Al menos 32 muertos por la explosión de bombas caseras en la ciudad nigeriana de Jos
Lagos, Agencias
Al menos 32 personas murieron y 74 resultaron heridas de gravedad al explotar durante la Nochebuena siete artefactos de fabricación casera en la ciudad de Jos, capital del estado central nigeriano de Plateau, informó la Policía estatal.
Las explosiones de Jos tuvieron lugar en distintos sitios de la ciudad, que en los últimos años ha sufrido la violencia por motivos étnicos y religiosos, en un momento en que los residentes cristianos iban a la iglesia a la misa de Nochebuena y los comerciantes de la ciudad regresaban a sus casas tras el cierre de los negocios.
Pese a que la investigación está en su fase preliminar, los primeros indicios apuntan a que las bombas estaban dirigidas a las áreas de la ciudad pobladas por cristianos o emplazamientos importantes.
Entre los objetivos había una iglesia católica, un puente y un mercado recientemente construido.
Ningún grupo se ha atribuido la responsabilidad de los atentados, aunque fuentes del Gobierno local han apuntado al grupo extremista islámico Boko Haram, que ha llevado a cabo numerosas acciones terroristas en el norte de Nigeria, zona predominantemente musulmana.
Muchos de los heridos en las explosiones han sido trasladados a los hospitales de las universidades Bingham y de Jos.
Gregory Yenlong, portavoz del Gobierno del estado de Plateau, condenó los atentados y aseguró que su administración hace todos lo posible por evitar este tipo de acciones.
Charise Ekeocha, portavoz de la fuerza militar destacada en la región para mantener la paz, dijo que el grupo que investiga estos hechos está aún recopilando los detalles de los atentados.
Los ataques han tenido lugar pocos días después de que un tribunal de Jos condenara a 15 personas cristianas a 10 años de cárcel por su intervención en la violencia étnico-religiosa que dejó 55 muertos en esa ciudad en marzo de 2010.
Aquellos hechos fueron considerados una represalia por un ataque ocurrido de enero, que dejó 326 muertos, cuando pastores musulmanes fulani atacaron al amanecer a los habitantes de un pueblo cristiano, quemaron sus casas y saquearon sus propiedades mientras disparaban a los que intentaban escapar.
Los ataques de la Nochebuena en Jos se produjeron en la misma noche en que al menos 6 personas murieron en tres iglesias cristianas incendiadas supuestamente por integristas islámicos de la secta Boko Haram en la ciudad norteña de Maiduguri, según emisoras de radio locales.
En octubre, el Gobierno nigeriano destacó unidades militares en Maiduguri, para frenar las actividades de Boko Haram, que había asesinado a varios agentes de policía, funcionarios e incluso dirigentes religiosos opuestos a la secta.
La violencia en la región central de Plateau se ha debido tradicionalmente a las disputas por las tierras entre agricultores cristianos sedentarios y pastores musulmanes trashumantes, mientras en el norte es debida, generalmente, a enfrentamientos religiosos.
Los conflictos que tienen como protagonistas a cristianos y musulmanes en Nigeria se han cobrado la vida de más de 13.000 personas en una década.
Al menos 32 personas murieron y 74 resultaron heridas de gravedad al explotar durante la Nochebuena siete artefactos de fabricación casera en la ciudad de Jos, capital del estado central nigeriano de Plateau, informó la Policía estatal.
Las explosiones de Jos tuvieron lugar en distintos sitios de la ciudad, que en los últimos años ha sufrido la violencia por motivos étnicos y religiosos, en un momento en que los residentes cristianos iban a la iglesia a la misa de Nochebuena y los comerciantes de la ciudad regresaban a sus casas tras el cierre de los negocios.
Pese a que la investigación está en su fase preliminar, los primeros indicios apuntan a que las bombas estaban dirigidas a las áreas de la ciudad pobladas por cristianos o emplazamientos importantes.
Entre los objetivos había una iglesia católica, un puente y un mercado recientemente construido.
Ningún grupo se ha atribuido la responsabilidad de los atentados, aunque fuentes del Gobierno local han apuntado al grupo extremista islámico Boko Haram, que ha llevado a cabo numerosas acciones terroristas en el norte de Nigeria, zona predominantemente musulmana.
Muchos de los heridos en las explosiones han sido trasladados a los hospitales de las universidades Bingham y de Jos.
Gregory Yenlong, portavoz del Gobierno del estado de Plateau, condenó los atentados y aseguró que su administración hace todos lo posible por evitar este tipo de acciones.
Charise Ekeocha, portavoz de la fuerza militar destacada en la región para mantener la paz, dijo que el grupo que investiga estos hechos está aún recopilando los detalles de los atentados.
Los ataques han tenido lugar pocos días después de que un tribunal de Jos condenara a 15 personas cristianas a 10 años de cárcel por su intervención en la violencia étnico-religiosa que dejó 55 muertos en esa ciudad en marzo de 2010.
Aquellos hechos fueron considerados una represalia por un ataque ocurrido de enero, que dejó 326 muertos, cuando pastores musulmanes fulani atacaron al amanecer a los habitantes de un pueblo cristiano, quemaron sus casas y saquearon sus propiedades mientras disparaban a los que intentaban escapar.
Los ataques de la Nochebuena en Jos se produjeron en la misma noche en que al menos 6 personas murieron en tres iglesias cristianas incendiadas supuestamente por integristas islámicos de la secta Boko Haram en la ciudad norteña de Maiduguri, según emisoras de radio locales.
En octubre, el Gobierno nigeriano destacó unidades militares en Maiduguri, para frenar las actividades de Boko Haram, que había asesinado a varios agentes de policía, funcionarios e incluso dirigentes religiosos opuestos a la secta.
La violencia en la región central de Plateau se ha debido tradicionalmente a las disputas por las tierras entre agricultores cristianos sedentarios y pastores musulmanes trashumantes, mientras en el norte es debida, generalmente, a enfrentamientos religiosos.
Los conflictos que tienen como protagonistas a cristianos y musulmanes en Nigeria se han cobrado la vida de más de 13.000 personas en una década.