Ninguno de los "grandes" de Argentina pudo sostener a su entrenador
Buenos Aires, Olé
En el 2010 ninguno de los cinco grandes pudo sostener un entrenador. 16 técnicos pasaron en total y el que menos cambios sufrió fue Racing, que utilizó apenas dos. Boca e Independiente, con cuatro, lideran la tabla.
¿Mantener un proyecto? ¿Sostener un mismo entrenador durante al menos un año? En 2010, esa fue una misión imposible para los equipos grandes. Ninguno fue inmune al cambio de cuerpo técnico y al menos dos nombres distintos estuvieron a cargo de cada uno de los planteles.
Boca arrancó el año a puro cambio. Alfio Basile abandonó al equipo en enero, en plena pretemporada, tras perder con River en el Torneo de Verano y Abel Alves se hizo cargo oficialmente del Xeneize. La experiencia del Chueco duró hasta la fecha 13: 0-3 ante Colón, tercera derrota consecutiva, y fin del ciclo. Roberto Pompei se puso el traje de bombero y dirigió el resto del Clausura (ganó tres y perdió tres), hasta que Claudio Borghi fue oficializado para el Apertura. River se volvió a cruzar en el camino, y el 0-1 en Núñez en la fecha 14 determinó el último partido del Bichi. Pompei, nuevamente, tomó el equipo.
River, a pesar de usar menos nombres, vivió las mismas turbulencias que Boca. Ahogado con el Promedio, Leo Astrada dirigió el Clausura pero apenas pudo ganar tres encuentros. Tras cinco sin conocer la victoria, Passarella decidió despedirlo y contratar a Angel Cappa. El Tiki Tiki no sacó grandes resultados y, tras siete juegos sin conocer los tres puntos, el Kaiser volvió a entrar en acción y volvió a cambiar al entrenador. JJ López se hizo cargo del plantel, le ganó a Boca y, al término del Apertura, pasó del interinato a ser confirmado como DT.
Independiente y Racing fueron la contracara en esta historia. Los del Cilindro tuvieron a Claudio Vivas hasta la cuarta fecha y, desde la quinta, Miguel Angel Russo (29 puntos en la segunda parte del año) se sentó en el banco para no largarlo más. El Rojo, en cambio, modificó cuatro veces al cuerpo técnico. Gallego no fue renovado tras completar el Clausura y desde ahí arrancó la rueda giratoria: Garnero duró algunos partidos, la dupla Pavoni-Sá se encargó de reemplazarlo interinamente, hasta que el Turco Mohamed agarró el timón y llevó a un plantel devastado a coronarse campeón de la Sudamericana.
San Lorenzo no fue la excepción y también tuvo tres nombres que pasaron por el banco. Diego Simeone, que venía desde el 2009, arrancó el año pero duró hasta abril, cuando fue reemplazado por Sebastián Méndez. El Gallego dirigió siete partidos hasta que Ramón Díaz decidió su regreso al club y, hasta el momento, sigue siendo el entrenador.
En el 2010 ninguno de los cinco grandes pudo sostener un entrenador. 16 técnicos pasaron en total y el que menos cambios sufrió fue Racing, que utilizó apenas dos. Boca e Independiente, con cuatro, lideran la tabla.
¿Mantener un proyecto? ¿Sostener un mismo entrenador durante al menos un año? En 2010, esa fue una misión imposible para los equipos grandes. Ninguno fue inmune al cambio de cuerpo técnico y al menos dos nombres distintos estuvieron a cargo de cada uno de los planteles.
Boca arrancó el año a puro cambio. Alfio Basile abandonó al equipo en enero, en plena pretemporada, tras perder con River en el Torneo de Verano y Abel Alves se hizo cargo oficialmente del Xeneize. La experiencia del Chueco duró hasta la fecha 13: 0-3 ante Colón, tercera derrota consecutiva, y fin del ciclo. Roberto Pompei se puso el traje de bombero y dirigió el resto del Clausura (ganó tres y perdió tres), hasta que Claudio Borghi fue oficializado para el Apertura. River se volvió a cruzar en el camino, y el 0-1 en Núñez en la fecha 14 determinó el último partido del Bichi. Pompei, nuevamente, tomó el equipo.
River, a pesar de usar menos nombres, vivió las mismas turbulencias que Boca. Ahogado con el Promedio, Leo Astrada dirigió el Clausura pero apenas pudo ganar tres encuentros. Tras cinco sin conocer la victoria, Passarella decidió despedirlo y contratar a Angel Cappa. El Tiki Tiki no sacó grandes resultados y, tras siete juegos sin conocer los tres puntos, el Kaiser volvió a entrar en acción y volvió a cambiar al entrenador. JJ López se hizo cargo del plantel, le ganó a Boca y, al término del Apertura, pasó del interinato a ser confirmado como DT.
Independiente y Racing fueron la contracara en esta historia. Los del Cilindro tuvieron a Claudio Vivas hasta la cuarta fecha y, desde la quinta, Miguel Angel Russo (29 puntos en la segunda parte del año) se sentó en el banco para no largarlo más. El Rojo, en cambio, modificó cuatro veces al cuerpo técnico. Gallego no fue renovado tras completar el Clausura y desde ahí arrancó la rueda giratoria: Garnero duró algunos partidos, la dupla Pavoni-Sá se encargó de reemplazarlo interinamente, hasta que el Turco Mohamed agarró el timón y llevó a un plantel devastado a coronarse campeón de la Sudamericana.
San Lorenzo no fue la excepción y también tuvo tres nombres que pasaron por el banco. Diego Simeone, que venía desde el 2009, arrancó el año pero duró hasta abril, cuando fue reemplazado por Sebastián Méndez. El Gallego dirigió siete partidos hasta que Ramón Díaz decidió su regreso al club y, hasta el momento, sigue siendo el entrenador.