Morales ordena aumento salarial del 20% en Bolivia
La Paz, Abi
El presidente Evo Morales ordenó 20% de aumento al salario mínimo, de 678 bolivianos (poco menos de 100 dólares), y un incremento igual al salario de policías, militares, profesores y salubristas para 2011, por vía de un decreto que firmó el miércoles por la noche para paliar la inflación, de entre 7 y 8%, emergente de su decisión reciente de elevar el precio de las gasolinas para equipararlo con el vigente en la región.
"Ya tengo firmado el decreto supremo 0758 que incrementa el salario mínimo nacional de 20%. Mediante este decreto supremo 758 (se otorga un) incremento salarial para la Policía, para las Fuerzas Armadas, para Salud y Educación 20% para el 2011", dijo el mandatario en un mensaje al país que dirigió desde el Palacio Quemado en La Paz.
El mandatario también ordenó el pago de "doble aguinaldo" (13 remuneración de fin de año) a los funcionarios de la administración pública boliviana, de 240.000 personas, para compensar el alza en el costo de vida.
"También quiero anunciar a los sectores sociales que no reciben incremento salarial (en 2011), los llamados funcionarios públicos, que mientras no se liberen sus salarios el próximo año van a recibir doble aguinaldo", señaló durante su alocución.
Morales, el vicepresidente Alvaro García Linera, los ministros y viceministros, fueron eximidos del pago de esta retribución.
"Este doble aguinaldo no va a recibir el Presidente, ni el Vicepresidente, ni ministros ni viceministros". De directores "para abajo recibirán el próximo año doble aguinaldo", explicó.
Morales, que anunció compensaciones indirectas, vía créditos subeconómicos a comerciantes y artesanos, por 20 millones de dólares, y un plan de inversión sin precedentes para la generación de sistemas de riego y agua potable en 329 municipios rurales bolivianos, a razón de 300.000 dólares a cada uno de ellos, además de la puesta en marcha, desde el 15 de enero, de un programa de empleo, de entre 20.000 y 25.000 colocaciones, en centros poblados tales como El Alto y Plan 3000, este último en la ciudad de Santa Cruz, dijo que los fondos de sustento de su política salarial y de inversión pública saldrán de los 380 millones de dólares provenientes de la suspensión de la subvención estatal a los carburantes que suprimió el domingo.
"Esta plata va a salir, justamente, del levantamiento de la subvención" que dispuso en el decreto promulgado el domingo último y que prescribió incrementos de entre 70 y 80% a las gasolinas que Bolivia importa, por 600 millones de dólares año, para satisfacer su demanda interna.
El gobernante anticipó que los incrementos salariales anunciados superan en casi tres veces el índice de la inflación, de entre 7 y 8%, con que cerrará el ejercicio fiscal 2010.
"Siempre dijimos: el incremento salarial no puede estar debajo de la inflación que está entre 7 y 8%, y que seguramente va aumentar algo más" hasta el viernes, último día del año, precisó.
El Gobierno había estimado en 5,7% la inflación de 2010, mas producto del alza de los precios, consecuencia de la suba de las gasolinas, el Indice de Precios al Consumidor terminará situándose en ese rango.
El gobernante que tácitamente dejó librada a la negociación obrero patronal el aumento salarial en el sector privado y que anunció la política de su administración, de pagar -a pequeños, medianos y grandes empresarios la producción de maíz, trigo, arroz, soja y azúcar, principalmente- 10% más de lo que dicten los precios de mercado internacional, con tal de asegurar el abastecimiento interno, calificó de "patriota", "valiente" y "sincera" con "el pueblo boliviano" la medida que adoptó con el precio de los carburantes.
"Es decir que los productores sojeros no se preocupen", afirmó, al tiempo de anunciar la dotación de tractores al agro boliviano.
Al tiempo de asegurar incentivos estatales a la producción de alimentos y de promover con el dinero proveniente de la suspensión de la subvención estatal a los carburantes de importación, la industria petrolera, insistió en que su decisión de nivelar el precio de las gasolinas apunta a "cuidar" la salud "de la economía boliviana" y que no le importaba el costo político que ella representaba.
"He preferido cuidar la economía nacional no obstante el costo político. Es la patria, el pueblo, no es Evo Morales ni el gobierno nacional. Con mucha firmeza, con valentía decidimos", afirmó.
El jefe de Estado insistió en que la elevación del precio de los combustibles para motorizados y el privado complejo industrial de granos no representaba un "gasolinazo", como insiste en designar la oposición criolla.
"Este no es gasolinazo, esto es como liberar los precios de los combustibles", machacó.
En su alocución subrayó que el fondo de su decisión de elevar los precios de las gasolinas y el diesel, este último altamente demandado para la época de siembra y cosecha de granos, especialmente la soja, apunta a contrarrestar el contrabando de líquidos de petróleo, que se alzaba por encima de los 150 millones de dólares año, en desmedro del erario público.
Según sus estimaciones, la mantención de la subvención a los hidrocarburos, instrumentada a fines de la década de los '90 por la administración del expresidente conservador Hugo Banzer, iba a sangrar las arcas nacionales en 2011 en poco más de 600 millones de dólares, 300 de los que iban a parar a los bolsillos de los contrabandistas.
Bolivia importa gasolina y diésel de Chile y Argentina desde 1988.
Morales pidió al campesinado y sectores sociales bolivianos apoyo a su medida, que en primer término elevó entre 30 y 50% las tarifas del transporte público y también provocó una escalada en el precio de los combustibles.
También insistió en que "no va a haber ningún 'corralito bancario'" en Bolivia, luego que rumores, según él, nacidos de la oposición política y mediática a su gobierno, alarmaran a los ahorristas que formaron filas en oficinas y sucursales bancarias para retirar sus depósitos.
"Se está jugando con el sentimiento del pueblo boliviano", denunció.
El presidente Evo Morales ordenó 20% de aumento al salario mínimo, de 678 bolivianos (poco menos de 100 dólares), y un incremento igual al salario de policías, militares, profesores y salubristas para 2011, por vía de un decreto que firmó el miércoles por la noche para paliar la inflación, de entre 7 y 8%, emergente de su decisión reciente de elevar el precio de las gasolinas para equipararlo con el vigente en la región.
"Ya tengo firmado el decreto supremo 0758 que incrementa el salario mínimo nacional de 20%. Mediante este decreto supremo 758 (se otorga un) incremento salarial para la Policía, para las Fuerzas Armadas, para Salud y Educación 20% para el 2011", dijo el mandatario en un mensaje al país que dirigió desde el Palacio Quemado en La Paz.
El mandatario también ordenó el pago de "doble aguinaldo" (13 remuneración de fin de año) a los funcionarios de la administración pública boliviana, de 240.000 personas, para compensar el alza en el costo de vida.
"También quiero anunciar a los sectores sociales que no reciben incremento salarial (en 2011), los llamados funcionarios públicos, que mientras no se liberen sus salarios el próximo año van a recibir doble aguinaldo", señaló durante su alocución.
Morales, el vicepresidente Alvaro García Linera, los ministros y viceministros, fueron eximidos del pago de esta retribución.
"Este doble aguinaldo no va a recibir el Presidente, ni el Vicepresidente, ni ministros ni viceministros". De directores "para abajo recibirán el próximo año doble aguinaldo", explicó.
Morales, que anunció compensaciones indirectas, vía créditos subeconómicos a comerciantes y artesanos, por 20 millones de dólares, y un plan de inversión sin precedentes para la generación de sistemas de riego y agua potable en 329 municipios rurales bolivianos, a razón de 300.000 dólares a cada uno de ellos, además de la puesta en marcha, desde el 15 de enero, de un programa de empleo, de entre 20.000 y 25.000 colocaciones, en centros poblados tales como El Alto y Plan 3000, este último en la ciudad de Santa Cruz, dijo que los fondos de sustento de su política salarial y de inversión pública saldrán de los 380 millones de dólares provenientes de la suspensión de la subvención estatal a los carburantes que suprimió el domingo.
"Esta plata va a salir, justamente, del levantamiento de la subvención" que dispuso en el decreto promulgado el domingo último y que prescribió incrementos de entre 70 y 80% a las gasolinas que Bolivia importa, por 600 millones de dólares año, para satisfacer su demanda interna.
El gobernante anticipó que los incrementos salariales anunciados superan en casi tres veces el índice de la inflación, de entre 7 y 8%, con que cerrará el ejercicio fiscal 2010.
"Siempre dijimos: el incremento salarial no puede estar debajo de la inflación que está entre 7 y 8%, y que seguramente va aumentar algo más" hasta el viernes, último día del año, precisó.
El Gobierno había estimado en 5,7% la inflación de 2010, mas producto del alza de los precios, consecuencia de la suba de las gasolinas, el Indice de Precios al Consumidor terminará situándose en ese rango.
El gobernante que tácitamente dejó librada a la negociación obrero patronal el aumento salarial en el sector privado y que anunció la política de su administración, de pagar -a pequeños, medianos y grandes empresarios la producción de maíz, trigo, arroz, soja y azúcar, principalmente- 10% más de lo que dicten los precios de mercado internacional, con tal de asegurar el abastecimiento interno, calificó de "patriota", "valiente" y "sincera" con "el pueblo boliviano" la medida que adoptó con el precio de los carburantes.
"Es decir que los productores sojeros no se preocupen", afirmó, al tiempo de anunciar la dotación de tractores al agro boliviano.
Al tiempo de asegurar incentivos estatales a la producción de alimentos y de promover con el dinero proveniente de la suspensión de la subvención estatal a los carburantes de importación, la industria petrolera, insistió en que su decisión de nivelar el precio de las gasolinas apunta a "cuidar" la salud "de la economía boliviana" y que no le importaba el costo político que ella representaba.
"He preferido cuidar la economía nacional no obstante el costo político. Es la patria, el pueblo, no es Evo Morales ni el gobierno nacional. Con mucha firmeza, con valentía decidimos", afirmó.
El jefe de Estado insistió en que la elevación del precio de los combustibles para motorizados y el privado complejo industrial de granos no representaba un "gasolinazo", como insiste en designar la oposición criolla.
"Este no es gasolinazo, esto es como liberar los precios de los combustibles", machacó.
En su alocución subrayó que el fondo de su decisión de elevar los precios de las gasolinas y el diesel, este último altamente demandado para la época de siembra y cosecha de granos, especialmente la soja, apunta a contrarrestar el contrabando de líquidos de petróleo, que se alzaba por encima de los 150 millones de dólares año, en desmedro del erario público.
Según sus estimaciones, la mantención de la subvención a los hidrocarburos, instrumentada a fines de la década de los '90 por la administración del expresidente conservador Hugo Banzer, iba a sangrar las arcas nacionales en 2011 en poco más de 600 millones de dólares, 300 de los que iban a parar a los bolsillos de los contrabandistas.
Bolivia importa gasolina y diésel de Chile y Argentina desde 1988.
Morales pidió al campesinado y sectores sociales bolivianos apoyo a su medida, que en primer término elevó entre 30 y 50% las tarifas del transporte público y también provocó una escalada en el precio de los combustibles.
También insistió en que "no va a haber ningún 'corralito bancario'" en Bolivia, luego que rumores, según él, nacidos de la oposición política y mediática a su gobierno, alarmaran a los ahorristas que formaron filas en oficinas y sucursales bancarias para retirar sus depósitos.
"Se está jugando con el sentimiento del pueblo boliviano", denunció.