Comunicado de ETA: Zapatero: "Que nadie piense que el Gobierno va a bajar la guardia"
Madrid, El País
"El comunicado no sirve. Tiene que dar mucha más contundencia y no vamos a permitir ningún engaño". Así se refirió anoche el presidente del Gobierno al comunicado hecho público al mediodía por la banda terrorista ETA, en el que anunciaba un alto el fuego "permanente, general y verificable". José Luis Rodríguez Zapatero realizó estas declaraciones poco antes del inicio de una entrevista en directo en Antena 3 que comenzó a las 21.10.
"Que nadie piense que el Gobierno va a bajar la guardia", subrayó el presidente, que continuó diciendo que el Ejecutivo no se siente frustrado por el contenido del comunicado etarra, porque "sabemos", dijo, "que una organización que ha sembrado tanto terror es una organización que para terminar su actividad va a ser un proceso duro y costoso". Pero concluyó: "Sin duda alguna estamos en el horizonte de ver el fin de la violencia. Llevará tiempo y tenemos que mantenernos unidos".
Zapatero remachó, tras ser preguntado sobre la posibilidad de que la izquierda abertzale pueda presentarse a las próximas elecciones de mayo, que la ley es muy clara: "O se condena o rechaza la violencia o no se puede estar en las elecciones y o ETA deja las armas o ellos condenan o rechazan a ETA o no podrán presentarse. Esa es la letra de la ley".
El presidente del Gobierno no quiso aventurar ningún pronóstico sobre si se verá el fin de la banda terrorista en esta legislatura. "ETA tiene asumido que la violencia además de un drama es inútil para sus planteamientos políticos es rechazada por la sociedad vasca rechaza en su inmensa mayoría. Estamos en el camino, sí, y la clave es mantenernos unidos en la defensa del Estado de derecho", explicó.
Escepticismo general
El mensaje trasmitido por el presidente está en plena sintonía con lo declarado ayer por los principales partidos políticos españoles, que consideran insuficiente el anuncio. El vicepresidente primero y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, compareció dos horas después de la difusión del comunicado en una convocatoria de prensa en la que no aceptó preguntas y ya adelantó: "Es una buena noticia, pero no es la noticia". "Estamos ante una ETA con la misma arrogancia, con el mismo lenguaje y la misma escenografía (...) Quiere mantener su posición de tutela, y sigue pretendiendo que el fin de la violencia tenga precio".
En cuanto a la verificación internacional del alto el fuego, el vicepresidente recordó que el Ejecutivo ha rechazado en reiteradas ocasiones la internacionalización del proceso: "En un Estado de Derecho, quien verifica son las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado", dijo.
El lehendakari Patxi López consideró que el comunicado es "un pequeño paso" esperanzador, pero matizó que la banda no ha decidido todavía acabar y que la noticia "no es la que quería la sociedad vasca".
La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, señaló que el único comunicado que aceptará su partido es el de la disolución y el fin de las actividades criminales de ETA: "Y esto no ha sucedido", añadió. Para Cayo Lara, de IU, el único comunicado que puede aceptarse de ETA es aquel que hable de "irreversibilidad" del alto el fuego.
Maite Pagazaurtundua, presidenta de la Fundación Víctimas del Terrorismo y hermana del policía asesinado por la banda en 2003 Joseba Pagazaurtundua, opina: "Este comunicado no merece comentario alguno. ETA lo que tiene que hacer es desaparecer ".
Un proceso de solución "definitivo"
ETA anunció en su comunicado [leer en PDF] un alto el fuego "permanente, general y verificable". Este alto el fuego "puede ser verificado por la comunidad internacional" y representa, según el mensaje, "el compromiso de ETA con un proceso de solución definitivo y con el final de la confrontación armada". En el comunicado no se habla explícitamente del abandono definitivo de las armas ni tampoco se cita a Batasuna ni a la izquierda abertzale.
La banda reitera condiciones que ya esgrimió en el pasado (territorialidad y autodeterminación) y asegura que no cejará "en su esfuerzo y lucha". "El proceso democrático debe superar todo tipo de negación y vulneración de derechos y deber resolver las claves de la territorialidad y el derecho de autodeterminación, que son el núcleo del conflicto político", indica la nota.
El texto, difundido hacia las 12.00 (hora peninsular española) por el diario Gara, fue leído por tres encapuchados tocados con txapela y rodeados de la escenografía habitual: las banderas de Euskadi, Navarra y la bandera del rey Sancho Garcés de Navarra (denominada comúnmente Arrano Beltza -Águila Negra-). Pero, a diferencia de comunicados anteriores, en esta ocasión el locutor fue un hombre, posiblemente David Plá, y no una mujer, Izaskun Lesaka, que fue la lectora del anterior comunicado.
"Es tiempo de actuar con responsabilidad histórica. ETA hace un llamamiento a las autoridades de España y Francia para que abandonen para siempre las medidas represivas y la negación de Euskal Herria", añade el comunicado. "ETA no cejará en su esfuerzo y lucha por impulsar y llevar a término el proceso democrático, hasta alcanzar una verdadera situación democrática en Euskal Herria", agrega. ETA, que se autodenomina "organización socialista revolucionaria vasca de liberación nacional", afirma estar de acuerdo con "la necesidad de dar una solución justa y democrática al secular conflicto político".
Las tres palabras nuevas del comunicado son permanente, verificable y general. La primera es que durará todo el tiempo que sea necesario hasta conseguir una solución definitiva, exponen los expertos antiterroristas. Estos fijan como la prueba del nueve de esa permanencia qué ocurrirá con la izquierda abertzale en las próximas elecciones municipales y autonómicas. Pero en ningún caso, de momento, supone el fin definitivo de la banda. Verificable supone que, como ocurrió con el proceso del final del IRA, observadores internacionales puedan verificar gestos como entrega de armas o el cese de actividades de mantenimiento terrorista, como robos de coches u otros movimientos criminales.
Quizás la más importante es general porque, como explican algunos expertos, quiere decir que no solo no habrá atentados -no los había desde que la banda decretó el final de las "acciones armadas ofensivas"- sino que tampoco se exigirá la extorsión del llamado impuesto revolucionario que se cobra bajo amenaza a empresarios y profesionales liberales. Habrá que verlo.
"Corresponde a los agentes políticos y sociales vascos alcanzar acuerdos para consensuar la formulación del reconocimiento de Euskal Herria y su derecho a decidir, asegurando la posibilidad de desarrollo de todos los proyectos políticos, incluyendo la Independencia", añade el comunicado.
Un anuncio fraguado durante meses
El anuncio del alto el fuego etarra llegó justo después de una de las mayores manifestaciones a favor de los derechos de los presos de la banda, celebrada el pasado fin de semana. La izquierda abertzale pretendía que el comunicado de ETA precediera a la marcha, pero no ha sido así.
Además, el comunicado se produce cuatro meses después de haber anunciado a través de un vídeo enviado a la BBC, un alto el fuego para "poner en marcha un proceso democrático".
En aquel comunicado, ETA aseguraba que había tomado la decisión hace meses de "no llevar a cabo acciones armadas ofensivas", sin precisar si esa decisión implicaba el abandono de los atentados de forma permanente o temporal y sin hacer referencia a la petición de la izquierda abertzale para que adoptase una tregua permanente y verificable internacionalmente. El último atentado mortal de la banda terrorista se produjo el 9 de agosto del año pasado.
El Gobierno reaccionó entonces instantáneamente asegurando que el anuncio de ETA era "claramente insuficiente" y suponía "un revés" para la izquierda abertzale porque no cumplía sus expectativas, ya que los radicales esperaban un paso más de la banda terrorista, que recibió también la unidad de partidos y agentes sociales como respuesta. Aquel 5 de septiembre también se establecieron las condiciones irrenunciables para un nuevo escenario, que después se han venido repitiendo como un mantra por los distintos miembros del Gobierno: abandono de las armas y abandono definitivo de la violencia.
El ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, fue el último en manifestarse sobre las especulaciones de los últimos días de un nuevo paso de ETA. Ni veía a la banda "echando la persiana" ni a la izquierda abertzale con posibilidades de estar presente en las elecciones municipales del próximo 22 de mayo. Jáuregui coincidía con el vicepresidente primero, Alfredo Pérez Rubalcaba, en que la situación es la del "comienzo del final de ETA, en una fase que probablemente es definitiva pero que será larga y compleja".
Las asociaciones de víctimas del terrorismo enviaron en los últimos días de diciembre un documento consensuado por todas ellas -salvo Voces contra el Terrorismo, presidida por Francisco José Alcaraz- al presidente del Gobierno y a cada uno de los ministros en el que se señalaba que ETA y las organizaciones de su entorno debían condenar todo su historial delictivo de cerca de un millar de muertos antes de participar en el juego democrático.
"El comunicado no sirve. Tiene que dar mucha más contundencia y no vamos a permitir ningún engaño". Así se refirió anoche el presidente del Gobierno al comunicado hecho público al mediodía por la banda terrorista ETA, en el que anunciaba un alto el fuego "permanente, general y verificable". José Luis Rodríguez Zapatero realizó estas declaraciones poco antes del inicio de una entrevista en directo en Antena 3 que comenzó a las 21.10.
"Que nadie piense que el Gobierno va a bajar la guardia", subrayó el presidente, que continuó diciendo que el Ejecutivo no se siente frustrado por el contenido del comunicado etarra, porque "sabemos", dijo, "que una organización que ha sembrado tanto terror es una organización que para terminar su actividad va a ser un proceso duro y costoso". Pero concluyó: "Sin duda alguna estamos en el horizonte de ver el fin de la violencia. Llevará tiempo y tenemos que mantenernos unidos".
Zapatero remachó, tras ser preguntado sobre la posibilidad de que la izquierda abertzale pueda presentarse a las próximas elecciones de mayo, que la ley es muy clara: "O se condena o rechaza la violencia o no se puede estar en las elecciones y o ETA deja las armas o ellos condenan o rechazan a ETA o no podrán presentarse. Esa es la letra de la ley".
El presidente del Gobierno no quiso aventurar ningún pronóstico sobre si se verá el fin de la banda terrorista en esta legislatura. "ETA tiene asumido que la violencia además de un drama es inútil para sus planteamientos políticos es rechazada por la sociedad vasca rechaza en su inmensa mayoría. Estamos en el camino, sí, y la clave es mantenernos unidos en la defensa del Estado de derecho", explicó.
Escepticismo general
El mensaje trasmitido por el presidente está en plena sintonía con lo declarado ayer por los principales partidos políticos españoles, que consideran insuficiente el anuncio. El vicepresidente primero y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, compareció dos horas después de la difusión del comunicado en una convocatoria de prensa en la que no aceptó preguntas y ya adelantó: "Es una buena noticia, pero no es la noticia". "Estamos ante una ETA con la misma arrogancia, con el mismo lenguaje y la misma escenografía (...) Quiere mantener su posición de tutela, y sigue pretendiendo que el fin de la violencia tenga precio".
En cuanto a la verificación internacional del alto el fuego, el vicepresidente recordó que el Ejecutivo ha rechazado en reiteradas ocasiones la internacionalización del proceso: "En un Estado de Derecho, quien verifica son las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado", dijo.
El lehendakari Patxi López consideró que el comunicado es "un pequeño paso" esperanzador, pero matizó que la banda no ha decidido todavía acabar y que la noticia "no es la que quería la sociedad vasca".
La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, señaló que el único comunicado que aceptará su partido es el de la disolución y el fin de las actividades criminales de ETA: "Y esto no ha sucedido", añadió. Para Cayo Lara, de IU, el único comunicado que puede aceptarse de ETA es aquel que hable de "irreversibilidad" del alto el fuego.
Maite Pagazaurtundua, presidenta de la Fundación Víctimas del Terrorismo y hermana del policía asesinado por la banda en 2003 Joseba Pagazaurtundua, opina: "Este comunicado no merece comentario alguno. ETA lo que tiene que hacer es desaparecer ".
Un proceso de solución "definitivo"
ETA anunció en su comunicado [leer en PDF] un alto el fuego "permanente, general y verificable". Este alto el fuego "puede ser verificado por la comunidad internacional" y representa, según el mensaje, "el compromiso de ETA con un proceso de solución definitivo y con el final de la confrontación armada". En el comunicado no se habla explícitamente del abandono definitivo de las armas ni tampoco se cita a Batasuna ni a la izquierda abertzale.
La banda reitera condiciones que ya esgrimió en el pasado (territorialidad y autodeterminación) y asegura que no cejará "en su esfuerzo y lucha". "El proceso democrático debe superar todo tipo de negación y vulneración de derechos y deber resolver las claves de la territorialidad y el derecho de autodeterminación, que son el núcleo del conflicto político", indica la nota.
El texto, difundido hacia las 12.00 (hora peninsular española) por el diario Gara, fue leído por tres encapuchados tocados con txapela y rodeados de la escenografía habitual: las banderas de Euskadi, Navarra y la bandera del rey Sancho Garcés de Navarra (denominada comúnmente Arrano Beltza -Águila Negra-). Pero, a diferencia de comunicados anteriores, en esta ocasión el locutor fue un hombre, posiblemente David Plá, y no una mujer, Izaskun Lesaka, que fue la lectora del anterior comunicado.
"Es tiempo de actuar con responsabilidad histórica. ETA hace un llamamiento a las autoridades de España y Francia para que abandonen para siempre las medidas represivas y la negación de Euskal Herria", añade el comunicado. "ETA no cejará en su esfuerzo y lucha por impulsar y llevar a término el proceso democrático, hasta alcanzar una verdadera situación democrática en Euskal Herria", agrega. ETA, que se autodenomina "organización socialista revolucionaria vasca de liberación nacional", afirma estar de acuerdo con "la necesidad de dar una solución justa y democrática al secular conflicto político".
Las tres palabras nuevas del comunicado son permanente, verificable y general. La primera es que durará todo el tiempo que sea necesario hasta conseguir una solución definitiva, exponen los expertos antiterroristas. Estos fijan como la prueba del nueve de esa permanencia qué ocurrirá con la izquierda abertzale en las próximas elecciones municipales y autonómicas. Pero en ningún caso, de momento, supone el fin definitivo de la banda. Verificable supone que, como ocurrió con el proceso del final del IRA, observadores internacionales puedan verificar gestos como entrega de armas o el cese de actividades de mantenimiento terrorista, como robos de coches u otros movimientos criminales.
Quizás la más importante es general porque, como explican algunos expertos, quiere decir que no solo no habrá atentados -no los había desde que la banda decretó el final de las "acciones armadas ofensivas"- sino que tampoco se exigirá la extorsión del llamado impuesto revolucionario que se cobra bajo amenaza a empresarios y profesionales liberales. Habrá que verlo.
"Corresponde a los agentes políticos y sociales vascos alcanzar acuerdos para consensuar la formulación del reconocimiento de Euskal Herria y su derecho a decidir, asegurando la posibilidad de desarrollo de todos los proyectos políticos, incluyendo la Independencia", añade el comunicado.
Un anuncio fraguado durante meses
El anuncio del alto el fuego etarra llegó justo después de una de las mayores manifestaciones a favor de los derechos de los presos de la banda, celebrada el pasado fin de semana. La izquierda abertzale pretendía que el comunicado de ETA precediera a la marcha, pero no ha sido así.
Además, el comunicado se produce cuatro meses después de haber anunciado a través de un vídeo enviado a la BBC, un alto el fuego para "poner en marcha un proceso democrático".
En aquel comunicado, ETA aseguraba que había tomado la decisión hace meses de "no llevar a cabo acciones armadas ofensivas", sin precisar si esa decisión implicaba el abandono de los atentados de forma permanente o temporal y sin hacer referencia a la petición de la izquierda abertzale para que adoptase una tregua permanente y verificable internacionalmente. El último atentado mortal de la banda terrorista se produjo el 9 de agosto del año pasado.
El Gobierno reaccionó entonces instantáneamente asegurando que el anuncio de ETA era "claramente insuficiente" y suponía "un revés" para la izquierda abertzale porque no cumplía sus expectativas, ya que los radicales esperaban un paso más de la banda terrorista, que recibió también la unidad de partidos y agentes sociales como respuesta. Aquel 5 de septiembre también se establecieron las condiciones irrenunciables para un nuevo escenario, que después se han venido repitiendo como un mantra por los distintos miembros del Gobierno: abandono de las armas y abandono definitivo de la violencia.
El ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, fue el último en manifestarse sobre las especulaciones de los últimos días de un nuevo paso de ETA. Ni veía a la banda "echando la persiana" ni a la izquierda abertzale con posibilidades de estar presente en las elecciones municipales del próximo 22 de mayo. Jáuregui coincidía con el vicepresidente primero, Alfredo Pérez Rubalcaba, en que la situación es la del "comienzo del final de ETA, en una fase que probablemente es definitiva pero que será larga y compleja".
Las asociaciones de víctimas del terrorismo enviaron en los últimos días de diciembre un documento consensuado por todas ellas -salvo Voces contra el Terrorismo, presidida por Francisco José Alcaraz- al presidente del Gobierno y a cada uno de los ministros en el que se señalaba que ETA y las organizaciones de su entorno debían condenar todo su historial delictivo de cerca de un millar de muertos antes de participar en el juego democrático.