Gays en el ejército: en Latinoamérica el cambio empezó antes
Ricardo Benassi, BBC Mundo
Aunque las leyes se modifican, muchos uniformados aún rechazan que homosexuales integren la tropa. Al menos cuatro países sudamericanos ya empezaron a recorrer el camino por el que comenzará a andar Estados Unidos a partir de la derogación de la ley que prohíbe la presencia de personas abiertamente homosexuales en las Fuerzas Armadas.
Aunque con distintos grados de avance, los primeros pasos en ese sentido ya fueron dados por Colombia, Argentina, Uruguay y Perú.
En Washington, el presidente Barack Obama se apresta a promulgar la reforma legal aprobada la semana pasada en el Congreso que no es otra cosa que el fin de la norma conocida como Don’t ask, don´t tell (No preguntes, no lo cuentes).
Esta ley, que data de los tiempos de la administración de Bill Clinton, en la década de 1990, establecía la expulsión de cualquier militar en servicio, cuya homosexualidad se hiciera pública.
Se estima que más de 10 mil personas fueron retiradas desde entonces de las Fuerzas Armadas estadounidenses, según denuncian organizaciones defensoras de los derechos de gays y lesbianas.
La mayoría de los países del mundo conocieron prohibiciones similares, aunque son varios los que comenzaron a remover ese tipo de legislación.
Cuestión de principios
En América Latina, Colombia eliminó las restricciones de su Reglamento de Régimen Disciplinario para las Fuerzas Militares en 1999, a raíz de un fallo de la Corte Constitucional.
En Uruguay un decreto firmado en mayo de 2009 por el entonces presidente Tabaré Vázquez modificó las condiciones de admisión en las escuelas de formación militar. "La elección sexual del postulante no será considerada causal de no aptitud por las comisiones, tribunales médicos o autoridades actuantes", expresa ese documento.
En uno de los artículos del citado estatuto se establecía como "faltas al honor militar" el hecho de "vivir en adulterio o concubinato"; "asociarse o mantener notoria relación con personal que registre antecedentes penales o sean considerados como delincuentes de cualquier género o antisociales como drogadictos, homosexuales, prostitutas y proxenetas", así como "ejecutar actos de homosexualismo o practicar y propiciar la prostitución".
Cuando el tema se debatió en los estrados judiciales, el Ministerio del Interior argumentó a favor de la norma que entonces estaba vigente, afirmando que "la vida castrense debe someterse a un tratamiento diferencial a fin de que la conducta y la disciplina de los efectivos sean intachables", según se recoge en la sentencia de la Corte Constitucional de Colombia.
Para la cartera de Defensa, en tanto, la única expresión que debía eliminarse era la categoría de "antisociales" en la que se englobaba a los homosexuales. Sobre el resto del artículo cuestionado, esa institución sostuvo entonces que "como la carrera militar exige una vida digna que genere respeto por parte de los ciudadanos, el régimen disciplinario que la cobija trasciende las fronteras de la juridicidad para pasar a las de la eticidad".
Necesidad de nuevas leyes
En Colombia la Corte Constitucional removió a la condición sexual de entre las causales de "falta al honor militar".
Tanto en el caso colombiano como en otros que le siguieron, los cambios se produjeron a partir de pronunciamientos judiciales que declararon la inconstitucionalidad de tales prohibiciones, porque restringían derechos y no garantizaban la igualdad entre las personas.
En Perú hubo pronunciamientos en similar sentido que fueron destacados en diversas publicaciones de defensores de los derechos de gays, lesbianas, bisexuales y transexuales, pero según organizaciones locales aún faltan avances en materia legal.
"Lo que hubo hace algunos años fue una sentencia del Tribunal Constitucional por una acción de inconstitucionalidad de la Ley Orgánica de Justicia Militar que inició la Defensoría del Pueblo. Entonces declararon que varios artículos eran inconstitucionales y uno de ellos era el que penalizaba la homosexualidad dentro de las fuerzas militares", relata en diálogo con BBC Mundo Crissthian Olivera, director ejecutivo del Movimiento Homosexual Lima.
Olivera también enumera otras sentencias similares referidas a las fuerzas policiales pero critica que "el Estado no ha hecho nada para una nueva Ley de Justicia Militar" que reemplace a la que fue objetada por el Tribunal Constitucional.
El dirigente también cuestiona una norma sobre justicia policial "sancionada hace un año o un año y medio".
Según Olivera, esa ley "establece sanciones para los efectivos policiales que tengan conductas homosexuales escandalosas sin definir qué es escándalo y qué no. Si pensamos que acá hay todavía una cultura machista y homofóbica, cualquier conducta homosexual va a ser considerada de por sí escandalosa".
Nuevos códigos
En 2008, el Congreso argentino sancionó por unanimidad un nuevo Código de Justicia Militar que reemplazó al que databa de 1951 y que había sido declarado inconstitucional por la Corte Suprema de Justicia. La antigua ley penalizaba las prácticas homosexuales en las Fuerzas Armadas.
El coronel retirado Horacio Ballester, presidente del Centro de Militares para la Democracia Argentina (CEMIDA), describe que a pesar de los cambios, "en términos generales el sentimiento es de rechazo a que un homosexual integre las Fuerzas Armadas".
"Quizás esto esté muy influenciado por la época de la Primera Guerra Mundial, con la Guerra de Trincheras, donde los soldados se pasaban meses y meses en un mismo lugar; entonces el concepto era que la existencia allí de un homosexual iba a ocasionar una serie de problemas. En fin, creo que todo eso se está superando; no sólo en la Argentina, también en el mundo", le dice a BBC Mundo.
La apelación a la moral
"La elección sexual del postulante no será considerada causal de no aptitud por las comisiones, tribunales médicos o autoridades actuantes", expresa ese documento.
Los efectivos militares en funciones en todos los casos dicen que acatan las nuevas normas, pero muchos hicieron trascender su descontento. En general las críticas provinieron de organizaciones de militares en situación de retiro desde donde expresan que la presencia de homosexuales atenta contra la "moral" de las Fuerzas Armadas y complica su operatividad.
Un caso distinto al de los citados países sudamericanos se dio en Brasil con la confirmación en los primeros meses de 2010 de la expulsión de un teniente coronel gay. Según consideró el Superior Tribunal Militar, el infirmado "denigró" a las Fuerzas Armadas por haber mantenido una relación homosexual.
El debate está servido en Estados Unidos y en varios países de América Latina y no son pocos los que creen que la generalización de los cambios es sólo cuestión de tiempo.
Aunque las leyes se modifican, muchos uniformados aún rechazan que homosexuales integren la tropa. Al menos cuatro países sudamericanos ya empezaron a recorrer el camino por el que comenzará a andar Estados Unidos a partir de la derogación de la ley que prohíbe la presencia de personas abiertamente homosexuales en las Fuerzas Armadas.
Aunque con distintos grados de avance, los primeros pasos en ese sentido ya fueron dados por Colombia, Argentina, Uruguay y Perú.
En Washington, el presidente Barack Obama se apresta a promulgar la reforma legal aprobada la semana pasada en el Congreso que no es otra cosa que el fin de la norma conocida como Don’t ask, don´t tell (No preguntes, no lo cuentes).
Esta ley, que data de los tiempos de la administración de Bill Clinton, en la década de 1990, establecía la expulsión de cualquier militar en servicio, cuya homosexualidad se hiciera pública.
Se estima que más de 10 mil personas fueron retiradas desde entonces de las Fuerzas Armadas estadounidenses, según denuncian organizaciones defensoras de los derechos de gays y lesbianas.
La mayoría de los países del mundo conocieron prohibiciones similares, aunque son varios los que comenzaron a remover ese tipo de legislación.
Cuestión de principios
En América Latina, Colombia eliminó las restricciones de su Reglamento de Régimen Disciplinario para las Fuerzas Militares en 1999, a raíz de un fallo de la Corte Constitucional.
En Uruguay un decreto firmado en mayo de 2009 por el entonces presidente Tabaré Vázquez modificó las condiciones de admisión en las escuelas de formación militar. "La elección sexual del postulante no será considerada causal de no aptitud por las comisiones, tribunales médicos o autoridades actuantes", expresa ese documento.
En uno de los artículos del citado estatuto se establecía como "faltas al honor militar" el hecho de "vivir en adulterio o concubinato"; "asociarse o mantener notoria relación con personal que registre antecedentes penales o sean considerados como delincuentes de cualquier género o antisociales como drogadictos, homosexuales, prostitutas y proxenetas", así como "ejecutar actos de homosexualismo o practicar y propiciar la prostitución".
Cuando el tema se debatió en los estrados judiciales, el Ministerio del Interior argumentó a favor de la norma que entonces estaba vigente, afirmando que "la vida castrense debe someterse a un tratamiento diferencial a fin de que la conducta y la disciplina de los efectivos sean intachables", según se recoge en la sentencia de la Corte Constitucional de Colombia.
Para la cartera de Defensa, en tanto, la única expresión que debía eliminarse era la categoría de "antisociales" en la que se englobaba a los homosexuales. Sobre el resto del artículo cuestionado, esa institución sostuvo entonces que "como la carrera militar exige una vida digna que genere respeto por parte de los ciudadanos, el régimen disciplinario que la cobija trasciende las fronteras de la juridicidad para pasar a las de la eticidad".
Necesidad de nuevas leyes
En Colombia la Corte Constitucional removió a la condición sexual de entre las causales de "falta al honor militar".
Tanto en el caso colombiano como en otros que le siguieron, los cambios se produjeron a partir de pronunciamientos judiciales que declararon la inconstitucionalidad de tales prohibiciones, porque restringían derechos y no garantizaban la igualdad entre las personas.
En Perú hubo pronunciamientos en similar sentido que fueron destacados en diversas publicaciones de defensores de los derechos de gays, lesbianas, bisexuales y transexuales, pero según organizaciones locales aún faltan avances en materia legal.
"Lo que hubo hace algunos años fue una sentencia del Tribunal Constitucional por una acción de inconstitucionalidad de la Ley Orgánica de Justicia Militar que inició la Defensoría del Pueblo. Entonces declararon que varios artículos eran inconstitucionales y uno de ellos era el que penalizaba la homosexualidad dentro de las fuerzas militares", relata en diálogo con BBC Mundo Crissthian Olivera, director ejecutivo del Movimiento Homosexual Lima.
Olivera también enumera otras sentencias similares referidas a las fuerzas policiales pero critica que "el Estado no ha hecho nada para una nueva Ley de Justicia Militar" que reemplace a la que fue objetada por el Tribunal Constitucional.
El dirigente también cuestiona una norma sobre justicia policial "sancionada hace un año o un año y medio".
Según Olivera, esa ley "establece sanciones para los efectivos policiales que tengan conductas homosexuales escandalosas sin definir qué es escándalo y qué no. Si pensamos que acá hay todavía una cultura machista y homofóbica, cualquier conducta homosexual va a ser considerada de por sí escandalosa".
Nuevos códigos
En 2008, el Congreso argentino sancionó por unanimidad un nuevo Código de Justicia Militar que reemplazó al que databa de 1951 y que había sido declarado inconstitucional por la Corte Suprema de Justicia. La antigua ley penalizaba las prácticas homosexuales en las Fuerzas Armadas.
El coronel retirado Horacio Ballester, presidente del Centro de Militares para la Democracia Argentina (CEMIDA), describe que a pesar de los cambios, "en términos generales el sentimiento es de rechazo a que un homosexual integre las Fuerzas Armadas".
"Quizás esto esté muy influenciado por la época de la Primera Guerra Mundial, con la Guerra de Trincheras, donde los soldados se pasaban meses y meses en un mismo lugar; entonces el concepto era que la existencia allí de un homosexual iba a ocasionar una serie de problemas. En fin, creo que todo eso se está superando; no sólo en la Argentina, también en el mundo", le dice a BBC Mundo.
La apelación a la moral
"La elección sexual del postulante no será considerada causal de no aptitud por las comisiones, tribunales médicos o autoridades actuantes", expresa ese documento.
Los efectivos militares en funciones en todos los casos dicen que acatan las nuevas normas, pero muchos hicieron trascender su descontento. En general las críticas provinieron de organizaciones de militares en situación de retiro desde donde expresan que la presencia de homosexuales atenta contra la "moral" de las Fuerzas Armadas y complica su operatividad.
Un caso distinto al de los citados países sudamericanos se dio en Brasil con la confirmación en los primeros meses de 2010 de la expulsión de un teniente coronel gay. Según consideró el Superior Tribunal Militar, el infirmado "denigró" a las Fuerzas Armadas por haber mantenido una relación homosexual.
El debate está servido en Estados Unidos y en varios países de América Latina y no son pocos los que creen que la generalización de los cambios es sólo cuestión de tiempo.