Costa Rica / Nicaragua: ausencia de cancilleres frustra reunión en la OEA
Carlos Chirinos, BBC Mundo, Washington
"Una reunión de cancilleres sin cancilleres es una cosa rara", dijo a BBC Mundo un diplomático latinoamericano este martes poco antes de que empezara en Washington la 26ª reunión de Consulta de Ministros de Exteriores de la Organización de Estados Americano para analizar la controversia limítrofe entre Costa Rica y Nicaragua.
Sólo el ministro de Exteriores de Costa Rica, René Castro, y la de Guyana, Carolyn Rodrigues-Birkett, estuvieron en el Salón Simón Bolívar, sede de los encuentros más importantes de la organización.
Pero tampoco estuvo presente la delegación de Nicaragua, la otra parte involucrada, que considera que se trata de un conflicto "territorial" en el que la OEA no tiene injerencia.
El embajador de Venezuela ante la OEA, Ray Chaderton Matos, parafreseó el conocido libro del colombiano Gabriel García Márquez y aseguró ante la asamblea que se trataba de la "crónica de una situación embarazosa anunciada".
"Error histórico"
"Es embarazosa para nosotros los representantes permanentes que, unidos en Consejo Permanente, tomamos una decisión equivocada, a pesar de que se advirtió", explicó poco después Chaderton a BBC Mundo.
"Es muy difícil presentarle a la opinión pública internacional una explicación de por qué solamente hay dos cancilleres presentes en una reunión que se llama 26ª reunión de consulta de ministros de relaciones exteriores".
Chaderton considera que se trata de "un mensaje implícito que expresa la renuencia a hacer de la OEA un foro sonoro como un estadio para discutir un tema de tanta complejidad, de tanta sensibilidad. La presencia de los cancilleres habría agregado más ruido".
Chaderton coincide con la posición nicaragüense de que las diferencias entre ambos países centroamericanos "no deben ser debatidos en la OEA" y que habría sido mejor tratar el tema con la "sordina" y el "recato" más propio de la diplomacia.
Sin frustraciones
Pero el canciller de Costa Rica, René Castro, se mostró comprensivo con las razones que, según él, tuvieron sus colegas para no responder a la convocatoria.
"Para Costa Rica es fundamental los procedimientos en el órgano máximo regional. Este termina con la última escala y en realidad tenemos un número de enviados especiales con plena autoridad de sus gobiernos", aseguró Castro a BBC Mundo.
El diplomático costarricense también aseguró que no se sentía "frustrado" por lo que algunos consideran un fracaso en la convocatoria.
"A mí me frustraba más cuando la OEA no tomaba decisiones y se escudaba en la búsqueda de un consenso permanente al que nunca se llegaba para rehuirle a la toma de decisiones".
Castro rechaza la tesis nicaragüense de que el foro no es relevante para tratar el contencioso y asegura que, pese a la negativa de Managua, "siempre es importante un tercero que atestigüe cuando hay dos en conflicto".
"Puede documentar. Puede geoposicionar a dónde están las tropas. (…) Puede atestiguar que una de las partes ha estado dispuesta a llegar a una negociación, a despejar de fuerzas armadas la zona en conflicto".
Como la Liga de Naciones
Durante su intervención ante la reunión, el canciller Castro comparó la OEA con la desaparecida Liga de Naciones, la precursora del sistema de Naciones Unidas, que se convirtió en inoperante al no poder moderar las confrontaciones que desembocaron en la Segunda Guerra Mundial.
El ministro costarricense parece sumarse al coro diplomático que cuestiona los procedimientos, y hasta en ocasiones la vigencia de la OEA.
Sin embargo, el embajador Chaderton, destacó cómo los más críticos con la organización han sido, en su opinión, los más interesados en defender y que independientemente de lo que lograra concluir la reunión "el error histórico está cometido, queda para siempre".
"En un problema de alta sensibilidad, solamente dos cancilleres estuvieron presentes. La mitad de los cuales es una de las partes en conflicto", destaco el venezolano.
"Una reunión de cancilleres sin cancilleres es una cosa rara", dijo a BBC Mundo un diplomático latinoamericano este martes poco antes de que empezara en Washington la 26ª reunión de Consulta de Ministros de Exteriores de la Organización de Estados Americano para analizar la controversia limítrofe entre Costa Rica y Nicaragua.
Sólo el ministro de Exteriores de Costa Rica, René Castro, y la de Guyana, Carolyn Rodrigues-Birkett, estuvieron en el Salón Simón Bolívar, sede de los encuentros más importantes de la organización.
Pero tampoco estuvo presente la delegación de Nicaragua, la otra parte involucrada, que considera que se trata de un conflicto "territorial" en el que la OEA no tiene injerencia.
El embajador de Venezuela ante la OEA, Ray Chaderton Matos, parafreseó el conocido libro del colombiano Gabriel García Márquez y aseguró ante la asamblea que se trataba de la "crónica de una situación embarazosa anunciada".
"Error histórico"
"Es embarazosa para nosotros los representantes permanentes que, unidos en Consejo Permanente, tomamos una decisión equivocada, a pesar de que se advirtió", explicó poco después Chaderton a BBC Mundo.
"Es muy difícil presentarle a la opinión pública internacional una explicación de por qué solamente hay dos cancilleres presentes en una reunión que se llama 26ª reunión de consulta de ministros de relaciones exteriores".
Chaderton considera que se trata de "un mensaje implícito que expresa la renuencia a hacer de la OEA un foro sonoro como un estadio para discutir un tema de tanta complejidad, de tanta sensibilidad. La presencia de los cancilleres habría agregado más ruido".
Chaderton coincide con la posición nicaragüense de que las diferencias entre ambos países centroamericanos "no deben ser debatidos en la OEA" y que habría sido mejor tratar el tema con la "sordina" y el "recato" más propio de la diplomacia.
Sin frustraciones
Pero el canciller de Costa Rica, René Castro, se mostró comprensivo con las razones que, según él, tuvieron sus colegas para no responder a la convocatoria.
"Para Costa Rica es fundamental los procedimientos en el órgano máximo regional. Este termina con la última escala y en realidad tenemos un número de enviados especiales con plena autoridad de sus gobiernos", aseguró Castro a BBC Mundo.
El diplomático costarricense también aseguró que no se sentía "frustrado" por lo que algunos consideran un fracaso en la convocatoria.
"A mí me frustraba más cuando la OEA no tomaba decisiones y se escudaba en la búsqueda de un consenso permanente al que nunca se llegaba para rehuirle a la toma de decisiones".
Castro rechaza la tesis nicaragüense de que el foro no es relevante para tratar el contencioso y asegura que, pese a la negativa de Managua, "siempre es importante un tercero que atestigüe cuando hay dos en conflicto".
"Puede documentar. Puede geoposicionar a dónde están las tropas. (…) Puede atestiguar que una de las partes ha estado dispuesta a llegar a una negociación, a despejar de fuerzas armadas la zona en conflicto".
Como la Liga de Naciones
Durante su intervención ante la reunión, el canciller Castro comparó la OEA con la desaparecida Liga de Naciones, la precursora del sistema de Naciones Unidas, que se convirtió en inoperante al no poder moderar las confrontaciones que desembocaron en la Segunda Guerra Mundial.
El ministro costarricense parece sumarse al coro diplomático que cuestiona los procedimientos, y hasta en ocasiones la vigencia de la OEA.
Sin embargo, el embajador Chaderton, destacó cómo los más críticos con la organización han sido, en su opinión, los más interesados en defender y que independientemente de lo que lograra concluir la reunión "el error histórico está cometido, queda para siempre".
"En un problema de alta sensibilidad, solamente dos cancilleres estuvieron presentes. La mitad de los cuales es una de las partes en conflicto", destaco el venezolano.