Marruecos y el Polisario se reúnen en Nueva York pese al enfrentamiento en El Aaiún

Rabat, El País
Las fuerzas de seguridad marroquíes han tomado por la fuerza el control del campamento saharaui levantado en Agdaym Izik, a unos 15 kilómetros de El Aaiún (Sáhara Occidental), poniendo fin a la mayor protesta desde que España se retiró del territorio hace 35 años. En el asalto y los enfrentamientos posteriores al menos un saharaui ha muerto, según el Frente Polisario, y tres agentes marroquíes -dos en el campamento y otro en El Aaiún-, según fuentes oficiales de Rabat. El Ministerio de Comunicación marroquí ha negado que haya víctimas mortales entre los acampados en la ciudad saharaui. Precisamente esta tarde, delegaciones de las dos partes ha reanudado en Manhasset (cerca de Nueva York) las conversaciones sobre el futuro del Sáhara Occidental. Pese a que fuentes de Naciones Unidas, organización que coordina el encuentro, han asegurado que ha dado comienzo, el ministro de Exteriores saharaui, Mohamed Uld Salek, se ha apresurado a afirmar que las negociaciones "no pueden avanzar en circunstancias tan graves, informa Efe.

El delegado del Frente Polisario en España, Bouchayara Beyun, señaló en un principio que en el "brutal desmantelamiento" del campamento habían perecido al menos 13 saharauis y varias decenas han resultado heridos. Cifra que posteriormente ha corregido el Ministerio de Información saharaui al comunicar que el único muerto es Babi Mahmud El Guergar. El wali (gobernador) de El Aaiún, Mohamed Guelmouss, ha indicado, por su parte, que dos miembros de las fuerzas de orden público habían perecido y que otros 70 estaban heridos, cuatro de ellos graves. 65 manifestantes han sido además detenidos.

Asalto de madrugada

La operación empezó de madrugada, poco antes de las 07.00 (08.00, hora peninsular española) con el sobrevuelo del campamento situado en Agdaym Izik por varios helicópteros mientras que la Gendarmería advertía por megafonía a los 20.000 acampados que debían abandonarlo de inmediato. Algunos grupos de mujeres con niños se marcharon y, a la salida, les esperaban autobuses en los que fueron transportados hasta El Aaiún, la capital del Sáhara Occidental.

Tras la salida de este pequeño colectivo empezó, al amanecer, el asalto al campamento de Agdaym Izik en el que la Gendarmería utilizó cañones de agua, gases lacrimógenos, porras y disparó balas de goma contra los allí acampados. Los jóvenes opusieron resistencia y se organizó una auténtica batalla campal. pero fueron vencidos. Los camiones del Ejército entraron entonces en el campamento y aplastaron las jaimas (tiendas nómadas).

Por razones desconocidas decenas de jaimas empezaron a arder sembrando el pánico entre las familias acampadas. Algunas de las figuras saharauis más destacadas del campamento, como Enaama Safari, habrían sido detenidas por la Gendarmería, según sus allegados. Tras la destrucción de las jaimas y la toma de control del campamento, miles de saharauis emprendieron camino a pie, por un pasillo abierto por las fuerzas de seguridad, hacia El Aaiún. "Aquí vamos todos caminando por el desierto y, a lo lejos, en la ciudad, vemos mucho humo", narra Omar a través de su teléfono móvil.

El gobernador de El Aaiún declaró a la agencia de prensa oficial (MAP) que las fuerzas del orden habían llevado a cabo de madrugada una "operación para liberar a los "chioukhs" (notables saharauis), a las mujeres y a los niños que estaban en poder de un grupo de individuos con antecedentes penales por delitos comunes" y se habían refugiado en el campamento. "Tras agotar todas las vías de diálogo para encontrar una salida a esta situación inaceptable desde un punto de vista legal", continuó el gobernador, las fuerzas del orden intervinieron para "detener de manera pacífica a los elementos que estaban fuera de la ley, pero se les impidió acceder al campamento y se enfrentaron con una reacción violenta por parte de aquellos que usaron (para atacarles) cócteles molotov bombonas de gas".

Levantamiento en El Aaiún

Al enterarse del asalto al campamento los habitantes de los barrios saharauis de El Aaiún intentaron acercarse a Agdaym Izik para, aparentemente, acoger y prestar ayuda a los que de allí salían expulsados. La policía se lo impidió bloqueando la salida de la ciudad. En protesta por este veto los habitantes empezaron a erigir barricadas y a quemar neumáticos en la céntrica avenida de Smara y en los barrios saharauis. Es esa humareda la que veían los expulsados del campamento mientras caminaban. Las unidades antidisturbios de la policía dispararon pelotas de goma y lanzaba gases lacrimógenos para disolver las manifestaciones.

Más tarde se sumaron a estas manifestaciones los jóvenes que regresaban del Agdaym Izik. Con piedras y cócteles molotov atacaban los edificios públicos. Los enfrentamientos habían vaciado las calles de El Aaiún donde muchas tiendas, oficinas y hasta algún colegio estaban cerrados. El ministro-portavoz del Gobierno de Marruecos, Khalid Naciri, declaró el jueves, tras el Consejo de Ministros, que la evolución de las conversaciones con los representantes de los acampados era "positiva", pero el sábado las fuerzas de seguridad marroquíes apretaron las tuercas al campamento y, el domingo, lo cerraron a cal y canto.

El comité que gobernaba el campamento reivindicaba viviendas y puestos de trabajo o, en su defecto, ayudas sociales para los saharauis. En ningún momento formuló exigencias políticas como la autodeterminación y la independencia aunque algunas voces en Agdaym Izik mostraban cierta inclinación por "elevar el nivel de la protesta".

"Es terrible lo que ha sucedido", se lamentó la célebre activista saharaui Aminatú Haidar desde Lisboa en el curso de una conversación teléfonica. Mañana recogerá un premio que le otorga la Universidad de Coimbra. "Marruecos reprime sin piedad cuando los saharauis solicitan simples mejoras sociales", añadió. "Ya que de todas formas trata de aplastarnos pidamos directamente la autodeterminación y la independencia".

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