La Navidad no le dejó ningún refuerzo a River

Buenos Aires, Olé
Passarella hizo la cartita, pero el Gordo no le dejó ningún refuerzo. Primero necesita vender, si no ni los Reyes le cumplirán los deseos.

No encontró la chimenea. Los portones de Figueroa Alcorta y de Udaondo estaban cerrados. El techo de la pileta, igual. Y en el césped del Monumental no había arbolito ni cartita para dejar los regalos. Lloren, chicos, lloren, porque Papá Noel siguió de largo y los refuerzos, con suerte y viento a favor, podrían llegar subidos a los camellos de los Reyes Magos. Eso necesita River, un mago que deje el conejo en la galera y que haga aparecer billetes. Porque, igual que en el Banco Central y en los cajeros, en Núñez faltan violetas, verdes o del color que sean. Y el problema es que Daniel Alberto puede dar muchas órdenes pero no la de mandar a imprimirlos en Brasil.

Jota Jota escribió la cartita antes de irse a Mar del Plata. Se sentó con Passarella y juntos anotaron un defensor, un carrilero, un enganche y un goleador. Pero, claro, ya están grandes para creer en el Gordo de Navidad y en el trío de mágicos. El único Mágico que anduvo últimamente por Núñez fue Canales y así le fue. La realidad económica tiene tanto rojo como la pilcha de Santa y si no aparece “un mesías” (como dijo el vice Solassi y no por Lionel) que le inyecte liquidez, el futuro estará parecido a Baltasar.

D’Alessandro es el sueño; Angeleri, una intención; y los cientos de ofrecidos, variantes. Pero antes de ir a buscarlos, hay otras cuestiones por solucionar. La primera en la lista es la deuda con Libertad por el pase de Adalberto Román. Hay una cuota vencida de 750 mil dólares y los paraguayos se pusieron firmes para cobrarla. Mientras, los futbolistas que están en el plantel esperan cobrar algo de las primas de este año que ni las vieron. En ese reclamo, el más insistente fue Ferrero y por eso en Núñez les gustaría transferirlo para erradicar del grupo al menos paciente a la hora de los reclamos (él ya dijo que quiere quedarse).

Por caso, si Alexis fuese vendido traería una doble solución porque justamente lo que necesita River es vender para tener ingresos. Pero Passarella está decidido a desprenderse de lo que él quiera y al precio que él quiera. No de lo que le pidan y al costo que le ofrezcan. Así ya mandó a cortar salame al Milan con sus 12 millones de euros por Lamela: pidió 20. En la misma situación está con Funes Mori y el Benfica, que se estiró hasta 8,5 millones de euros limpios para el club por el mellizo mientras el Kaiser pretende 10 palitos. Otro que podría coloborar con la causa es Buonanotte, quien solo se puso en vidriera y desde México lo están mirando con ganas de llevárselo.

Lo cierto es que Papá Noel pasó y no dejó nada. El 2010 ya se va y parece que habrá que esperar hasta el año que viene para conocer a los refuerzos...

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