Cambio Climático: la cumbre de Cancún concluye con acuerdo

Redacción, BBC Mundo
Después de semanas de negociaciones, la cumbre mundial contra el cambio climático de Cancún concluyó este sábado con un acuerdo marco que está supuesto a abrir el camino para una acción coordinada contra el calentamiento global.

Luego de una maratónica sesión de trabajo, y a pesar de las objeciones de Bolivia -quien considera que los compromisos adquiridos por los países desarrollados son insuficientes- la canciller mexicana Patricia Espinosa dio por aprobados los dos textos que ya habían recibido el beneplácito del resto de delegaciones.

"Esta es una nueva era de cooperación internacional sobre el cambio climático", dijo Espinosa, quien más temprano había insistido en que los textos eventualmente aprobados eran "lo mejor que podíamos lograr".

Aunque Bolivia ya anunció que va a presentar una reclamación ante la Corte Internacional de Justicia por la forma en que se adoptaron los acuerdos.

Fondo Verde

Según el enviado especial de la BBC a Cancún, Richard Black, los documentos reconocen que mayores reducciones en emisiones de gases de efecto invernadero serán necesarias en el futuro, pero no establecen mecanismos para conseguirlo.

El acuerdo también contempla la creación de un "Fondo Verde", que pretende recoger y distribuir US$100.000 millones al año hasta el 2020 para apoyar los esfuerzos de adaptación al cambio climático en los países más pobres y facilitar el uso de tecnologías no contaminantes.

Y en Cancún también se acordó la creación de un Comité de Adaptación para apoyar a los países que diseñen planes de protección frente al cambio climático y se establecieron parámetros para financiar esfuerzos para reducir la deforestación.

"Suficiente para avanzar"

Para muchos, aunque el acuerdo no es perfecto, el consenso alcanzado en Cancún da razones para el optimismo, especialmente si se le compara con el estrepitoso fracaso de la cumbre de Copnehague del año pasado.

Además, durante las últimas semanas de negociaciones, la resistencia de algunos países al protocolo de Kioto había planteado varios problemas.

Hay suficiente para trabajar de cara a la cumbre del próximo año en Sudáfrica para conseguir un acuerdo legalmente vinculante ahí.

Tara Rao, WWF

Eventualmente, sin embargo, los diplomáticos pudieron llegar a un compromiso y los delegados presentes en Cancún no dudaron en celebrar con vítores los discursos de los países que más fricción habían causado durante las pláticas –como Japón, China y EE.UU.- cuando uno por uno le fueron dando su apoyo al acuerdo.

Este, sin embargo, no es ni por cerca el acuerdo integral que muchos países esperaban alcanzar el año pasado en Copenhague y que muchos todavía insisten en buscar.
Y no responde a la pregunta de si las medidas acordadas, incluyendo la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, serán legalmente vinculantes o no.

"En términos generales, hemos avanzado desde Copenhague; ya podemos dejar ese fantasma atrás", le dijo a la BBC Tara Rao, del grupo ambientalista WWF.

"Hay suficiente para trabajar de cara a la cumbre del próximo año en Sudáfrica para conseguir un acuerdo legalmente vinculante ahí", afirmó.
Las objeciones de Bolivia

Bolivia, sin embargo, expresó su descontento tanto con el contenido del acuerdo como con la forma en la que se redactaron los textos eventualmente aprobados, en reuniones privadas entre un reducido número de países.

Y el jefe de la delegación boliviana, Pablo Solón, dijo que lo que más le preocupaba era que los compromisos para la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, no se iban a hacer bajo el protocolo de Kioto.

"Estamos hablando de una reducción (combinada) de entre el 13 y el 16%, y eso significa un aumento (de la temperatura) de más de 4 grados Celsius", declaró.
"No podemos apoyar esto responsablemente, pues significaría que estamos de acuerdo con una situación que mi presidente ha descrito como un ecocidio y un genocidio", dijo Solón.

Ambigüedad

Países como Rusia y Japón se aseguraron que los tratados eran formulados de una forma que les permitiría escapar de la extensión en la reducción de emisiones de los acuerdos vinculantes del Protocolo de Kioto e implicaban a la vez que éste tiene un futuro real, una de las demandas fundamentales de los países en vías de desarrollo.

El "Fondo Verde" utilizará en principio al Banco Mundial como miembro del consejo de administración, como habían solicitado Estados Unidos, la Unión Europea y Japón, mientras se trata de lograr un mayor equilibrio entre países desarrollados y en vías de desarrollo a través de la creación de un nuevo organismo.

Además, los países en vías de desarrollo sólo someterán sus emisiones a verificación internacional cuando hayan sido financiadas por dinero procedente de Occidente, una fórmula que parece satisfacer tanto a China, que cuestiona estos procesos, como a Estados Unidos, que los solicitó.

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