Noriega deberá esperar en prisión a que EEUU acepte su extradición a Panamá
París, Agencias
El ex dictador panameño Manuel Antonio Noriega deberá seguir en una cárcel francesa a la espera de que Estados Unidos acepte que sea extraditado a Panamá, como él mismo desea, después de que la Justicia de Francia rechazara hoy ponerlo en libertad condicional.
La sala de instrucción del Tribunal de Apelación de París denegó esa petición para liberación de Noriega porque, como había argumentado la Fiscalía, mantenerlo entre encarcelado "parece necesario (...) para evitar que se sustraiga a la Justicia francesa".
La Fiscalía alegó "riesgos serios" de evasión que se sustentan en los medios de que puede disponer Noriega, gracias a sus actividades delictivas pasadas y en "su personalidad particular".
Todo lo contrario de lo que había expuesto su abogado Yves Leberquier, que una vez conocido el veredicto insistió en que el temor del ministerio público a que se dé a la fuga "no se corresponde con ninguna realidad", teniendo en cuenta que el antiguo hombre fuerte de Panamá, a sus 76 años, "es un anciano que está enfermo".
Hoy, al entrar en la sala en la que se examinaba su caso, lo hizo apoyado en dos agentes que lo llevaron hasta una silla, y bajo la atenta mirada de su hija Sandra.
Noriega, además de dar cuenta de la veintena de años de "cautiverio solitario" que pasó en Florida (EEUU), donde cumplió una condena por cargos de narcotráfico, antes de ser extraditado a Francia a finales del mes de abril, reiteró su voluntad de volver a su país y afrontar allí la Justicia.
"Si iría (sic) a Panamá, iría a responder a cualquier acusación que exista", comentó en alusión a las cuatro condenas que le impuso en rebeldía la justicia de su país, una de las cuales, de 1993, a 20 años de cárcel por el asesinato del opositor Hugo Spadafora, es la que sustenta la demanda de extradición en Francia.
El problema es que para que las autoridades galas lo puedan entregar a Panamá, primero Estados Unidos debe dar su visto bueno -porque lo extraditó previamente a Francia-, y ya han pasado más de cuatro meses en espera de esa respuesta, hecho que Leberquier interpretó como "una voluntad política" de Washington para bloquear el envío de Noriega a su país.
El letrado lamentó que la suerte de su cliente esté pendiente "de la voluntad de los Estados Unidos", país que, según recordó, le capturó al invadir Panamá en diciembre de 1989, y que prefirió en abril pasado entregarlo a Francia en lugar de a Panamá, donde los cargos acusatorios contra Noriega son mucho más graves.
No obstante, avanzó que "en unas semanas" volverá a formalizar una nueva solicitud para su liberación ante la sala de instrucción del Tribunal de Apelación, condición previa para que el juez penitenciario pueda establecer un régimen de libertad condicional.
"Sólo pedimos un poco de humanidad, lleva 21 años detenido", había subrayado el abogado en su alegato ante los magistrados, indicando que en caso de que se le concediera la libertad condicional, Noriega residiría en el piso que tiene una de sus sobrinas en París.
El cónsul de Panamá en Francia, Arístides Gómez de León, no quiso pronunciarse ante la prensa sobre el riesgo de fuga, y se limitó a señalar ante la prensa tras conocer el fallo judicial que "nosotros sólo podemos decir que estamos preparados para la extradición".
Gómez de León, manteniendo un tono diplomático, también prefirió no entrar en "si es bloqueo o no es bloqueo" la actitud de Washington de mantener en suspenso su aceptación para que el ex dictador sea entregado a su país, al señalar que "es una decisión que corresponde a Estados Unidos".
La Justicia francesa condenó el pasado mes de julio a Noriega por blanqueo de dinero del narcotráfico a siete años de cárcel, y eso significa que, sumando una parte del tiempo que estuvo detenido en Florida (EEUU), esta sentencia termina en junio de 2013.
Al haber cumplido la mitad de su pena, Noriega podía solicitar una libertad condicional desde finales de agosto, pero eso depende ahora de que la obtenga primero dentro del proceso para su extradición a Panamá.
El ex dictador panameño Manuel Antonio Noriega deberá seguir en una cárcel francesa a la espera de que Estados Unidos acepte que sea extraditado a Panamá, como él mismo desea, después de que la Justicia de Francia rechazara hoy ponerlo en libertad condicional.
La sala de instrucción del Tribunal de Apelación de París denegó esa petición para liberación de Noriega porque, como había argumentado la Fiscalía, mantenerlo entre encarcelado "parece necesario (...) para evitar que se sustraiga a la Justicia francesa".
La Fiscalía alegó "riesgos serios" de evasión que se sustentan en los medios de que puede disponer Noriega, gracias a sus actividades delictivas pasadas y en "su personalidad particular".
Todo lo contrario de lo que había expuesto su abogado Yves Leberquier, que una vez conocido el veredicto insistió en que el temor del ministerio público a que se dé a la fuga "no se corresponde con ninguna realidad", teniendo en cuenta que el antiguo hombre fuerte de Panamá, a sus 76 años, "es un anciano que está enfermo".
Hoy, al entrar en la sala en la que se examinaba su caso, lo hizo apoyado en dos agentes que lo llevaron hasta una silla, y bajo la atenta mirada de su hija Sandra.
Noriega, además de dar cuenta de la veintena de años de "cautiverio solitario" que pasó en Florida (EEUU), donde cumplió una condena por cargos de narcotráfico, antes de ser extraditado a Francia a finales del mes de abril, reiteró su voluntad de volver a su país y afrontar allí la Justicia.
"Si iría (sic) a Panamá, iría a responder a cualquier acusación que exista", comentó en alusión a las cuatro condenas que le impuso en rebeldía la justicia de su país, una de las cuales, de 1993, a 20 años de cárcel por el asesinato del opositor Hugo Spadafora, es la que sustenta la demanda de extradición en Francia.
El problema es que para que las autoridades galas lo puedan entregar a Panamá, primero Estados Unidos debe dar su visto bueno -porque lo extraditó previamente a Francia-, y ya han pasado más de cuatro meses en espera de esa respuesta, hecho que Leberquier interpretó como "una voluntad política" de Washington para bloquear el envío de Noriega a su país.
El letrado lamentó que la suerte de su cliente esté pendiente "de la voluntad de los Estados Unidos", país que, según recordó, le capturó al invadir Panamá en diciembre de 1989, y que prefirió en abril pasado entregarlo a Francia en lugar de a Panamá, donde los cargos acusatorios contra Noriega son mucho más graves.
No obstante, avanzó que "en unas semanas" volverá a formalizar una nueva solicitud para su liberación ante la sala de instrucción del Tribunal de Apelación, condición previa para que el juez penitenciario pueda establecer un régimen de libertad condicional.
"Sólo pedimos un poco de humanidad, lleva 21 años detenido", había subrayado el abogado en su alegato ante los magistrados, indicando que en caso de que se le concediera la libertad condicional, Noriega residiría en el piso que tiene una de sus sobrinas en París.
El cónsul de Panamá en Francia, Arístides Gómez de León, no quiso pronunciarse ante la prensa sobre el riesgo de fuga, y se limitó a señalar ante la prensa tras conocer el fallo judicial que "nosotros sólo podemos decir que estamos preparados para la extradición".
Gómez de León, manteniendo un tono diplomático, también prefirió no entrar en "si es bloqueo o no es bloqueo" la actitud de Washington de mantener en suspenso su aceptación para que el ex dictador sea entregado a su país, al señalar que "es una decisión que corresponde a Estados Unidos".
La Justicia francesa condenó el pasado mes de julio a Noriega por blanqueo de dinero del narcotráfico a siete años de cárcel, y eso significa que, sumando una parte del tiempo que estuvo detenido en Florida (EEUU), esta sentencia termina en junio de 2013.
Al haber cumplido la mitad de su pena, Noriega podía solicitar una libertad condicional desde finales de agosto, pero eso depende ahora de que la obtenga primero dentro del proceso para su extradición a Panamá.