierno es la de revertir la todavía tímida recuperación económica y generar una crisis "potencialmente más dañina" que la vivida entre 2008 y 2009, conocida como la Gran Recesión.
Se considera que el factor clave en la derrota demócrata en las elecciones parlamentarias de noviembre pasado fueron temas económicos, como el alto desempleo, el aumento del gasto público y, en general, lo que se percibe como la "indisciplina fiscal" de la administración pública.
Tiempo de negociación
El senador republicano de Carolina del Sur, Lindsey Graham, reconoce los riesgos de no subir el techo de la deuda, pero considera que la coyuntura podría usarse para imponer cambios en la manera como se maneja la economía desde la Casa Blanca.
"No subir el techo de la deuda podría traer suspensión de pagos de la deuda de EE.UU. o las obligaciones del Tesoro. Eso podría ser muy malo para la posición de EE.UU. a largo plazo. Pero es una oportunidad para asegurar que el gobierno cambiará su manera de gastar".
En ese sentido, Goolsbee sugirió que el presidente Obama está abierto a hacer concesiones para reducir los múltiples déficit que registran las cuentas públicas.
"En el mediano plazo vamos a tener que tomar una serie de decisiones duras y el presidente no le teme a eso. Pienso que verán en sus presupuestos que está dispuesto a tomarlas", afirmó Goolsbee.
Se espera que a mediados de febrero la Casa Blanca presente el proyecto de presupuesto, en el que los republicanos han dicho querer ver un regreso a niveles de gastos del 2008.
Aunque con el techo de la deuda la oposición tiene una ficha para la negociación, corre el riesgo de ser señalada como culpable si los mercados internacionales empiezan a reaccionar negativamente y el prestigio financiero estadounidense sufre.
El Tesoro solicitó al Congreso subir el nivel de créditos que le es autorizado contratar para evitar el riesgo de una suspensión de pagos de su deuda.
El secretario del Tesoro de Estados Unidos Timothy Geithner advirtió al Congreso este jueves que el país está por alcanzar el límite de lo que le es permitido contratar en préstamos y que necesita endeudarse más para evitar que se pierda el impulso económico y con él millones de puestos de trabajo.
Según los cálculos oficiales, entre marzo y mayo de este año, la deuda estadounidense alcanzará el tope autorizado por el Congreso de US$14,3 billones y por eso Geithner pidió a los legisladores subir el llamado techo del endeudamiento.
Sin embargo, la solicitud del ejecutivo se topa con un nuevo Congreso, en el que la mayoría republicana en la Cámara de Representantes ha prometido hacer de la disciplina fiscal y el recorte de gastos sus principales objetivos.
El recién posesionado presidente de la Cámara, John Boehner, dijo en un comunicado que los recortes de gastos y la reformulación del presupuesto deben preceder cualquier acción.
"Aunque EE.UU. no puede dejar de cumplir sus obligaciones con la deuda, no podemos tomar prestado irresponsablemente, seguir hundiéndonos en este hueco y empeñar el futuro de nuestros hijos y nietos", dijo Bohener.
No son juegos
"Esto no es un juego. El techo de la deuda no es algo con lo cual jugar", le dijo este domingo a la cadena televisiva ABC, Austan Goolsbee, jefe del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca, en respuesta a la potencial renuencia republicana a autorizar más endeudamiento.
Para el ejecutivo estadounidense, mantener el techo de la deuda en su nivel actual pone en riesgo la capacidad de pago de la deuda y hasta la confianza en los Bonos del Tesoro, considerada la inversión en papeles más segura del mundo.
"Incluso una corta o limitada suspensión de pagos tendría consecuencias económicas catastróficas que perdurarían por décadas", dijo Geithner en la carta que dirigió al Congreso.
La consecuencia inmediata más temible para el gobierno es la de revertir la todavía tímida recuperación económica y generar una crisis "potencialmente más dañina" que la vivida entre 2008 y 2009, conocida como la Gran Recesión.
Se considera que el factor clave en la derrota demócrata en las elecciones parlamentarias de noviembre pasado fueron temas económicos, como el alto desempleo, el aumento del gasto público y, en general, lo que se percibe como la "indisciplina fiscal" de la administración pública.
Tiempo de negociación
El senador republicano de Carolina del Sur, Lindsey Graham, reconoce los riesgos de no subir el techo de la deuda, pero considera que la coyuntura podría usarse para imponer cambios en la manera como se maneja la economía desde la Casa Blanca.
"No subir el techo de la deuda podría traer suspensión de pagos de la deuda de EE.UU. o las obligaciones del Tesoro. Eso podría ser muy malo para la posición de EE.UU. a largo plazo. Pero es una oportunidad para asegurar que el gobierno cambiará su manera de gastar".
En ese sentido, Goolsbee sugirió que el presidente Obama está abierto a hacer concesiones para reducir los múltiples déficit que registran las cuentas públicas.
"En el mediano plazo vamos a tener que tomar una serie de decisiones duras y el presidente no le teme a eso. Pienso que verán en sus presupuestos que está dispuesto a tomarlas", afirmó Goolsbee.
Se espera que a mediados de febrero la Casa Blanca presente el proyecto de presupuesto, en el que los republicanos han dicho querer ver un regreso a niveles de gastos del 2008.
Aunque con el techo de la deuda la oposición tiene una ficha para la negociación, corre el riesgo de ser señalada como culpable si los mercados internacionales empiezan a reaccionar negativamente y el prestigio financiero estadounidense sufre.