Morales llama a cuidar carburantes y deplora el contrabando

Camiri, Abi
El presidente Evo Morales invocó el martes a la población boliviana preservar la gasolina y el diesel (gasoil) importados, que gozan de subvención estatal y que contrabandistas criollos trasiegan de las formas más inverosímiles al menos a 3 de los 5 países con que Bolivia comparte 7.000 km de frontera porosa.

"El gran problema que tenemos, compañeras y compañeros, es con el tema del diésel y el tema de gasolina. No tenemos suficiente producción. Seguimos importando de afuera todavía y, de paso, no faltan algunos hermanos nuestros, algunos compatriotas, que se lo devuelven (contrabandean) hacia Argentina, hacia Brasil", además de Perú, afirmó durante la inauguración del pozo Sararenda X1, en el campo Guairuy, enclavado en el Chaco boliviano (sudeste).

Bolivia cubre, más menos, el 40% de su demanda interna de diesel, determinado por la industria de oleaginosas, como así de gasolina, combustible a que se mueve la mayor parte del parque nacional automotor.

Dueño de la segunda reserva de gas natural de Sudamérica, debajo de Venezuela, Bolivia, cuyos acopios de crudo entregan aún una cantidad insuficiente de combustible fósil como para extraer lo suficiente de carburantes, importa diesel de Venezuela y Argentina, y gasolina, cuando la sobredemanda así se lo impone, de Chile.

El erario público boliviano invierte cerca de 250 millones de dólares año en la subvención de ambos carburantes que ha inflamado varias veces la política criolla y derivado, incluso, en tumultos sociales.

En Bolivia se expende la gasolina, el diesel y las bombonas de 20 kg de gas en un quinto del precio promedio vigente en el resto de los países que la limitan.

Morales reconoció la principal debilidad de la industria hidrocarburífera boliviana, la producción de líquidos, en momentos en que su gobierno, por vía de la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) vuelve sobre sus propios pasos para la instalación de una planta de licuables en la localidad central de Río Grande, casi dos años después que una gran corruptela, tejida por el ex titular de la empresa, Santos Ramírez, dio por traste el proyecto insignia del proceso de cambio que galvaniza el Presidente indígena.


El mandatario lamentó, a manera de denuncia y en el plano del ejemplo, que contrabandistas pasen en botellas el combustible de Bolivia a Brasil por la ciudad amazónica de Cobija, capital departamental de Pando y que pobladores de los Andes bolivianos contrabandeen en "burro o llama" la bombonas de gas a Perú, donde operadores ilegales ingresan de ganancia 15 dólares por cada envase que pasan al lado peruano.

"El Estado subvenciona y el pueblo pierde mucha plata. Está bien que el Estado subvencione para su pueblo, pero no podemos subvencionar para los contrabandistas o para los países vecinos, ése es otro problema que tenemos", afirmó ante un auditorio que fue a escucharle en la Plaza de Armas de Camiri, reputada como capital petrolera de Bolivia, donde YPFB ha colocado equipos de gas domiciliario para 98 de casa 100 habitantes.

"Y no solamente en temas de contrabando de diésel o gasolina, sino, sobre todo, como con la subvención que abarata los productos y los inversionistas que no quieren invertir para explorar, explotar el petróleo", explicó.

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