Milan goleó a Brescia en San Siro y sigue único líder


Roma, Agencias

Milan recibió en San Siro a Brescia y lo goleó por 3 a 0 con goles de Kevin Prince Boateng, del brasileño Robinho y de Zlatan Ibrahimovic. De esta manera, los rossoneri se alejaron nuevamente de Lazio y ocupan en soledad la punta de la clasificación, con 33 puntos, mientras que las Golondrinas, por su parte, se quedaron con 12 unidades y por el momento siguen compartiendo con Cesena y Lecce la 17ª plaza del torneo.

Milan se presentó con Pirlo en el medio de la cancha y Boateng en posición de enganche, de manera tal que no sacrificó su dinamismo y su poder físico pero mantuvo la calidad necesaria para dominar el trámite y, por ende, el match. Fue así que el equipo local mereció vencer con un resultado tan apabullante, puesto que jugó realmente bien, encantó al público y creó muchísimas chances para anotar.

Sin embargo, hubo un momento en el que el Diávolo arriesgó complicarse la vida, cuando tras el 1 a 0 le concedió una chance increíble a Caracciolo, quien por suerte de los rossoneri no logró darle ángulo a su remate de chilena, con Abbiati muy hábil en rechazar el disparo a quemarropa.

En ese momento, como quedó dicho, Milan ya conducía el match, gracias a un gol de Boateng al cuarto minuto, fruto de un toque de zurda del ghanés desde el límite del área chica, para finalizar una gran jugada de su equipo, con Ambrosini habilitándolo de taco a Ibrahimovic y el sueco metiendo la asistencia decisiva.

A pesar de alguna distracción, como la que ya fue mencionada, el conjunto de Allegri dominó con un grande fútbol y raramente le dio la posibilidad a Brescia para reaccionar de alguna manera. Así los locales siguieron atacando y metieron otros dos goles antes del final de etapa, si bien para el 2 a 0 hizo falta un regalo increíble de sus adversarios: Hetemaj trató de pasarla desde el externo, prácticamente sobre la mitad de la cancha, hacia su defensor central, regalándole la pelota a Robinho, quien solo adelante del portero no tuvo dificultades para mandara a guardar.

El tercero llegó tres minutos después, al 31', cuando Ibrahimovic controló en el área, cerca del límite y algo desplazado por derecha, encaró la defensa, se ganó el espacio para rematar y sacudió un derechazo fulminante, que pareció agujerear la red en el fondo del arco.

En el complemento, Milan siguió dominando, sin prácticamente nunca arriesgar nada en defensa (Yepes tomó el puesto de Nesta en el entretiempo) y logrando crear alguna chance, si bien sin apretar nunca sobre el acelerador. En efecto, con semejante diferencia en el marcador y sobre el plano del juego, Milan se concentró a mantener la posesión y a impedirles a sus rivales cualquier iniciativa. En ese marco Boateng, ya figura del primer tiempo, lució una performance extraordinaria, corriendo por todos lados, quitando muchísimos balones y proponiéndose constantemente en ataque.

Al final no pasó prácticamente más nada, a pesar de los muchos cambios, del ingreso de Ronaldinho y de las tres o cuatro buenas chances con las que Milan hubiera podido darle un aspecto aún más pesado a la derrota de las Golondrinas. Milan, con este partido, no sólo recuperó su solitario liderazgo, sino que hasta dio una señal muy importante a todo el campeonato: porque ganar es una cosa, pero golear, dominar y apabullar a un adversario (que en este mismo escenario había igualado ante Inter y que también empató con Juventus), es otra muy diferente.

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