Adelantan chequeo del avión presidencial comprado en $us38,7 millones
La Paz, Erbol
Los viajes largos y las malas maniobras le cobraron la factura al nuevo avión presidencial. El Dassault Falcon 900Ex, que desde julio de 2010 usa Evo Morales para sus viajes locales e internacionales, fue objeto de un primer chequeo en Estados Unidos, cinco meses antes de la medida de seguridad rutinaria dispuesta por la compañía proveedora.
Fuentes de la Fuerza Aérea Boliviana (FAB) informaron a la red Erbol que la nave estuvo 15 días en un hangar de Estados Unidos, donde los especialistas revisaron el sistema computarizado, el tren de aterrizaje y las ruedas, mecanismos afectados por una mala manipulación de parte de los pilotos.
De acuerdo a contrato, la inspección debía cumplirse en junio de 2011, pero los largos viajes que el presidente Morales hizo en el último tiempo (Cancún, Japón e Irán, especialmente) y las deficiencias en el pilotaje apuraron esa tarea. Es que, según el informe, los pilotos activaban sin saberlo mucho ciertos sensores sofisticados, algunos de éstos se encendían por sí solos o el sistema de computación mostraba alertas que no fueron codificadas como tales.
Incluso se conoció que las llantas habían sufrido serios daños debido a las pistas en mal estado de los aeropuertos del país, cuyo intento de recauchutaje arriesgaba eventualmente la garantía de la compra-venta.
También se hizo evaluaciones en el sistema hidráulico del tren de aterrizaje, los amortiguadores, el mecanismo de generación química de oxígeno, el aparato de presurización, el compresor, los turborreactores y los compresores de los motores. Hubo algunos problemas en pleno vuelo, dijeron.
Otra fuente de la FAB dijo que el chequeo es rutinario en los protocolos de la aviación. “Hay inspecciones que se tienen que hacer periódicamente, de 50 horas de vuelo, de 100 horas, de 500 o de 1.000 horas; mientras más horas sean se tiene que ir a lugares específicos o autorizados por la fábrica”.
El avión aterrizó el viernes 21 de enero en El Alto. Inmediatamente, expertos cubanos hicieron una inspección técnica ante el temor de que en Estados Unidos la nave haya sido objeto de instalación de dispositivos de espionaje.
En las últimas horas, el Dassault Falcon 900Ex hizo “vuelos de confianza”, que son pruebas que ayudan a detectar la eficiencia o no de las revisiones. La nave estuvo el viernes en el aeropuerto de El Trompillo de Santa Cruz, en coincidencia con la llegada de Morales a esa ciudad.
Tras la adquisición del aparato, éste no pudo ser pilotado por personal boliviano. La compañía francesa que la vendió dispuso de pilotos propios que colaboraron con los nacionales para las pericias de vuelo.
La compra del avión presidencial fue cuestionada por especialistas y políticos de oposición al Gobierno, que denunciaron que la nave ha sido adquirida sin licitación a un precio de 14 millones de dólares más que de su precio normal. El Dassault Falcon 900Ex casi fue blanco de una bala perdida en la Base Aérea de El Alto, el año pasado.
Los viajes largos y las malas maniobras le cobraron la factura al nuevo avión presidencial. El Dassault Falcon 900Ex, que desde julio de 2010 usa Evo Morales para sus viajes locales e internacionales, fue objeto de un primer chequeo en Estados Unidos, cinco meses antes de la medida de seguridad rutinaria dispuesta por la compañía proveedora.
Fuentes de la Fuerza Aérea Boliviana (FAB) informaron a la red Erbol que la nave estuvo 15 días en un hangar de Estados Unidos, donde los especialistas revisaron el sistema computarizado, el tren de aterrizaje y las ruedas, mecanismos afectados por una mala manipulación de parte de los pilotos.
De acuerdo a contrato, la inspección debía cumplirse en junio de 2011, pero los largos viajes que el presidente Morales hizo en el último tiempo (Cancún, Japón e Irán, especialmente) y las deficiencias en el pilotaje apuraron esa tarea. Es que, según el informe, los pilotos activaban sin saberlo mucho ciertos sensores sofisticados, algunos de éstos se encendían por sí solos o el sistema de computación mostraba alertas que no fueron codificadas como tales.
Incluso se conoció que las llantas habían sufrido serios daños debido a las pistas en mal estado de los aeropuertos del país, cuyo intento de recauchutaje arriesgaba eventualmente la garantía de la compra-venta.
También se hizo evaluaciones en el sistema hidráulico del tren de aterrizaje, los amortiguadores, el mecanismo de generación química de oxígeno, el aparato de presurización, el compresor, los turborreactores y los compresores de los motores. Hubo algunos problemas en pleno vuelo, dijeron.
Otra fuente de la FAB dijo que el chequeo es rutinario en los protocolos de la aviación. “Hay inspecciones que se tienen que hacer periódicamente, de 50 horas de vuelo, de 100 horas, de 500 o de 1.000 horas; mientras más horas sean se tiene que ir a lugares específicos o autorizados por la fábrica”.
El avión aterrizó el viernes 21 de enero en El Alto. Inmediatamente, expertos cubanos hicieron una inspección técnica ante el temor de que en Estados Unidos la nave haya sido objeto de instalación de dispositivos de espionaje.
En las últimas horas, el Dassault Falcon 900Ex hizo “vuelos de confianza”, que son pruebas que ayudan a detectar la eficiencia o no de las revisiones. La nave estuvo el viernes en el aeropuerto de El Trompillo de Santa Cruz, en coincidencia con la llegada de Morales a esa ciudad.
Tras la adquisición del aparato, éste no pudo ser pilotado por personal boliviano. La compañía francesa que la vendió dispuso de pilotos propios que colaboraron con los nacionales para las pericias de vuelo.
La compra del avión presidencial fue cuestionada por especialistas y políticos de oposición al Gobierno, que denunciaron que la nave ha sido adquirida sin licitación a un precio de 14 millones de dólares más que de su precio normal. El Dassault Falcon 900Ex casi fue blanco de una bala perdida en la Base Aérea de El Alto, el año pasado.