Ahmadineyad cesa al ministro de Exteriores iraní y cambia la cara de la diplomacia
Teherán, Agencias
El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, destituyó hoy al ministro iraní de Asuntos Exteriores, Manoucher Mottakí, en un movimiento político que parece endurecer su posición frente a los opositores dentro del conservadurismo y podría cambiar la cara de la diplomacia persa.
Mottakí es un diplomático de carrera, un hombre con talante distinto, considerado cercano a las ideas de (el presidente del Parlamento, Alí) Lariyaní, explica a Efe un analista político que prefiere mantener el anonimato.
Pese a que lleva tanto tiempo en el cargo, nunca fue la primera opción del presidente pero era del agrado del líder supremo, ayatolá Alí Jameneí, argumenta.
Lariyaní, asesor de Jameneí en temas nucleares, y Ahmadineyad mantienen desde hace meses un pulso por el poder que ha tenido como escenario público el controvertido programa presidencial para la supresión de los subsidios.
El proyecto, que aún no ha podido entrar en marcha, ha sido recortado y frenado en varias ocasiones por la Cámara que preside Lariyaní.
Detrás, en las bambalinas del régimen iraní, subyace el deseo de Ahmadineyad y otros ultraconservadores de ampliar los poderes del Ejecutivo hasta convertirlo en el tercer órgano de decisión del país tras el líder supremo y el Consejo de Guardianes, y por delante de la propia Asamblea.
Los analistas apuntan también a la "disparidad" en la cuestión nuclear como otra de las posibles razones de la destitución de Mottaki, que ha sorprendido por la forma y el momento elegido, pero que parecía esperable a tenor de los rumores de las últimas semanas.
El cese le ha llegado al diplomático trabajando, por carta y en plena visita oficial a Senegal.
En su misiva, divulgada en parte por la agencia estatal de noticias local Irna, el presidente Ahmadineyad no revela las razones de su decisión, y se limita a agradecer a Mottakí los servicios prestados y a desearle un futuro exitoso.
"Estimo como se merece el trabajo que ha realizado al frente del ministerio de Asuntos Exteriores. Espero, asimismo, que vuestro esfuerzo sea recompensado por Dios y que el éxito le acompañe durante el resto de una vida dedicada al servicio de la República Islámica", explica.
En círculos políticos, tanto cercanos a la oposición conservadora y a la reformista, como afines al Gobierno, se comentaban desde hace días las críticas del ex jefe de la diplomacia persa a la política exterior del Gobierno.
Semanas atrás, Mottakí mostró su desacuerdo con una propuesta del Ejecutivo de nombrar seis "asesores de política exterior", encargados de ejercer una especie de diplomacia paralela, recuerda hoy la web Khabaronline, cercana al Gobierno.
Además, frente a la postura más dura y beligerante adoptada por el régimen en las última semanas en lo referente a la controversia nuclear, Mottaki, en el cargo desde 2005, mantuvo una línea menos tensa.
Algunos políticos conservadores han llegado, incluso, a señalar al diplomático como responsable de las nueva ronda de sanciones internacionales que desde el pasado mes de junio pesa sobre el país por no haber sido capaz de mostrar un carácter más decidido y combativo.
Asimismo, parece significativo el momento elegido, tras el reinicio del diálogo nuclear, y la persona que en principio le va a sustituir.
La destitución llega apenas una semana después de que Irán y el denominado grupo 5+1, integrado por los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU más Alemania, retomaran el diálogo nuclear en Ginebra tras 14 meses interrumpido.
Pese a las expectativas, la reunión se desarrolló en un clima de tensión y arrojó como único resultado una nueva cita a finales de enero en Estambul.
A Mottakí, embajador de acreditada experiencia, le reemplazará, "de forma temporal", el actual vicepresidente y director del organismo iraní de la Energía Atómica, Alí Akbar Salehí.
Político cercano al gobernante desde que accediera al poder en 2005 y afín al ala dura en cuestiones nucleares, Salehí fue elegido el pasado año por Ahmadineyad para ser el rostro público del progreso atómico iraní.
Fue el encargado de anunciar la puesta en marcha de la primera central nuclear iraní -en Bushehr- y la voz que anunció que Irán había logrado la "autosuficiencia" en la extracción y producción de polvo de óxido de uranio concentrado, esencial para enriquecer y generar el combustible atómico.
Aunque el acta de nombramiento reitera que se trata de una medida "temporal" y es pronto para analizar las consecuencias del cambio, la agencia de noticias local Fars ya apunta hoy que Mohamad Ghanadi, un alto cargo del programa nuclear, podría asumir su puesto en el organismo atómico.
El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, destituyó hoy al ministro iraní de Asuntos Exteriores, Manoucher Mottakí, en un movimiento político que parece endurecer su posición frente a los opositores dentro del conservadurismo y podría cambiar la cara de la diplomacia persa.
Mottakí es un diplomático de carrera, un hombre con talante distinto, considerado cercano a las ideas de (el presidente del Parlamento, Alí) Lariyaní, explica a Efe un analista político que prefiere mantener el anonimato.
Pese a que lleva tanto tiempo en el cargo, nunca fue la primera opción del presidente pero era del agrado del líder supremo, ayatolá Alí Jameneí, argumenta.
Lariyaní, asesor de Jameneí en temas nucleares, y Ahmadineyad mantienen desde hace meses un pulso por el poder que ha tenido como escenario público el controvertido programa presidencial para la supresión de los subsidios.
El proyecto, que aún no ha podido entrar en marcha, ha sido recortado y frenado en varias ocasiones por la Cámara que preside Lariyaní.
Detrás, en las bambalinas del régimen iraní, subyace el deseo de Ahmadineyad y otros ultraconservadores de ampliar los poderes del Ejecutivo hasta convertirlo en el tercer órgano de decisión del país tras el líder supremo y el Consejo de Guardianes, y por delante de la propia Asamblea.
Los analistas apuntan también a la "disparidad" en la cuestión nuclear como otra de las posibles razones de la destitución de Mottaki, que ha sorprendido por la forma y el momento elegido, pero que parecía esperable a tenor de los rumores de las últimas semanas.
El cese le ha llegado al diplomático trabajando, por carta y en plena visita oficial a Senegal.
En su misiva, divulgada en parte por la agencia estatal de noticias local Irna, el presidente Ahmadineyad no revela las razones de su decisión, y se limita a agradecer a Mottakí los servicios prestados y a desearle un futuro exitoso.
"Estimo como se merece el trabajo que ha realizado al frente del ministerio de Asuntos Exteriores. Espero, asimismo, que vuestro esfuerzo sea recompensado por Dios y que el éxito le acompañe durante el resto de una vida dedicada al servicio de la República Islámica", explica.
En círculos políticos, tanto cercanos a la oposición conservadora y a la reformista, como afines al Gobierno, se comentaban desde hace días las críticas del ex jefe de la diplomacia persa a la política exterior del Gobierno.
Semanas atrás, Mottakí mostró su desacuerdo con una propuesta del Ejecutivo de nombrar seis "asesores de política exterior", encargados de ejercer una especie de diplomacia paralela, recuerda hoy la web Khabaronline, cercana al Gobierno.
Además, frente a la postura más dura y beligerante adoptada por el régimen en las última semanas en lo referente a la controversia nuclear, Mottaki, en el cargo desde 2005, mantuvo una línea menos tensa.
Algunos políticos conservadores han llegado, incluso, a señalar al diplomático como responsable de las nueva ronda de sanciones internacionales que desde el pasado mes de junio pesa sobre el país por no haber sido capaz de mostrar un carácter más decidido y combativo.
Asimismo, parece significativo el momento elegido, tras el reinicio del diálogo nuclear, y la persona que en principio le va a sustituir.
La destitución llega apenas una semana después de que Irán y el denominado grupo 5+1, integrado por los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU más Alemania, retomaran el diálogo nuclear en Ginebra tras 14 meses interrumpido.
Pese a las expectativas, la reunión se desarrolló en un clima de tensión y arrojó como único resultado una nueva cita a finales de enero en Estambul.
A Mottakí, embajador de acreditada experiencia, le reemplazará, "de forma temporal", el actual vicepresidente y director del organismo iraní de la Energía Atómica, Alí Akbar Salehí.
Político cercano al gobernante desde que accediera al poder en 2005 y afín al ala dura en cuestiones nucleares, Salehí fue elegido el pasado año por Ahmadineyad para ser el rostro público del progreso atómico iraní.
Fue el encargado de anunciar la puesta en marcha de la primera central nuclear iraní -en Bushehr- y la voz que anunció que Irán había logrado la "autosuficiencia" en la extracción y producción de polvo de óxido de uranio concentrado, esencial para enriquecer y generar el combustible atómico.
Aunque el acta de nombramiento reitera que se trata de una medida "temporal" y es pronto para analizar las consecuencias del cambio, la agencia de noticias local Fars ya apunta hoy que Mohamad Ghanadi, un alto cargo del programa nuclear, podría asumir su puesto en el organismo atómico.