Argentina: tras los disturbios por ocupaciones, anuncian plan de vivienda
Valeria Perasso, BBC Mundo, Argentina
A una semana de la toma de un parque público en la ciudad de Buenos Aires que produjo un profundo conflicto social, el gobierno argentino anunció un plan de viviendas para paliar la crisis habitacional.
El anuncio se hizo tras un acuerdo entre autoridades nacionales y el alcalde porteño, Mauricio Macri, que habían protagonizado en los últimos días un duro cruce por el reparto de responsabilidades y el control de la violencia que se desató en el parque Indoamericano, en el barrio de Villa Soldati, tras un desalojo forzado y luego una reocupación del espacio vacío por parte de personas de bajos recursos.
La solución se basa en un programa de créditos blandos para que parte del medio millón de personas sin vivienda adecuada que se considera hay en la capital argentina puedan acceder a una morada. La financiación del plan será compartida por el gobierno central y su par local.
Acompañaremos el nivel de inversiones que el gobierno porteño disponga para este tipo de tareas", anunció el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández.
Sin embargo, la entrega de créditos se hará con restricciones: quedarán excluidos todos aquellos que tomen parte en ocupaciones ilegales.
"El que usurpe, aparte de no tener derecho de formar parte de un plan, no tendrá derecho a percibir o acceder a ningún plan social, ni ahora ni en el futuro", añadió Fernández.
También se puso como condición para la puesta en marcha del plan el desalojo del Indoamericano en el que, según un censo realizado esta semana, se alojan más de 13.000 personas, entre ellas numerosos inmigrantes de países limítrofes. Tras el anuncio, muchos empezaron a evacuar el predio en medio de la noche.
Más tomas
La toma del parque Indoamericano tuvo un "efecto contagio" en otros espacios de la capital argentina y el cinturón urbanizado que la rodea: el martes, se registraron al menos otras siete ocupaciones de predios abandonados o descampados. Un grupo de personas incluso ocupó una cancha de fútbol en la localidad bonaerense de Bernal.
"Esto no se desmadró, se apadrinó", aseguró la mandataria durante un acto público, una acusación que, según algunos observadores, apunta al ex presidente Eduardo Duhalde, rival peronista de la jefa de Estado y señalado por Fernández como propulsor de las tomas para ganar rédito electoral de cara a las presidenciales de 2011
En Soldati, epicentro del conflicto social que dejó al desnudo la crisis de vivienda, miles de familias se negaron a abandonar el lugar durante la última semana.
En el predio se registraron enfrentamientos entre los ocupantes y las fuerzas de seguridad y también con otros vecinos de la zona, principalmente residentes de barrios marginales o "villas miseria" que rechazaban la instalación ilegítima de cientos de carpas en el espacio público aledaño.
Los choques dejaron tras de sí tres muertos -dos bolivianos y un paraguayo- y un centenar de heridos.
Los incidentes se tiñeron también con las acusaciones de xenofobia de las que fue objeto el alcalde Macri, quien relacionó la crisis habitacional de la ciudad con la oleada migratoria que llega de los países limítrofes. El jefe porteño, opositor al kirchnerismo, señaló que el crecimiento de las villas miseria está vinculado a la falta de políticas migratorias adecuadas del gobierno central.
"Estamos todos conscientes de que la Argentina viene expuesta a una política descontrolada... Pareciera que la ciudad de Buenos Aires se tiene que hacer cargo de los problemas habitacionales de los países limítrofes", señaló.
Según cifras oficiales, son extranjeros el 70% los habitantes de los asentamientos marginales, donde reside un 7% de la población de la capital.
Sin embargo, un informe de la Sociedad de Estudios Laborales (SEL), publicado por el diario La Nación, señala que la incidencia de los extranjeros de países limítrofes sobre el empleo y el gasto social es baja: pese a que entre 2004 y 2009 se radicaron legalmente en el país unos 750 mil extranjeros -80% de ellos paraguayos, bolivianos y peruanos-, ellos ocupan sólo el 5% del total de empleos existentes.
Sin intervención
En tanto, la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, acusó este martes a sus opositores políticos de estar detrás de los incidentes.
"Esto no se desmadró, se apadrinó", aseguró la mandataria durante un acto público, una acusación que, según algunos observadores, apunta al ex presidente Eduardo Duhalde, rival peronista de la jefa de Estado y señalado por Fernández como propulsor de las tomas para ganar rédito electoral de cara a las presidenciales de 2011.
Para otros, la proliferación de ocupaciones ilegales es consecuencia de la política de no intervención del gobierno, que durante días se negó a enviar fuerzas policiales a la zona de conflicto para evitar "criminalizar la protesta social".
Expertos coincidieron en atribuir los disturbios al grave problema de falta de viviendas en Buenos Aires.
En ese sentido, muchos ven paralelos entre la multiplicación de tomas de predios y la proliferación de "piquetes" -interrupciones de la vía pública- que se registró desde fines de 2009.
¿Son las ocupaciones una nueva estrategia de protesta?
Para el investigador Luciano Andrenacci, de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), es posible que "el hecho de que se sepa que no va a haber una represión física facilite algunas de las manifestaciones".
Sin embargo, a pesar de que no descarta que haya una "politización" de las tomas, Andrenacci sostiene que la mayoría de los que protagonizan los hechos son personas con genuinas necesidades de vivienda.
Según este experto, la migración externa es sólo uno de los factores que explican el aumento de la presión habitacional en Buenos Aires, pero el verdadero problema no es la falta de lugar, sino la ausencia de políticas públicas.
A una semana de la toma de un parque público en la ciudad de Buenos Aires que produjo un profundo conflicto social, el gobierno argentino anunció un plan de viviendas para paliar la crisis habitacional.
El anuncio se hizo tras un acuerdo entre autoridades nacionales y el alcalde porteño, Mauricio Macri, que habían protagonizado en los últimos días un duro cruce por el reparto de responsabilidades y el control de la violencia que se desató en el parque Indoamericano, en el barrio de Villa Soldati, tras un desalojo forzado y luego una reocupación del espacio vacío por parte de personas de bajos recursos.
La solución se basa en un programa de créditos blandos para que parte del medio millón de personas sin vivienda adecuada que se considera hay en la capital argentina puedan acceder a una morada. La financiación del plan será compartida por el gobierno central y su par local.
Acompañaremos el nivel de inversiones que el gobierno porteño disponga para este tipo de tareas", anunció el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández.
Sin embargo, la entrega de créditos se hará con restricciones: quedarán excluidos todos aquellos que tomen parte en ocupaciones ilegales.
"El que usurpe, aparte de no tener derecho de formar parte de un plan, no tendrá derecho a percibir o acceder a ningún plan social, ni ahora ni en el futuro", añadió Fernández.
También se puso como condición para la puesta en marcha del plan el desalojo del Indoamericano en el que, según un censo realizado esta semana, se alojan más de 13.000 personas, entre ellas numerosos inmigrantes de países limítrofes. Tras el anuncio, muchos empezaron a evacuar el predio en medio de la noche.
Más tomas
La toma del parque Indoamericano tuvo un "efecto contagio" en otros espacios de la capital argentina y el cinturón urbanizado que la rodea: el martes, se registraron al menos otras siete ocupaciones de predios abandonados o descampados. Un grupo de personas incluso ocupó una cancha de fútbol en la localidad bonaerense de Bernal.
"Esto no se desmadró, se apadrinó", aseguró la mandataria durante un acto público, una acusación que, según algunos observadores, apunta al ex presidente Eduardo Duhalde, rival peronista de la jefa de Estado y señalado por Fernández como propulsor de las tomas para ganar rédito electoral de cara a las presidenciales de 2011
En Soldati, epicentro del conflicto social que dejó al desnudo la crisis de vivienda, miles de familias se negaron a abandonar el lugar durante la última semana.
En el predio se registraron enfrentamientos entre los ocupantes y las fuerzas de seguridad y también con otros vecinos de la zona, principalmente residentes de barrios marginales o "villas miseria" que rechazaban la instalación ilegítima de cientos de carpas en el espacio público aledaño.
Los choques dejaron tras de sí tres muertos -dos bolivianos y un paraguayo- y un centenar de heridos.
Los incidentes se tiñeron también con las acusaciones de xenofobia de las que fue objeto el alcalde Macri, quien relacionó la crisis habitacional de la ciudad con la oleada migratoria que llega de los países limítrofes. El jefe porteño, opositor al kirchnerismo, señaló que el crecimiento de las villas miseria está vinculado a la falta de políticas migratorias adecuadas del gobierno central.
"Estamos todos conscientes de que la Argentina viene expuesta a una política descontrolada... Pareciera que la ciudad de Buenos Aires se tiene que hacer cargo de los problemas habitacionales de los países limítrofes", señaló.
Según cifras oficiales, son extranjeros el 70% los habitantes de los asentamientos marginales, donde reside un 7% de la población de la capital.
Sin embargo, un informe de la Sociedad de Estudios Laborales (SEL), publicado por el diario La Nación, señala que la incidencia de los extranjeros de países limítrofes sobre el empleo y el gasto social es baja: pese a que entre 2004 y 2009 se radicaron legalmente en el país unos 750 mil extranjeros -80% de ellos paraguayos, bolivianos y peruanos-, ellos ocupan sólo el 5% del total de empleos existentes.
Sin intervención
En tanto, la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, acusó este martes a sus opositores políticos de estar detrás de los incidentes.
"Esto no se desmadró, se apadrinó", aseguró la mandataria durante un acto público, una acusación que, según algunos observadores, apunta al ex presidente Eduardo Duhalde, rival peronista de la jefa de Estado y señalado por Fernández como propulsor de las tomas para ganar rédito electoral de cara a las presidenciales de 2011.
Para otros, la proliferación de ocupaciones ilegales es consecuencia de la política de no intervención del gobierno, que durante días se negó a enviar fuerzas policiales a la zona de conflicto para evitar "criminalizar la protesta social".
Expertos coincidieron en atribuir los disturbios al grave problema de falta de viviendas en Buenos Aires.
En ese sentido, muchos ven paralelos entre la multiplicación de tomas de predios y la proliferación de "piquetes" -interrupciones de la vía pública- que se registró desde fines de 2009.
¿Son las ocupaciones una nueva estrategia de protesta?
Para el investigador Luciano Andrenacci, de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), es posible que "el hecho de que se sepa que no va a haber una represión física facilite algunas de las manifestaciones".
Sin embargo, a pesar de que no descarta que haya una "politización" de las tomas, Andrenacci sostiene que la mayoría de los que protagonizan los hechos son personas con genuinas necesidades de vivienda.
Según este experto, la migración externa es sólo uno de los factores que explican el aumento de la presión habitacional en Buenos Aires, pero el verdadero problema no es la falta de lugar, sino la ausencia de políticas públicas.