Marcha de 10 mil personas en La Paz exige la renuncia de Morales
La Paz, Erbol
La expresión “que renuncie, carajo” fue ganando cuerpo entre los manifestantes que eran alrededor de 10 mil personas. Unos con carteles, otros con botellas de plástico en las manos y los más, gritando a voz en cuello algunas consignas.
Todos convergieron a las inmediaciones de la Plaza Murillo. El reportero contó al menos 200 estandartes de varias zonas de la urbe paceña, detrás de cada estandarte se encontraban al menos un centenar de personas.
“Esta vez estamos todos. La clase media está caliente con este gobierno, esta vez tenemos que movilizarnos”, señaló uno de los convocados a la marcha, mientras dialogaba con Erbol el entrevistado, los que estaban en la cercanía gritaban frases de grueso calibre en contra del Presidente y el Vicepresidente.
A las 16.30 hubo un amague de enfrentamiento entre un grupo de manifestantes y la Policía que acordonó los cuatro ingresos de la plaza central de la sede de Gobierno. “Vendidos, vendidos”, increpaban los manifestantes a los policías, éstos, con escudos, el rostro impertérrito y cápsulas de gas en el pecho, sólo atinaban a mirar en lontananza. Unos cuantos gases frenó a los más intrépidos.
Entre los que protestaban se podía ver a gente de los barrios populares y la clase media. Algunos llegaron preparados con inscripciones duras dirigidas a los gobernantes. Abundaron las comparaciones entre Goni y el actual Presidente.
Este jueves tenía el matiz de una jornada dominical, ninguna movilidad pública ni privada se animó a llegar a cinco cuadras a la redonda del centro citadino. Los transeúntes aplaudían a los marchistas y se unían a los cánticos.
En la plaza de San Pedro, dos centenares de amas de casa y niños esperaban pacientemente la presencia de efectivos militares que habían anunciado que venderían el pan en 40 centavos. Dos horas más tarde la espera tomaba un matiz de indignación. “Hemos vuelto al periodo de la UDP. Mire usted amigo de Erbol. Estamos dos horas esperando por una docena de panes”, protestó un anciano en la fila.
Cuando las primeras sombras llegan a La Paz, las manifestaciones continúan. Si bien es cierto que no hubo actos de violencia, es incuestionable que existe un gesto de indignación en parte de la ciudadanía paceña, que hoy salió a las calles para expresar su indignación por el llamado gasolinazo, mientras la Policía empezaba a redoblar sus esfuerzos para evitar desmanes.
La marcha de las organizaciones paceñas contar el incremento en el precio de los hidrocarburos concluyó con un saldo de 16 detenidos y tres policías heridos.
La expresión “que renuncie, carajo” fue ganando cuerpo entre los manifestantes que eran alrededor de 10 mil personas. Unos con carteles, otros con botellas de plástico en las manos y los más, gritando a voz en cuello algunas consignas.
Todos convergieron a las inmediaciones de la Plaza Murillo. El reportero contó al menos 200 estandartes de varias zonas de la urbe paceña, detrás de cada estandarte se encontraban al menos un centenar de personas.
“Esta vez estamos todos. La clase media está caliente con este gobierno, esta vez tenemos que movilizarnos”, señaló uno de los convocados a la marcha, mientras dialogaba con Erbol el entrevistado, los que estaban en la cercanía gritaban frases de grueso calibre en contra del Presidente y el Vicepresidente.
A las 16.30 hubo un amague de enfrentamiento entre un grupo de manifestantes y la Policía que acordonó los cuatro ingresos de la plaza central de la sede de Gobierno. “Vendidos, vendidos”, increpaban los manifestantes a los policías, éstos, con escudos, el rostro impertérrito y cápsulas de gas en el pecho, sólo atinaban a mirar en lontananza. Unos cuantos gases frenó a los más intrépidos.
Entre los que protestaban se podía ver a gente de los barrios populares y la clase media. Algunos llegaron preparados con inscripciones duras dirigidas a los gobernantes. Abundaron las comparaciones entre Goni y el actual Presidente.
Este jueves tenía el matiz de una jornada dominical, ninguna movilidad pública ni privada se animó a llegar a cinco cuadras a la redonda del centro citadino. Los transeúntes aplaudían a los marchistas y se unían a los cánticos.
En la plaza de San Pedro, dos centenares de amas de casa y niños esperaban pacientemente la presencia de efectivos militares que habían anunciado que venderían el pan en 40 centavos. Dos horas más tarde la espera tomaba un matiz de indignación. “Hemos vuelto al periodo de la UDP. Mire usted amigo de Erbol. Estamos dos horas esperando por una docena de panes”, protestó un anciano en la fila.
Cuando las primeras sombras llegan a La Paz, las manifestaciones continúan. Si bien es cierto que no hubo actos de violencia, es incuestionable que existe un gesto de indignación en parte de la ciudadanía paceña, que hoy salió a las calles para expresar su indignación por el llamado gasolinazo, mientras la Policía empezaba a redoblar sus esfuerzos para evitar desmanes.
La marcha de las organizaciones paceñas contar el incremento en el precio de los hidrocarburos concluyó con un saldo de 16 detenidos y tres policías heridos.