Quilmes acentuó la crisis del San Lorenzo de Ramón Díaz

Buenos Aires, Olé
Quilmes jugó mucho mejor y hundió un poco más a San Lorenzo, que lleva siete partidos sin ganar. Panorama difícil para Ramón Díaz, que pide seis refuerzos para el próximo torneo y depende de las elecciones del sábado...

En caída libre, sin rumbo, sin respuestas. Así está el San Lorenzo del cierre de 2010 de Ramón Díaz. Con siete partidos sin ganar y una victoria en los últimos 11 compromisos, el futuro del entrenador es toda una incógnita. Tanto como el futuro de muchos jugadores de un equipo que cierra un ciclo, que culmina un año que deberá quedar rápidamente en el olvido para pensar en un 2011 más próspero y a la altura de la historia de San Lorenzo.

Esta vez fue derrota ante un Quilmes en descenso directo, un Cervecero que lo ganó con autoridad, que lo peleó, lo mordió en cada sector y que cuando pudo lo jugó. Mientras San Lorenzo pensó más en el 2011 que en la noche del Sur bonaerense. No tuvo actitud, no se comprometió nunca con el desarrollo del juego y dejó tanto a su entrenador como a sus hinchas sumergidos en la más profunda crisis. Habrá que ver cuál es el futuro, aunque por lo visto poco importa…

No fue un partido bien jugado ni mucho menos. En la previa era de esperar un desarrollo similar teniendo en cuenta la pobreza que mostró San Lorenzo en este Apertura y el presente desesperante de Quilmes. Sin embargo el único que puso algo para el espectáculo fue Quilmes. Supo pegar en el momento justo, se aprovechó de un comienzo desconcertante del Ciclón en la que regaló la pelota y encima contó con un Migliore que falló en cada intervención. Y en una de esas dudas llegó el gol de Morales, que pateó un tiro sin dificultades para el uno pero se le escurrió por debajo del cuerpo. Nunca pudo San Lorenzo inquietar a un Quilmes que si no lo liquidó fue por sus propias falencias. Tuvo en Morales las chances más claras, pero no acertó en la última puntada y así le dio vida a un San Lorenzo que deambuló en esa primera etapa.

El segundo tiempo fue más de lo mismo. Quilmes guapeó, se aferró con el corazón a esa ventaja y cada vez que pudo salió de contra para intentar aumentar la ventaja. San Lorenzo chocó en cada ataque, sin ideas, repetitivo y con un Ramón Díaz que ni siquiera salió del banco para intentar cambiar el rumbo. Quilmes tuvo la chance de cerrar la noche a puro grito con un penal que Morales estrelló en el palo. Desde esa jugada quedaron tres minutos, pero a San Lorenzo le podrían haber dado otro partido que nunca hubiese llegado al gol. Quilmes ganó y se ilusiona con una permanencia que de lograrla sonará a hazaña. El Ciclón se ilusiona con un 2011 diferente y con un fin de semana en el que las elecciones serán una bisagra.

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