La fracasada espía rusa entra en política
Moscú, El País
Parece que la bella Anna Chapman se ha puesto como meta probar sus talentos polifacéticos en todas las esferas posibles. Su fracaso como espía no le ha desalentado en absoluto. Su último éxito es haber sido elegida hoy como miembro del consejo de la Joven Guardia, una organización juvenil prokremlin. En opinión de los delegados del congreso de la Joven Guardia, la mujer es "una heroína de nuestra generación".
Después de ser expulsada de Estados Unidos junto con una decena de sus colegas, Chapman no para: ha sido portada de la revista Maxim, se ha convertido en asesora para inversiones del presidente del Fondservisbank, Alexandr Volovnik, y en calidad de tal, a principios de octubre, apareció inesperadamente en el cosmódromo de Baikonur para despedir a la tripulación de la nave Soyuz que se dirigía a la Estación Espacial Internacional.
Nada más ser desenmascarada en EE UU, Chapman fue noticia al rechazar la jugosa oferta que le hizo Steven Hirsh, que encabeza la compañía Vivid Entertaiment. Hirsh leyó una entrevista del ex marido de Chapman -un inglés del que le queda sólo el apellido; el propio de soltera es Kushchenko- en la que este relataba que a ella le encantaban las sesiones de sexo maratónicas. Su antiguo esposo aseguraba que era muy fogosa. Hirsh, después de enterarse de estos pormenores, llegó a la conclusión de que Anna "era la espía más sexy" del mundo y le ofreció el papel protagonista en una de sus películas pornográficas.
Pero la agente 90-60-90, como se la conoce en Rusia, rechazó la propuesta millonaria. En cambio, sí aceptó aparecer en la revista Maxim en una serie de fotos eróticas, aunque bastante light, en las que aparece en ropa interior y con pistola en mano.
Asombra el hecho de que la hermosa pelirroja -una vez de regreso en Moscú después del exitoso canje del grupo de fallidos bonds por cuatro personas condenadas en Rusia por "traición a la patria"-, haya adquirido un protagonismo y una popularidad impropios de una espía.
Por supuesto, a esto han contribuido los escándalos que ha protagonizado. Además de su caso de espionaje y de su portada en Maxim, Chapman estuvo en el centro de una polémica desatada después de que el popular periódico Konsomólskaya Pravda publicara a fines de agosto unas fotos suyas que en realidad eran propiedad de la revista Zhará (Calor). Su director amenazó con llevarla a los tribunales, pero, al final, todo quedó en nada. También fue la invitada principal del club moscovita Soho Rooms en la velada donde se elegía a las 100 chicas más sexis de Rusia.
Chapman participó en la reunión que mantuvo el primer ministro Vladímir Putin -él mismo un ex espía y ex director del Servicio Federal de Seguridad, heredero del tenebroso KGB- y fue condecorada por el presidente Anatoli Medvédev junto con sus colegas expulsados.
Esta auténtica Mata Hari-Bond, cuya belleza hace que sus compatriotas se sientan orgullosos, naturalmente no habla ni una sola palabra sobre sus aventuras como agente rusa en Estados Undios.
Una de las raras entrevistas que ha dado es la publicada en Maxim junto con las fotos eróticas. En las breves respuestas, habla sobre su relación con los hombres, y confiesa que le gustan los que "son mejores" que ella, "en todo o, por lo menos, en algo". No hay nada en los hombres que la irrite: "Todo lo complejo o lo que no comprendes no es motivo de rechazo, sino de atracción; y de ninguna manera de irritación". Lo peor que le puede provocar un hombre es "compasión".
La Chapman sostiene que "la mayoría de los hombres se divide en tres categorías". "Los primitivos, que necesitan sólo sexo; los más inteligentes, que quieren que les amen; y los que no sólo quieren ser amados sino que además necesitan que ese amor sea el sentimiento más grande y maravilloso de tu vida". Estos últimos "son los más difíciles", pero los preferidos por ella.
Hoy, cuando la espía sexy ha decidido hacer una incursión en la política, naturalmente, no ha hablado de hombres: en su discurso ante los delegados al congreso de la Joven Guardia instó a sus correligionarios a "transformar el futuro, comenzando por nosotros mismos". El primer partido en poner el ojo sobre la Chapman fue el Liberal-Democrático, del nacionalista Vladímir Zhirnovski, que le ofreció ser candidata a diputada. Ese mismo partido dio un escaño a Andreí Lugovói, un ex agente de los servicios secretos rusos que, según los británicos, está implicado en el asesinato en Londres del también agente Alexandr Litvinenko.
Parece que la bella Anna Chapman se ha puesto como meta probar sus talentos polifacéticos en todas las esferas posibles. Su fracaso como espía no le ha desalentado en absoluto. Su último éxito es haber sido elegida hoy como miembro del consejo de la Joven Guardia, una organización juvenil prokremlin. En opinión de los delegados del congreso de la Joven Guardia, la mujer es "una heroína de nuestra generación".
Después de ser expulsada de Estados Unidos junto con una decena de sus colegas, Chapman no para: ha sido portada de la revista Maxim, se ha convertido en asesora para inversiones del presidente del Fondservisbank, Alexandr Volovnik, y en calidad de tal, a principios de octubre, apareció inesperadamente en el cosmódromo de Baikonur para despedir a la tripulación de la nave Soyuz que se dirigía a la Estación Espacial Internacional.
Nada más ser desenmascarada en EE UU, Chapman fue noticia al rechazar la jugosa oferta que le hizo Steven Hirsh, que encabeza la compañía Vivid Entertaiment. Hirsh leyó una entrevista del ex marido de Chapman -un inglés del que le queda sólo el apellido; el propio de soltera es Kushchenko- en la que este relataba que a ella le encantaban las sesiones de sexo maratónicas. Su antiguo esposo aseguraba que era muy fogosa. Hirsh, después de enterarse de estos pormenores, llegó a la conclusión de que Anna "era la espía más sexy" del mundo y le ofreció el papel protagonista en una de sus películas pornográficas.
Pero la agente 90-60-90, como se la conoce en Rusia, rechazó la propuesta millonaria. En cambio, sí aceptó aparecer en la revista Maxim en una serie de fotos eróticas, aunque bastante light, en las que aparece en ropa interior y con pistola en mano.
Asombra el hecho de que la hermosa pelirroja -una vez de regreso en Moscú después del exitoso canje del grupo de fallidos bonds por cuatro personas condenadas en Rusia por "traición a la patria"-, haya adquirido un protagonismo y una popularidad impropios de una espía.
Por supuesto, a esto han contribuido los escándalos que ha protagonizado. Además de su caso de espionaje y de su portada en Maxim, Chapman estuvo en el centro de una polémica desatada después de que el popular periódico Konsomólskaya Pravda publicara a fines de agosto unas fotos suyas que en realidad eran propiedad de la revista Zhará (Calor). Su director amenazó con llevarla a los tribunales, pero, al final, todo quedó en nada. También fue la invitada principal del club moscovita Soho Rooms en la velada donde se elegía a las 100 chicas más sexis de Rusia.
Chapman participó en la reunión que mantuvo el primer ministro Vladímir Putin -él mismo un ex espía y ex director del Servicio Federal de Seguridad, heredero del tenebroso KGB- y fue condecorada por el presidente Anatoli Medvédev junto con sus colegas expulsados.
Esta auténtica Mata Hari-Bond, cuya belleza hace que sus compatriotas se sientan orgullosos, naturalmente no habla ni una sola palabra sobre sus aventuras como agente rusa en Estados Undios.
Una de las raras entrevistas que ha dado es la publicada en Maxim junto con las fotos eróticas. En las breves respuestas, habla sobre su relación con los hombres, y confiesa que le gustan los que "son mejores" que ella, "en todo o, por lo menos, en algo". No hay nada en los hombres que la irrite: "Todo lo complejo o lo que no comprendes no es motivo de rechazo, sino de atracción; y de ninguna manera de irritación". Lo peor que le puede provocar un hombre es "compasión".
La Chapman sostiene que "la mayoría de los hombres se divide en tres categorías". "Los primitivos, que necesitan sólo sexo; los más inteligentes, que quieren que les amen; y los que no sólo quieren ser amados sino que además necesitan que ese amor sea el sentimiento más grande y maravilloso de tu vida". Estos últimos "son los más difíciles", pero los preferidos por ella.
Hoy, cuando la espía sexy ha decidido hacer una incursión en la política, naturalmente, no ha hablado de hombres: en su discurso ante los delegados al congreso de la Joven Guardia instó a sus correligionarios a "transformar el futuro, comenzando por nosotros mismos". El primer partido en poner el ojo sobre la Chapman fue el Liberal-Democrático, del nacionalista Vladímir Zhirnovski, que le ofreció ser candidata a diputada. Ese mismo partido dio un escaño a Andreí Lugovói, un ex agente de los servicios secretos rusos que, según los británicos, está implicado en el asesinato en Londres del también agente Alexandr Litvinenko.