Condenado a muerte el principal acusado del asesinato de cristianos en Egipto en 2010
El Cairo, Agencias
El Tribunal Supremo de Seguridad del Estado egipcio condenó hoy a muerte al principal acusado del asesinato en enero de 2010 de nueve personas, ocho de ellas cristianos, en el sur de Egipto, informaron a Efe fuentes oficiales.
Las fuentes, que prefirieron no identificarse, explicaron que el tribunal, localizado en la ciudad meridional de Qena, condenó a la pena capital al primer culpado, conocido con el nombre de "Kamuni", mientras que pospuso hasta el 20 de febrero la pronunciación de la sentencia contra los otros dos acusados en el caso.
Las víctimas fueron asesinadas el 6 de enero de 2010 por un hombre armado, acompañado de otras dos personas, quien disparó desde un coche en marcha contra un grupo de fieles coptos que salían de la iglesia Anba Basaya, en Naya Hamadi, tras asistir a la Misa del Gallo, que marca el comienzo de la Navidad ortodoxa.
Antes de su aplicación, la sentencia ha de ser rubricada por el muftí de Egipto, la máxima autoridad musulmana del país.
La sentencia se conoce en un momento de tensión religiosa en el país, después de tres atentados y agresiones contra la comunidad cristiana del país, que han provocado numerosas protestas y manifestaciones en distintas ciudades del país.
El atentado más grave tuvo lugar la pasada Nochevieja, en la iglesia de los Dos Santos de Alejandría, en la costa mediterránea, cuando una bomba acabó con la vida de 23 personas e hirió a otras 90 que participaban en la misa de medianoche.
Hasta el momento, ningún grupo se ha atribuido la autoría del ataque, ni se ha acusado oficialmente a ninguna persona de lo ocurrido, perpetrado por un suicida, según apuntan las investigaciones policiales.
Asimismo, el pasado 11 de enero otro cristiano murió y otros cinco resultaron heridos por los disparos de un policía egipcio en un tren que viajaba desde Asiut, en el sur de Egipto, a El Cairo.
El agente, que será juzgado por un tribunal de Seguridad del Estado fue detenido poco después en su domicilio en Samalut, 250 kilómetros de la capital, tras haber huido de la estación de esa localidad donde se encontraba estacionado el tren.
El último incidente de violencia contra la comunidad cristiana de Egipto ocurrió ayer, cuando una bomba lapa colocada en el coche de un obispo egipcio explotó sin causar víctimas en el garaje del monasterio de Al Suryán, a unos 150 kilómetros al norte de El Cairo.
La minoría cristiana de Egipto, que representa un 10 por ciento de la población, denuncia en ocasiones que es objeto de discriminación en el país, especialmente a la hora de construir o restaurar sus templos de culto o de acceder a ciertos puestos de responsabilidad.
El Tribunal Supremo de Seguridad del Estado egipcio condenó hoy a muerte al principal acusado del asesinato en enero de 2010 de nueve personas, ocho de ellas cristianos, en el sur de Egipto, informaron a Efe fuentes oficiales.
Las fuentes, que prefirieron no identificarse, explicaron que el tribunal, localizado en la ciudad meridional de Qena, condenó a la pena capital al primer culpado, conocido con el nombre de "Kamuni", mientras que pospuso hasta el 20 de febrero la pronunciación de la sentencia contra los otros dos acusados en el caso.
Las víctimas fueron asesinadas el 6 de enero de 2010 por un hombre armado, acompañado de otras dos personas, quien disparó desde un coche en marcha contra un grupo de fieles coptos que salían de la iglesia Anba Basaya, en Naya Hamadi, tras asistir a la Misa del Gallo, que marca el comienzo de la Navidad ortodoxa.
Antes de su aplicación, la sentencia ha de ser rubricada por el muftí de Egipto, la máxima autoridad musulmana del país.
La sentencia se conoce en un momento de tensión religiosa en el país, después de tres atentados y agresiones contra la comunidad cristiana del país, que han provocado numerosas protestas y manifestaciones en distintas ciudades del país.
El atentado más grave tuvo lugar la pasada Nochevieja, en la iglesia de los Dos Santos de Alejandría, en la costa mediterránea, cuando una bomba acabó con la vida de 23 personas e hirió a otras 90 que participaban en la misa de medianoche.
Hasta el momento, ningún grupo se ha atribuido la autoría del ataque, ni se ha acusado oficialmente a ninguna persona de lo ocurrido, perpetrado por un suicida, según apuntan las investigaciones policiales.
Asimismo, el pasado 11 de enero otro cristiano murió y otros cinco resultaron heridos por los disparos de un policía egipcio en un tren que viajaba desde Asiut, en el sur de Egipto, a El Cairo.
El agente, que será juzgado por un tribunal de Seguridad del Estado fue detenido poco después en su domicilio en Samalut, 250 kilómetros de la capital, tras haber huido de la estación de esa localidad donde se encontraba estacionado el tren.
El último incidente de violencia contra la comunidad cristiana de Egipto ocurrió ayer, cuando una bomba lapa colocada en el coche de un obispo egipcio explotó sin causar víctimas en el garaje del monasterio de Al Suryán, a unos 150 kilómetros al norte de El Cairo.
La minoría cristiana de Egipto, que representa un 10 por ciento de la población, denuncia en ocasiones que es objeto de discriminación en el país, especialmente a la hora de construir o restaurar sus templos de culto o de acceder a ciertos puestos de responsabilidad.