El jefe de la Guardia Revolucionaria abofeteó a Ahmadineyad, según EE UU
Madrid, El País
El telegrama fue enviado hacia Washington desde Bakú el pasado febrero. Meses antes, las calles de Teherán venían llenándose de manifestantes en contra de los resultados de las elecciones de junio de 2009, en las que el presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, venció al reformista Mir-Hosein Musaví. Aquel junio se saldó con 10 muertos en las calles, 100 heridos y decenas de detenidos. Al cabo de varias protestas, en diciembre ya no se pedía la repetición de las elecciones sino el final del sistema. La tensión llegó a tal extremo que el fiscal general del Estado, Gholamhosein Mohseni-Ejei, declaró el 8 de diciembre de 2009: "Se ha acabado la tolerancia. A partir de ahora, no tendremos piedad con nadie que actúe contra la seguridad nacional". Pero las protestas continuaron. Y la represión, también.
El cable emitido desde el país vecino de Azerbaiyán por la Embajada estadounidense de Bakú informaba del alboroto que se formó en una reunión del Consejo Supremo de Seguridad Nacional cuando Ahmadineyad sorprendió al resto de miembros con una "postura sorprendentemente liberal". "[Nuestra] fuente señala que Ahmadineyad afirmó que 'la gente se siente asfixiada' y concluyó que para desactivar la situación podría ser necesario permitir más libertades personales y sociales, incluida una mayor libertad de prensa".
"Según la fuente", continúa el despacho, "las afirmaciones de Ahmadineyad encolerizaron al jefe de la Guardia Revolucionaria, Alí Jafari, quien exclamó: '¡Estás equivocado! (De hecho) ¡Eres tú quien ha creado este caso! ¿Y encima dices que le demos más libertad a la prensa?' La fuente relata que Jafari abofeteó entonces a Ahmadineyad en el rostro, provocando un alboroto y una inmediata llamada para el descanso en un encuentro que nunca llegó a reanudarse. La fuente dice que el Consejo Supremo de Seguridad Nacional no volvió a reunirse durante dos semanas, hasta que el ayatolá Janati [presidente del Consejo de Guardianes] actuó exitosamente como un 'muñidor de paz' entre Jafari y Ahmadineyad. La fuente añadió que en algunos blogs de Irán se había informado sobre el receso en la reunión del Consejo Supremo, pero no de la bofetada que lo había provocado".
Protección para el informante
El consejero Rob Garverick, redactor del informe, pidió protección para la persona que le informó sobre lo acontecido, un personaje que demostró poseer un "amplio espectro de contactos políticos y gubernamentales (con la inclusión de familiares)". "El contacto es conocido por los observadores iraníes durante un año y ha venido informando de forma precisa sobre temas políticos delicados y económicos. Su red de trabajo incluye a individuos que poseen conocimientos sobre las deliberaciones del Consejo Supremo de Seguridad Nacional".
El informante de la embajada estadounidense en Azerbaiyán indicó que tanto el presidente de Irán como el jefe de la Guardia Revolucionaria continuaron alimentando nuevas confrontaciones mediante "maniobras en varios subgrupos".
La Guardia Revolucionaria es un Ejército ideológico paralelo al regular. Alí Jafari, el hombre que supuestamente abofeteó a Ahmadineyad, cuenta con sus propias fuerzas terrestres, aéreas y navales; sus hombres están mejor equipados, reciben mejores salarios que los soldados regulares y él solo está obligado a rendir cuenta ante el líder supremo de la revolución, Alí Jameneí.
Desde que se fundó la República Islámica de Irán en 1979, la figura del líder supremo de la revolución es quien ostenta el poder real. Primero fue el Ayatolá Ruholá Jomeini el verdadero hombre fuerte del país y a su muerte le sucedió Alí Jameneí. A lo largo de 21 años, el sucesor de Jomeini se ha encargado de reforzar el peso de los Guardianes de la Revolución en el país. Fueron los milicianos basiyíes, dependientes de Alí Jafari, quienes sofocaron las revueltas de la oposición a base de golpes y denuncias.
El robo electoral
Otro confidente de la embajada comentó en Bakú a los diplomáticos estadounidenses que las elecciones de junio marcaron un antes y un después en la historia del país. En un despacho remitido a Washington tres meses después de los comicios se señala: "[El informante] explicó que antes de las elecciones muchos iraníes pensaban que, al menos, había algo de democracia en el régimen. (...) Incluso los opositores y los autodeclarados escépticos sentían que un cambio dentro del sistema sería posible. Pero, según la fuente, el descaro del robo en las elecciones y el periodo posterior de cinismo y represión fueron 'una bofetada en el rostro' que destruyeron ese punto de vista".
Otro punto de inflexión en la historia del país, según el citado confidente, fue el momento en el que el líder supremo se pronunció en público a favor de Ahmadineyad el 19 de junio, cuando se cuestionaba el resultado de las elecciones. El ayatolá Jameneí calificó entonces la "victoria" de Ahmadineyad como "divinamente inspirada". Aquel acto hizo saltar por los aires la imagen del líder supremo como "un árbitro independiente y honesto" y pasó a ser considerado "un político intrigante y embustero como tantos", según informó la fuente de los diplomáticos.
El informe sobre la bofetada fue redactado el pasado 11 de febrero. En aquellas fechas, el confidente auguraba que las cosas irían "de mal en peor" en su país. "Opinó que la situación (de protestas e inestabilidad) no podía sostenerse indefinidamente y predijo que los acontecimientos tenderían hacia un mayor desarrollo y una nueva fase".
Cuando le preguntaron que cómo creía él que se encontraría su país el año próximo contestó: "Pregúntenme después del 11 de febrero". El despacho no señala que ese era el día en que se cumplía el 31º aniversario de la revolución islámica y por tanto, el aniversario de las revueltas que provocaron la caída del sah. Pero días antes de la conmemoración el régimen detuvo a decenas de estudiantes y periodistas próximos a la oposición. Y el 11 de febrero las protestas solo se dejaron oír en Internet. El líder supremo declaró: "[Ha sido] una lección para los enemigos internos y una decepción para quienes pretenden representar al pueblo". Vencieron los Guardianes de la Revolución.
El telegrama fue enviado hacia Washington desde Bakú el pasado febrero. Meses antes, las calles de Teherán venían llenándose de manifestantes en contra de los resultados de las elecciones de junio de 2009, en las que el presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, venció al reformista Mir-Hosein Musaví. Aquel junio se saldó con 10 muertos en las calles, 100 heridos y decenas de detenidos. Al cabo de varias protestas, en diciembre ya no se pedía la repetición de las elecciones sino el final del sistema. La tensión llegó a tal extremo que el fiscal general del Estado, Gholamhosein Mohseni-Ejei, declaró el 8 de diciembre de 2009: "Se ha acabado la tolerancia. A partir de ahora, no tendremos piedad con nadie que actúe contra la seguridad nacional". Pero las protestas continuaron. Y la represión, también.
El cable emitido desde el país vecino de Azerbaiyán por la Embajada estadounidense de Bakú informaba del alboroto que se formó en una reunión del Consejo Supremo de Seguridad Nacional cuando Ahmadineyad sorprendió al resto de miembros con una "postura sorprendentemente liberal". "[Nuestra] fuente señala que Ahmadineyad afirmó que 'la gente se siente asfixiada' y concluyó que para desactivar la situación podría ser necesario permitir más libertades personales y sociales, incluida una mayor libertad de prensa".
"Según la fuente", continúa el despacho, "las afirmaciones de Ahmadineyad encolerizaron al jefe de la Guardia Revolucionaria, Alí Jafari, quien exclamó: '¡Estás equivocado! (De hecho) ¡Eres tú quien ha creado este caso! ¿Y encima dices que le demos más libertad a la prensa?' La fuente relata que Jafari abofeteó entonces a Ahmadineyad en el rostro, provocando un alboroto y una inmediata llamada para el descanso en un encuentro que nunca llegó a reanudarse. La fuente dice que el Consejo Supremo de Seguridad Nacional no volvió a reunirse durante dos semanas, hasta que el ayatolá Janati [presidente del Consejo de Guardianes] actuó exitosamente como un 'muñidor de paz' entre Jafari y Ahmadineyad. La fuente añadió que en algunos blogs de Irán se había informado sobre el receso en la reunión del Consejo Supremo, pero no de la bofetada que lo había provocado".
Protección para el informante
El consejero Rob Garverick, redactor del informe, pidió protección para la persona que le informó sobre lo acontecido, un personaje que demostró poseer un "amplio espectro de contactos políticos y gubernamentales (con la inclusión de familiares)". "El contacto es conocido por los observadores iraníes durante un año y ha venido informando de forma precisa sobre temas políticos delicados y económicos. Su red de trabajo incluye a individuos que poseen conocimientos sobre las deliberaciones del Consejo Supremo de Seguridad Nacional".
El informante de la embajada estadounidense en Azerbaiyán indicó que tanto el presidente de Irán como el jefe de la Guardia Revolucionaria continuaron alimentando nuevas confrontaciones mediante "maniobras en varios subgrupos".
La Guardia Revolucionaria es un Ejército ideológico paralelo al regular. Alí Jafari, el hombre que supuestamente abofeteó a Ahmadineyad, cuenta con sus propias fuerzas terrestres, aéreas y navales; sus hombres están mejor equipados, reciben mejores salarios que los soldados regulares y él solo está obligado a rendir cuenta ante el líder supremo de la revolución, Alí Jameneí.
Desde que se fundó la República Islámica de Irán en 1979, la figura del líder supremo de la revolución es quien ostenta el poder real. Primero fue el Ayatolá Ruholá Jomeini el verdadero hombre fuerte del país y a su muerte le sucedió Alí Jameneí. A lo largo de 21 años, el sucesor de Jomeini se ha encargado de reforzar el peso de los Guardianes de la Revolución en el país. Fueron los milicianos basiyíes, dependientes de Alí Jafari, quienes sofocaron las revueltas de la oposición a base de golpes y denuncias.
El robo electoral
Otro confidente de la embajada comentó en Bakú a los diplomáticos estadounidenses que las elecciones de junio marcaron un antes y un después en la historia del país. En un despacho remitido a Washington tres meses después de los comicios se señala: "[El informante] explicó que antes de las elecciones muchos iraníes pensaban que, al menos, había algo de democracia en el régimen. (...) Incluso los opositores y los autodeclarados escépticos sentían que un cambio dentro del sistema sería posible. Pero, según la fuente, el descaro del robo en las elecciones y el periodo posterior de cinismo y represión fueron 'una bofetada en el rostro' que destruyeron ese punto de vista".
Otro punto de inflexión en la historia del país, según el citado confidente, fue el momento en el que el líder supremo se pronunció en público a favor de Ahmadineyad el 19 de junio, cuando se cuestionaba el resultado de las elecciones. El ayatolá Jameneí calificó entonces la "victoria" de Ahmadineyad como "divinamente inspirada". Aquel acto hizo saltar por los aires la imagen del líder supremo como "un árbitro independiente y honesto" y pasó a ser considerado "un político intrigante y embustero como tantos", según informó la fuente de los diplomáticos.
El informe sobre la bofetada fue redactado el pasado 11 de febrero. En aquellas fechas, el confidente auguraba que las cosas irían "de mal en peor" en su país. "Opinó que la situación (de protestas e inestabilidad) no podía sostenerse indefinidamente y predijo que los acontecimientos tenderían hacia un mayor desarrollo y una nueva fase".
Cuando le preguntaron que cómo creía él que se encontraría su país el año próximo contestó: "Pregúntenme después del 11 de febrero". El despacho no señala que ese era el día en que se cumplía el 31º aniversario de la revolución islámica y por tanto, el aniversario de las revueltas que provocaron la caída del sah. Pero días antes de la conmemoración el régimen detuvo a decenas de estudiantes y periodistas próximos a la oposición. Y el 11 de febrero las protestas solo se dejaron oír en Internet. El líder supremo declaró: "[Ha sido] una lección para los enemigos internos y una decepción para quienes pretenden representar al pueblo". Vencieron los Guardianes de la Revolución.